México, primer lugar en robo de Arte Sacro

México, primer lugar en robo de Arte Sacro

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CDMX.- 5 de enero de 2018

El robo de arte sacro en la Ciudad de México no es tan frecuente, pero se da porque siempre hay mercado. Puebla es el estado con mayor incidencia en este delito, le siguen Tlaxcala, Estado de México, San Luis Potosí, Hidalgo, Guanajuato, Zacatecas, Morelos y Jalisco. Pero lo que más alarma es que nuestro país, aunque sea el segundo con mayor número de católicos del mundo, ocupa el primer lugar de hurtos de ese tipo en América Latina.

En el caso de robo a iglesias, no se trata de delincuencia organizada, sino de algo mucho peor, ya que se trata de una poderosa organización que trabaja por células y por encargo, menciona el Centro Católico Multimedial.

Y sobre el tema, el presbítero José Raúl Hernández Schäfler, extitular de la Comisión de Arte Sacro del Arzobispado de México, platicó con LA PRENSA y destacó: “por qué hay robo de arte sacro, porque hay quien lo pida por encargo… demandan una imagen de tal santo o virgen para que luzca en casa de políticos, coleccionistas, narcotraficantes o algunos ricos o millonarios”.

Los hurtos en las iglesias pueden ser desde figuras de bulto, pinturas, esculturas, coronas o piezas de oro, sagrarios, crucifijos, candelabros, incensarios, campanas, cálices, cruces, etcétera.

“El ladrón se lleva lo que está a la mano, tenga mucho o poco valor, no se tienen estadísticas de que es lo que más se llevan, pero si la imagen mide 40 o 50 centímetros es más fácil llevar que otra más grande, o bien cuadros pequeños o artículos religiosos de valor”.

El sacerdote y especialista en arte sacro, invitó a los creyentes cuidar su patrimonio, “las iglesias son sus casas”. Eso se tiene que hacer en los pueblos y en la Ciudad de México, “la gente tiene mucho interés que el arte religioso y los templos no desaparezcan”.

Hernández Schäfler, que en meses pasados cumplió 75 años de edad, reconoció que no en todos los templos se tienen seguridad adecuada… por lo que comenta: “a veces los mismos sacerdotes somos demasiado confiados, le piden al sacristán que cuide la iglesia… Pero éste se sale porque se va a comprar un refresco o una torta2, y nada más dejó emparejada la puerta y eso lo aprovechan los ladrones”.

En las iglesias, agregó, debería haber presencia física de 4 o 5 personas (guardias) a lo largo del día, pero en algunos lugares no se puede, porque no hay ingresos suficientes para ello, por lo que tendría que darse la prevención y no la corrección.

Si bien precisó que no hay horarios fijos para los templos, ya que cada comunidad los fija junto con los sacerdotes.

En una entrevista realizada en las oficinas de la Arquidiócesis de México, en Durango 90, Colonia Roma, afirmó: “lo que tenemos que decir, por favor, señores sacerdotes, cuiden su vida, porque contra ellos van, contra la gente y cuiden lo que les han confiado, no sólo pinturas, esculturas y artículos religiosos.

INVENTARIO DE BIENES E INMUEBLES RELIGIOSOS ESTÁ INCONCLUSO

En su administración al frente de la Comisión de Arte Sacro en la Arquidiócesis de México, que terminó en octubre pasado, se elaboró un programa de custodia, de algunos templos, de sus objetos, “pero han tenido dificultades, por no tener prepuesto y dinero, van caminando con mucha lentitud.

Se fue Hernández Schäfler y no se terminó el inventario de bienes e inmuebles de las ocho vicarías territoriales episcopales, como se tenía planeado, informaron fuentes de esa sede eclesiástica.

Aunque en la entrevista, días antes de dejar su cargo, afirmó: “están trabajando para que todos los sacerdotes tengan conocimiento del sistema que se llama custodia, para poder clasificar, catalogar, e inventariar todo lo que tienen, incluso tener la posibilidad de protegerlo con la ayuda de las autoridades de la nación o de la ciudad, porque así debe manejarse en todas partes”.

No se puede hablar de un inventario general o catálogo, donde esté todo perfectamente identificado, con todos los elementos, medidas, tiempo, autor, lo que representa, citó. No obstante recordó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Conaculta tienen un inventario a nivel general, del cual no se sabe si está completo o actualizado.

Destacó el caso de Tlaxcala, donde fueron robadas ocho esculturas talladas en madera con la representación de arcángeles, piezas de arte sacro de los siglos XVII y XVIII del templo de Santa Isabel Xiloxoxtla, ahí se recuperaron las piezas en el 2014, por la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra el Ambiente y Previstos en Leyes Especiales (UEIDAPLE) de la SEIDF, en colaboración con las coordinaciones nacionales de Asuntos Jurídicos y de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH.

