CDMX.- 21 de enero de 2018
Nueve integrantes de la agrupación Antorcha Campesina, entre ellos una mujer, se salvaron de ser linchados por pobladores de la junta auxiliar de San Pedro Zacachimalpa, en Puebla capital, luego de ser acusados de invadir unos departamentos e ingresar de manera violenta a la primaria Mariano Matamoros por un teléfono celular que, según conocidos de los detenidos, les habían robado y hasta ahí lo rastrearon vía GPS.
Los hechos ayer cerca de la 9:00 horas, cuando personal de la primaria pidió auxilio debido a que personas extrañas pretendían ingresar por la fuerza y pateaban el zaguán, situación que alarmó a los estudiantes y personal docente.
Al darse cuenta de lo ocurrido, padres de familia y vecinos comenzaron a alertar al resto de los pobladores y en pocos minutos decenas rodearon a los supuestos rijosos, a los que inicialmente acusaban de haberse apoderado de un celular de la institución educativa, además de pretender llevarse a un niño.
La gente sacó a los estudiantes de la escuela y retuvo a los supuestos agresores, quienes trataron de explicar que habían “perdido” un celular y que el rastreador satelital del GPS los había llevado hasta la escuela.
Los habitantes no les creyeron y como poco a poco se juntaron más personas. En esos momentos, alguien mencionó que los sujetos eran los antorchistas que la semana pasada se habían apoderado de un complejo de departamentos que se ubicaba a la entrada de la población.
Ante esto, los ánimos se calentaron y no faltó quien señaló el vehículo en el que habían llegado los antorchistas, por lo que le prendieron fuego a la camioneta Volkswagen de reciente modelo, tipo Amarok de color gris, la cual terminó calcinada totalmente.
Para entonces, la turba amenazaba con linchar a los antorchistas retenidos bajo el
argumento de que habían llegado al pueblo a invadir terrenos.
En esos momentos llegó personal de Seguridad Pública Municipal y dialogó con la gente para llevarse a los retenidos, pero solo se accedió a que fueran trasladados a la presidencia auxiliar.
Para entonces, las campanas de la iglesia comenzaron a repicar, por lo que más gente se reunió en la plaza principal, misma que exigía a los policías municipales que les entregaran a los detenidos para hacer de esta forma justicia por su propia mano.
Ante una multitud cercana a los 300 habitantes, llegaron refuerzos policíacos municipales y estatales, así como el secretario de Gobernación Municipal, José Ventura Rodríguez Verdín y el subsecretario de Seguridad Pública, José Tlachi Meneses, quienes entablaron una mesa de diálogo con los inconformes.
Como la población no permitía que se llevaran a los antorchistas, después de cuatro horas de diálogo, los uniformados formaron una valla humana y entre empujones, palazos y manoteos, lograron sacar a los nueve retenidos y subirlos en las unidades policíacas a las que también les pegaron con tubos y palos los enardecidos pobladores; incluso, en su camino, al convoy policiaco le aventaron desde una azotea varios blocks que dieron en las unidades policiacas.