Por Pedro Morales
En su reciente primer informe de labores, el gobernador de Tlaxcala, Marco Mena destacó que Destaca el crecimiento de la empresa Aceros Especiales Simec decidió ampliar sus operaciones en México y seleccionó a Tlaxcala para hacerlo.
En 2019, pasará de producir 400 mil toneladas de acero al año, a un millón de toneladas, dijo que esta inversión representa 600 millones de dólares, con la cual, Simec, desde Tlaxcala, se transformará en el quinto productor de acero en el país y el primer productor de acero especial automotriz en México.
Sin embargo el titular del Ejecutivo se guardó las cifras sobre la contaminación ambiental que genera la acerera en expansión, sobre todo las que se refieren a partículas emitidas a la atmosfera.
Eso sin contar la gravísima contaminación de los mantos freáticos profundos, ya que la planta almacena montañas de rescoldo a cielo abierto que originan filtraciones con plomo y ácidos y sobren todo a la atmosfera que impactan directamente a la población.
Catalogada como “industria limpia” por la empresa Simec Internacional, antes Atlax, genera diariamente toneladas de contaminación que emite a la atmósfera en afectación de miles de tlaxcaltecas.
Trabajadores de la planta, autoridades, vecinos de los municipios de Coaxomulco y Tzompantepec coincidieron en señalar que se debe obligar a la empresa a eliminar la contaminación que genera desde hace 25 años.
La acerera se encuentra ubicada en el Corredor Industrial Xalostoc y ha causado problemas ambientales a la flora, fauna y seres humanos con resultados impredecibles en el futuro inmediato.
Durante este fin de año se realizan trabajos de ampliación de los hornos que ha dado un respiro a los vecinos de los municipios de Tzompantepec, Coaxomulco, Xalostoc y Apizaco porque han bajado las emisiones de humo.
Sin embargo la flora y fauna acusa ya los efectos de la contaminación, los animales enferman, los árboles frutales producen frutas podridas, no se desarrollan y gran parte de la población de estos municipios sufre de sinusitis.
La colonia El Carmen, del municipio de Tzompantepec es la más cercana a la planta, en ese lugar las familias padecen de irritación constante de ojos y solamente la familia Montes Cortés se atreve a comentar el problema.
La razón obedece a que la mayoría de los alrededor de cien jefes de familia que habitan en ese lugar trabajan en la fundidora, a lo lejos muestran que en la parte posterior de la planta existen verdaderas montañas de desechos.
Durante un recorrido por el perímetro de las instalaciones se pudo constar que existen montañas de escoria que son molidas y procesadas para su venta a otras industrias, es simplemente la fuente de contaminación.
Se trata de rescoldos de la fundición, escoria le llaman ellos, es depositada en tierra sin preparar y por las noches es triturada, para que las autoridades no reporten la tremenda contaminación ambiental que genera este proceso.
Las trituradoras y fundidoras de escoria trabajan escondidas, hay explosiones que han dañado la estructura de sus casas, los vidrios se han roto, el olor es insoportable y las flamas anaranjadas y azules iluminan las noches.
El resultado de esta actividad es que por las mañanas amanece una densa capa de humo que no se levanta, queda estática de color entre café y negro, esa es la que les afecta los ojos, la que daña a los animales y a los árboles y las plantas.
Las autoridades no les hacen caso, ni las municipales, estatales o federales y tienen miedo de sufrir cáncer porque sus vecinos les narran que hay mucho plomo en el ambiente, sobre todo ahora con el mantenimiento de los hornos.
Que tienen que utilizar trajes como de astronautas para recoger el polvo, otros no las usan y llegan a sus casas con las huellas del plomo en la cara, es un polvillo fino que les tapa los poros, les recomiendan tomar mucha leche.
Recuerdan el reciente accidente ocurrido el pasado 20 de diciembre cuando hubo una especie de explosión, dos trabajadores quedaron ciegos, se les quemaron las retinas y hay muchos accidentes que no se reportan.
Las tres mujeres que lavaban ropa invitan a autoridades y medios de comunicación a que vayan a la colonia de El Carmen por las noches y esperen a que amanezca, para constatar que no mienten. Piden que los ayude el gobernador.
Por su parte el vecino Roberto Rojas Bonilla confirmó que los ciudadanos de todas las edades en el municipio presentan cuadros agudos de sinusitis y enfermedades en los ojos.
Reconoce que ya son más de dos décadas de que los municipios aledaños reciben las descargas contaminantes de ese corredor industrial, sobre todo de la planta Simec.
Se ha tenido contacto con el responsable del área de ecología de la empresa, pero siempre les ha dicho a las autoridades municipales que se encuentran dentro de la norma y de los estándares y de acuerdo a la legislación ambiental estatal y federal.
