LA OTRA TLAXCALA
“Las Muñecas Rotas” de Muñoz de Domingo Arenas
Por Pedro Morales/ Un drama de nuestro tiempo padecen tres niñas, quienes presuntamente eran o son abusadas sexualmente en el ejido de Muñoz de Domingo Arenas, solamente unos días las tres hermanitas lograron salvarse de su tormento.
La burocracia, inconciencia de malos servidores públicos, hace más de tres años, como en la actualidad, justo tras el relevo de gobiernos, las regresó a su martirio.
Fueron rescatadas por la fuerza pública municipal, llevadas a la ciudad de Apizaco a la agencia especializada de la PGJ, estuvieron un par de semanas, les realizaron todo tipo de análisis y exámenes, pero no se aplicó la mano de la justicia.
Regresaron a su pesadilla, sus padres se embriagan cada fin de semana, cuando ven gente extraña obligaban a las niñas a meterse dentro de un ropero desvencijado.
Eran amordazadas, para que no gritaran, tenían prohibido hacer ruido, hasta que los extraños se fueran y si hacían ruido, les pegaban.
De nada vieron las denuncias de sus profesoras, de sus compañeritos de escuela, de trabajadoras sociales, la intervención del edil de Muñoz, de funcionarios del DIF, de aquél entonces, de la procuradora de la defensa del menor y de agentes especializados.
Un par de semanas las inocentes niñas estuvieron bien alimentadas, bañadas y durmieron en camas limpias según la Procuraduría de Defensa del Menor dependiente del DIF, de nada sirvió que a la ex procuradora Claudia Cordero Báez, constatara personalmente el estado de las menores.
El dictamen médico de los ”especialistas” fue brutal, revelaron que apenas si había señales en los cuerpos de las niñas de abuso sexual, que no eran pruebas contundentes, que eso no bastaba y la emprendieron en contra del personal del DIF, por haber llamado a los medios de comunicación y hacer “escándalo”.
Por otro lado comunicación social de la Procuraduría General de Justicia del Estado, de la pasada administración informó que la representante de la agencia del Ministerio Público había sido rotada, de tal forma que la ex MP Angélica Palacios como dejó el cargo, también abandonó el caso.
Como resultado de esta situación, establecieron que no había delito que perseguir, que las menores “fueron un poco abusadas sexualmente, no había mucho daño y por eso se consideró que las niñas deberían regresar con sus padres”.
Estos hechos le constaron personalmente a la ex directora del Instituto Estatal para Personas con Capacidades Diferentes, quien confirmó lo antes señalado al coincidir una de sus visitas a las comunidades en el ejido de Muñoz de Domingo Arenas, las mujeres le han comentado sobre el caso.
De nada valió la sensibilidad, ni la preocupación de las mujeres del DIF municipal y de las vecinas de las niñas, pero poco o nada se puede hacer, hay instancias, espacios y responsabilidades.
Las vecinas comentan que es infame lo que las autoridades hacen, porque no es posible que digan que “si hubo daño, pero es muy leve”, dicen que les dan ganas de tomar la justicia por mano propia y castrar a los infames que las han violado.
También confirmaron que a las niñas las encierran en el ropero, han vuelto a estar sucias, su mirada otra vez es de tristeza, no se les hizo justicia y rezan porque si han fallado las autoridades terrenales, las del cielo y la conciencia deben caer sobre los culpables.
La exprocuradora, en lugar de tomar cartas en el asunto se dedica a regañar a las mujeres, ya son dos los casos de violación que se han presentado en el ejido de Muñoz de Domingo Arenas, son cinco las niñas afectadas.
Solicitaron la intervención de las autoridades para que pongan fin al martirio de estas niñas que son también llamadas tristemente “Las Muñecas rotas de Muñoz de Domingo Arenas”, que no alcanzaron la libertad y las siguen lastimando.
Lo desgarrador y crudo de la historia de estas “Muñecas Rotas” no ha parado, vecinos de esa ranchería ubican que una de las niñas, la menor, una güerita de ojos vivarachos ya habría fallecido.
Que tan luego como las soltaron, las autoridades, los padres se cambiaron de casa, que frecuentan las piqueras de la región y que ya poco se aparecen.
Pero lo cierto es que estas inocentes niñas, al igual que otras muchas en la región, viven diariamente un verdadero martirio y un infierno de impunidad. Mientras otra vez la impunidad regresa con el nombre de campañas políticas.