CDMX.- 4 de noviembre de 2017
Una gran consternación registró la sociedad canatlense con el fallecimiento de la señora Johana y su hijo Yair, de 31 y 12 años de edad, respectivamente, quienes fueron encontrados colgados de un árbol en un predio del ejido La Cañada, área vecina de ciudad Canatlán, donde residían.
En relación a la información emitida por la Fiscalía General de Estado, a través de un comunicado, en torno al hallazgo de dos personas sin vida en las cercanías del paraje Las Cañadas, perteneciente al municipio de Canatlán, se informa que culminó la práctica de la necropsia, misma que arrojó los siguientes resultados.
Johana Elizabeth “N”, de 31 años de edad, con domicilio en el fraccionamiento Los Manzanos, en el municipio de Canatlán, “falleció a causa de asfixia por ahorcamiento, sin presentar huellas de otro tipo de violencia”.
Yahir “N”, de 11 años de edad, con el mismo domicilio, presentó como causa de muerte “asfixia por estrangulamiento, sin presentar huellas de otro tipo de violencia”.
La Fiscalía del Estado informa que la investigación sigue su curso y será hasta que ésta culmine cuando se dé a conocer si se configuró algún delito.
Fue minutos antes de las 8:00 de la mañana cuando fueron encontrados los cuerpos sin vida de la mujer y de su hijo, en el municipio de Canatlán, hasta donde acudieron los elementos de la Policía Investigadora, personal de Servicios Periciales y el agente del Ministerio Público para dar fe de los hechos e iniciar con la investigación correspondiente.
Fue aproximadamente a las ocho de la mañana cuando la Policía Municipal recibió el reporte de vecinos del lugar, que mencionaban que dos personas estaban colgadas, acudiendo al lugar, al igual que el agente del ministerio público Emanuel Cardiel Hernández y personal del Servicio Médico Forense.
Los cuerpos de madre e hijo estaban juntos, colgados y de rodillas en el suelo, entre la camioneta de la occisa y un cerco de piedra.
El agente del ministerio público informó que las causas de los fallecimientos las proporcionará la SEMEFO, reiterando que no podría dar información hasta en tanto no se la hicieran llegar luego de las necropsias de ley.
La señora laboraba en el Instituto Duranguense de Educación para los Adultos ( IDEA) en la ciudad de Canatlán, tenía diez años de servicio y la noticia de su muerte fue recibida entre el asombro, indignación, conmoción, llanto y tristeza de parte de su personal y de la directora, al ser una persona apreciada.