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El graffiti nostalgia de los deportados  en Papalotla

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28/0172018/TLAXCALA

Las calles de la cabecera del municipio de Papalotla, en el sur del estado de Tlaxcala, se han transformado, a cada paso surgen figuras fantásticas, de alta calidad, de fuerte colorido.

Esta práctica cultural y artística ha ganado terreno el grafiti, ante la tolerancia de los padres, aunque hay de todo, hay vándalos que no respetan, ni menos tienen sensibilidad por el arte.

Pero lo cierto es que las viejas casas de adobe en Papalotla y sus secciones, se adornan con figuras que tienen mucha relación con una visita efímera por los Estados Unidos.

Por todos lados aparecen inscripciones o signos anónimos dibujados o pintados en paredes y muros cuyo objetivo principal es testificar la presencia de su autor en un lugar determinado.

A fines de la década de 1960, comienzan a desarrollarse probablemente los graffiti más representativos, los del metro de Nueva York.

Realizados por jóvenes denominados writers (escritores) procedentes de etnias y ambientes sociales marginales, representan una subcultura de la calle, espontánea y underground, conectada con la música rap y el break dance.

Los graffiti pueden adoptar distintos estilos o formas: tags (firmas o contraseñas), throw ups (nombre de dos o tres letras formando una unidad redondeada), entre otras.

Desde finales de la década de 1970, el fenómeno del graffiti se eleva en Nueva York a la categoría de arte mediante el apoyo de ciertos críticos y galerías que comienzan a exponer la obra de algunos writers convertidos en artistas, como Jean-Michel Basquiat, Keith Haring o Kenny Scharf, quienes realizan en sus obras una mezcla de signos e imágenes tomadas de la cultura de la calle con otras procedentes de la historia del arte o de la cultura.

La gente ha estado fotografiando la pintada como manera de guardar un expediente histórico desde su inicio.

Como una extensión natural, en los años 80, los artistas ávidos o voraces de la pintada y los fotógrafos comenzaron a crear los libros para documentar la cultura en una escala más grande.

Mientras que de los 80s pasaron a los 90s, la tecnología había hecho posible para los individuos con el talento y los medios de hacer sus propios compartimentos. Ahora como incorporamos un nuevo siglo, es más fácil hacer grafitis, dando por resultado muy buenas pinturas (grafitis), cada uno que proporciona a una perspectiva única a través de los artículos, actitudes, y por supuesto su propia galería de la foto.

Y el Graffiti en México arranca en Tijuana, frontera con Estados Unidos, lugar ideal para el intercambio cultural, siendo los cholos quienes se apropiaron de esta expresión con la influencia de los muralistas chicanos.

La transculturización al regreso de los paisanos tlaxcaltecas de los Estados Unidos, con nuevas costumbres, la cercanía y convivencia con la Angelópolis han generado la multiplicación de bandas en los barrios y con ellas la delimitación de su territorio mediante pintas en las paredes.

El joven grafitero, Iván Berruecos Zempoaltécatl considera que “este es el resultado de pintar de manera libre, creativa e ilimitada, con fines de expresión y divulgación donde su esencia es cambiar y evolucionar buscando ser un atractivo visual y con un alto impacto”.

Acota que, de alguna manera, es parte de un movimiento urbano revolucionario y rebelde.

Para los adultos mayores como Sebastián Rojas, de la colonia del centro, en papalotla  hay jóvenes que son cuidadosos, ponen todo su empeño para crear verdaderas obras de arte, otros solamente agreden  y desafortunadamente la imagen que da el vandalismo afecta una forma de expresión.

En otras entidades como el Distrito federal, se considera que en el muralismo urbano, los jóvenes pueden expresar diferentes tipos de sentimientos y nuevas formas de arte que nacen de la creatividad de estas personas.

Mientras que en Papalotla, el vandalismo se identifica con palabras obscenas, pintas ilegales de apodos o incluso para dejar recados a otras personas.

El grafiti ahora es más abundante y en cualquier punto, en cada calle, en cada barda se manifiesta una forma de arte y expresión.