CDMX.- 24 de febrero de 2018
Cada año, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) confecciona mil 200 banderas de México.
Aproximadamente, el tiempo de vida de una bandera es de un año, aunque ya se trabaja en tratamientos de tela que podrían alargar su existencia hasta dos años.
Son las banderas a las cuales les rendimos honores en los campos militares, las plazas cívicas e incluso en las oficinas de gobierno.
La confección de nuestro lábaro patrio se realiza en la fábrica de vestuario y equipo de la Sedena en el Vergel, Iztapalapa, donde se han hecho tres banderas para ondear en las astas monumentales de cien metros que existen en la Ciudad de México: una ubicada en el Campo Militar Marte; otra en la Glorieta de San Jerónimo y una más en el Colegio Militar.
En está fábrica también se elaboró la bandera que está en el asta de 120 metros de altura que ondea en la Gran Plaza de Piedras Negras, Coahuila; además, también se confeccionó la que está ubicada en el cerro Tetehue en Iguala, Guerrero, la cual es un asta bandera monumental de 100 metros de altura.
Cabe señalar que una bandera monumental pesa aproximadamente 220 kilos y para su manejo tienen que intervenir alrededor de 180 personas.
EL PROCESO DE ELABORACION
Con la participación de más de 30 militares, el proceso de elaboración de una bandera monumental tarda aproximadamente 15 días.
Inicia en la fábrica de teñido, acabados y estampados, donde con maquinaria de punta se realiza el tratamiento de la tela en crudo de alta resistencia conocida como Ripstop diamante. Los lienzos de más de 40 metros se tiñen por separado en los tonos exactos de verde, blanco y rojo. Se les da un tratamiento con una resina especial para que repelan el agua y tengan menos peso.
“Trabajamos 24 horas, en tres turnos diferentes, para que todo el personal esté capacitado en la revisión de lo que es la materia prima de nuestro lábaro patrio”, explica a Excélsior el Capitán Primero, ingeniero industrial, Luis Miguel Fernández Robles, jefe de la fábrica de teñido, acabados y estampados.
Cuando los lienzos están teñidos y secos se procede a su ensamble, siempre empezando por el color blanco, donde se estampa el escudo nacional en una superficie de 50 metros de largo por 28. 6 metros de ancho.
El jefe de la fábrica de confección de banderas, Rosalino González Aguirre, Capitán Primero e ingeniero industrial, explica que “aquí confeccionamos nuestro lábaro patrio. Aquí se recibe el corte, se hace la unión de lienzos, se empieza con el color blanco, luego el rojo y finalmente el verde.
“Al llegar el lienzo de color blanco se pone una plantilla donde tenemos el diseño oficial del escudo nacional; sobre esa plantilla se ponen los lienzos unidos y se calca el escudo a lápiz. Posteriormente se inicia el pintado completamente a mano del escudo nacional, es un trabajo artesanal.
“Se utilizan 16 diferentes tipos de tintas textiles de agua: 11 para la base y cinco para dar el matizado o realce a nuestro escudo. Cuatro militares, con ropa y zapatos especiales para resguardar la limpieza, intervienen en el proceso que tarda dos días ya que el escudo nacional se pinta por ambas caras del lienzo”.
Posteriormente, se realiza la colocación de herrajes y de toda la infraestructura que se requiere para izar la bandera en el asta.
“Al final se hace una exhaustiva revisión donde participan 180 operarios que extienden el lienzo de nuestra bandera nacional en la explanada para revisar que no haya manchas, roturas, que no esté descosida o cualquier defecto”, precisó el Capitán González Aguirre.
El escudo nacional también se borda
Jorge Lozano Martínez, subteniente sastre y supervisor de la línea de bordado de la Fábrica de sastrería de la Sedena, explica que cuando se trata de banderas interiores —de oficina o de escritorio— que se confeccionan en tela de razo, el escudo nacional es bordado a mano.
“En estas banderas, que son para oficina o escritorio, se bordan los escudos nacionales de nuestro lábaro patrio. Hombres y mujeres militares bordan completamente a mano con un hilo de canutillo, dando los realces que lleva nuestro escudo.
”Por el detalle una persona se tarda quince días en bordar un escudo que mide 40 x 40 centímetros para una bandera de oficina de 90 por 1.60 mts”, explica el militar.