21/11/2017/TLAXCALA
Desde cualquier práctica de una profesión, el movimiento de las generaciones implica que, haya un impacto en alguno de los escenarios de las libertades, mencionó el Dr. Serafín Ortiz, quien como precursor del Modelo Humanista Integrador basado en Competencias (MHIC), fue invitado a impartir la ponencia “Perfil de egreso” en la UAT, dentro del foro que analizó las aportaciones de dicho modelo a la educación superior de Tlaxcala y de México.
El investigador académico hizo una aportación relevante a la construcción de un nuevo paradigma que centra su atención en el estudiante desde una perspectiva humanista, con una proyección específica hacia sus habilidades y destrezas, fue muy claro en enfatizar que “no veo otras condiciones, ni veo otra salida para la sociedad contemporánea, para el mejoramiento de las condiciones de vida para el pueblo tlaxcalteca y mexicano, que no sea la magnificación de esas libertades que hoy son deberes públicos activos, que son deberes positivos, de los que debe ocuparse el gobierno”.
Se refirió a los cambios generacionales que, necesariamente, implican una transformación que requiere del respeto de tres libertades específicas: libertad de las necesidades, libertad de la violencia y la libertad para vivir con dignidad, todas ellas se corresponden con deberes públicos positivos que el gobierno debe activar.
Destacó que hoy la UAT cuanta con un modelo educativo propio que sentado sus raíces y corre en todos los programas educativos de la institución. Afirmó que el MHIC trasciende al menos en diez rubros que permiten afirmar que se construye un perfil de egreso prototípico de dicho modelo que acompaña a los estudiantes en el desarrollo de su ejercicio profesional, una vez que ha concluido su trayectoria en la Institución.
Los 10 aspectos considerados son: homogeneización del procesos enseñanza-aprendizaje, construcción de un escenario valorativo, formación de un individuo polivalente que se reconoce a sí mismo y al contexto, formación integradora de la cultura científica y la cultura humanista, formación de un perfil profesional dotado de conocimientos, habilidades actitudes y aptitudes que posibilitan su autorrealización .
También, configuración de una conciencia esencialmente democrática y de libertad, adaptación de la cultura de presentación del educando hasta su proyección en un universo complejo; la transformación de la trayectoria de vida del sujeto en la universidad, que lo hace distinto al resto de la sociedad, la transformación ética del individuo responsable de su comportamiento y potencial transformador del comportamiento de los demás, y como resultado un ciudadano profesional civilizado capaz de autorrealizarse en su entorno y solvente en su contexto.
El Dr. Serafín Ortiz precisó que “nos referimos al humanismo, cuyo prisma es la defensa y dignidad de la persona humana, para nadie es desconocido que hoy el principio y valor más significativo de la sociedad contemporánea, y para México en los últimos 15 años, es la dignidad de la persona humana”, misma que se concretiza en el plano de la igualdad de los seres humanos, y nadie puede ser tratado diferente en condiciones de igualdad; la dignidad se representa a partir de su opuesto: la discriminación.