En la mayoría de los casos ya no se recupera nada. Por lo que a México le hace falta una división de la policía que se encargue de recuperar e investigar el destino de importantes piezas de arte sacro. “En Italia existe una división de la policía dedicada a la custodia y recuperación de obras de arte sacro robadas. Ellos poseen un folleto de obras religiosas de gran valor”.

Dijo que en México son contadas las que se recuperan, “ya que al no haber una clasificación y un registro ante el INAH o INBA, pues se roban y no se sabe su destino. En ocasiones si las recupera la PGR, las guarda en sus bodegas, pero como no se sabe de dónde es aquí se queda o bien se venderán en las subastas”.

Con decirte, indicó, “ni el mismo sacerdote tiene una clasificación de los bienes del templo que custodia. A la fecha se está haciendo, que cuando se le entrega a alguien una iglesia, se les entrega el patrimonio, la iglesia edificio y todo lo que ella contiene, así como la comunidad, con una descripción de todo lo que hay y el sacerdote que recibe firma y cuando tiene que entregar en 5 o 10 años, aquello que existía tiene que seguir existiendo.

Y si no existe es que hay un robo, o si esto ocurrió debe haber documentos sobre la denuncia ante las autoridades correspondientes”, resaltó.

Refirió que la mayoría de los templos conserva obras originales, pero no todas tienen obras de primerísima calidad, “seguramente habrá alguna que otra que tiene obras de Miguel Cabrera, José de Ibarra, Juan Correa, Cristóbal de Villalpando o Nicolás Rodríguez Juárez, hablando de pinturas antiguas”.

De acuerdo con la ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, se considera un monumento histórico aquella edificación construida a partir del siglo XVI y hasta el final del siglo XIX, y corresponde al INAH su resguardo y salvaguardia.

A partir del siglo XX las edificaciones que tienen un valor estético relevante se denominan monumento artístico (está encargado del INBA.)

ROBO DE PIEZAS RELIGIOSAS POR ENCARGO

En el caso de robo a iglesias, no sólo se trata de delincuencia organizada, sino de algo mucho peor, puede hablarse poderosa organización que trabaja por células y por encargo, comentaron expertos del tema, quienes se pronunciaron por realizar auditorías a funcionarios relacionados con el arte en Tlaxcala y otras entidades.

Donde se puede sospechar de prominentes políticos, incluidos algunos exmandatarios, fiscales, curadores, restauradores, dueños de bazares y el mismo clero.

Especialistas entrevistados que pidieron el anonimato narraron que las células que operan en el robo de arte sacro, van desde la detección de las piezas, los ubicadores, los zorreros, traficantes de arte, dueños de bazares y salas de exposición.

“Todos trabajarían para un fin, traficar y saquear la riqueza artística, no únicamente de los templos católicos, sino también de zonas arqueológicas.

Y aún no se sabe qué pasó con aquella iniciativa que aprobó solicitar al Congreso de la Unión que reforme el Código de Procedimientos Penales, para tipificar el robo de arte sacro como un delito grave.

Donde se buscaba que se sancionara a los hurtadores de este tipo de bienes con penas de hasta 10 años y a los compradores de los mismos, hasta con prisión por 12 años.

Información del Centro Católico Multimedial en los últimos meses, al menos 28 templos católicos de todo el país fueron asaltados.

El INAH considera que Puebla, Estado que encabeza la lista de las 32 entidades en que se divide el país, es al mismo tiempo el que más robos registra en templos católicos y el que resguarda la mayor cantidad de arte sacro registrada en el país.

Inclusive, la Fiscalía General de Justicia de esa entidad manifestó que en los últimos 15 años se registraron al menos 250 robos de piezas de valor histórico dentro de los templos católicos.

El CCM documenta que 42% de los robos a templos son cometidos por grupos organizados que se dedican al tráfico internacional de piezas de arte. Y que, lamentablemente, operan con absoluta impunidad en México.

También en años pasados, en la Cámara de Diputados, los legisladores han solicitado a la Procuraduría General de la República crear un organismo especializado en investigar este ilícito.

Ello, debido a que en los últimos 12 años se ha reportado la desaparición de alrededor de mil piezas de templos católicos, de las cuales el 80% es arte sacro, y de las que sólo el 10% se ha logrado recuperar.

De acuerdo al INAH, se calcula que en México hay más de 19 mil espacios religiosos, todos ellos construidos antes de la Independencia, en donde se localiza la mayor parte del acervo cultural de los siglos XVII y XVIII que arrojan una existencia de más de 4 millones y medio de piezas; sin embargo, sólo se tiene registrado 1.5% de esas existencias.

La función del Instituto Nacional de Antropología e Historia respecto al robo de arte sacro se limita a analizar la procedencia de los artículos recuperados, pero no se encarga de dar seguimiento a las denuncias, ni tiene un área específica sobre ese tipo de piezas culturales, lo que hace más difícil contar con un registro arqueológico del patrimonio religioso existente en el país.

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