Sin embargo se le ha hecho notar que la población de las comunidades ya acusan los efectos de las emisiones, pese a que presentan su documentación, pero de las emisiones sin mencionar a las montañas de escoria.
Son miles de toneladas las que se encuentran dispuestas a cielo abierto, el viento se lleva ese polvo que tanto daño hace y tampoco mencionan que los mantos acuíferos profundos son contaminados cuando llueve.
Se han comprometido a ampliar sus naves del área de fundición, que colocarán extractores y filtros para captar 80 por ciento las emisiones para no expulsar tanto desecho a la atmósfera.
Los han invitado para conocer el espacio, pero no explican de qué forma captan el polvo que emana de la fundición de grandes bloques de metal hacen aleaciones para obtener acero, pero también manejan plomo y otras sustancias.
Todo esto origina un problema muy fuerte, todo se volatiza, son partículas invisibles que no se ven pero que están presentes día y noche, lo cierto es que reciclan esos materiales y la contaminación no para.
Recordó que llegó una empresa para monitorear la calidad del aire, incluso colocaron sensores en el centro de Tzompantepec, pero es el momento en que no saben del resultado del monitoreo, les han ocultado información.
Mientras los animales se enferman, los niños y los árboles dan fruta podrida, no crecen, en las hojas se nota el polvo que proviene de la planta donde existe la sospecha de que la escoria es en su mayoría plomo.
El plomo no se degrada y cuando se libera en el aire puede ser transportado largas distancias antes de sedimentar en el suelo. Puede estar expuesto y la gente comiendo alimentos o tomando agua que lo contengan.
Puede afectar casi todos los organismos y sistemas vivos en su organismo, el más sensible es el sistema nervioso, especialmente en niños, también daña los riñones y al sistema reproductivo.
Los efectos son los mismos ya sea por respirar o ingerir plomo y es notorio que en la planta de Simec hay toneladas de escoria de plomo.
Los problemas de emisiones contaminantes a la atmósfera.
Causas:
a) Fundición de aceros y metales, quema de llantas y basura
b) Empresa Simec, Polaquimia, ciudadanía y alfareros.
Al respecto el Instituto Nacional de Ecología publica la siguiente información:
En el tráfico internacional de desechos peligrosos se argumenta frecuentemente que éste conlleva algunas ventajas ambientales y que es fuente de empleo para los países receptores, al dar diversas formas de recuperación o rehúso a un material secundario.
A diferencia del reciclaje de materiales no peligrosos, el reciclaje de desechos peligrosos no elimina las características peligrosas de sus constituyentes, por el contrario, puede aumentar el riesgo durante el proceso de recuperación, por el tipo de desechos que genera y la forma de manejo.
La exportación de desechos peligrosos para su reciclaje reduce además el interés, de las propias empresas generadoras y exportadoras, en disminuir su producción.
Se trata de los polvos contaminados que se capturan en los filtros (precipitadores electrostáticos) de los hornos de arco eléctrico que la industria siderúrgica utiliza para fundir chatarra y producir acero
El proceso consiste en vaporizar los metales y los componentes metálicos en un horno rotatorio, para luego reducirlos a óxidos.
Los problemas ambientales y de salud que se presentan al recuperar zinc del K061 se derivan de los propios constituyentes peligrosos de este desecho, que son plomo, cadmio, arsénico, además de la posible aparición de dioxinas y furanos.
La exposición ambiental al plomo, incluso a niveles bajos, se asocia a una amplia gama de desordenes metabólicos y deficiencias neurosicológicas.
Hay indicios de daños a la salud en los pobladores de las colonias vecinas este tipo de plantas, causadas por las emisiones de la empresa y por el viento que arrastra el polvo acumulado en las enormes pilas de desechos que la empresa mantiene en la parte trasera de la fábrica.
Conviene recordar que el K061 es una mezcla de polvos que contiene arsénicos, plomo, cromo, níquel, cadmio, cobre y zinc.
Una investigación epidemiológica efectuada por Greenpeace en instalaciones similares a la de Simec, muestra que el riesgo que enfrentan los vecinos de la planta es de dos a cuatro veces mayor que el de la población en general, respecto a problemas de piel, de oído, irritación de ojos y vías urinarias, bronquitis, sensación de fatiga y dificultad para conciliar el sueño.
Los resultados del estudio establecen una relación directa entre el nivel de exposición a los tóxicos emitidos por la fábrica y el efecto causado en la salud.
Además, de no suprimirse la exposición de la población a estos contaminantes, habrá que considerar la posibilidad de que aparezcan en el futuro otros padecimientos crónicos, entre los cuales se menciona el cáncer.