Tlaxcala aduana mortal para los emigrantes centroamericanos

Tlaxcala aduana mortal para los emigrantes centroamericanos

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Pedro Morales

Cada día, cientos de emigrantes salen de sus países como Honduras, El Salvador, Guatemala, Colombia, Haití, y hasta de Venezuela se suben al lomo del tren conocido como “La Bestia”, para cruzar la frontera de México con los Estados Unidos y por las vías deben forzosamente cruzar por territorio tlaxcalteca.

Cada hombre es una historia de vida, lo dejan todo, madre, padre, esposa, hijos y amigos. Unos son empujados por la necesidad, la carencia, pero en su mayoría huyen de la violencia, si se quedan, se mueren.

En sus países de origen son víctimas de las mafias, de los ejércitos y de una política de exterminio que señala con índice mortal a sus familias, por eso si desaparecen su familia se salva.

Casi la misma historia se repite, deben cruzar la frontera sur de México, para abordar el ferrocarril, son modernas máquinas diesel que a todas horas transitan por las venas de acero que mueven gran parte de la riqueza de nuestro país.

Para la gente de Tlaxcala, sobre todo del municipio de Apizaco, ya adoptó en su paisaje cotidiano urbano la imagen desgarbada de los emigrantes, sus miradas curiosas, su acento jarocho y su mochila al hombro los identifica.

Una vez que cruzan el estado de Veracruz, antes pasan por Tabasco, suben abruptamente al Altiplano de México, su clima les parece extremo, la temperatura baja y ellos no vienen preparados para enfrentar ese nuevo flagelo.

Sin rumbo, como pueden, unos guiados por los polleros, otros por las nuevas vías de comunicación entre las que predomina el WhatsApp, de sus celulares los va guiando por esta ruta mortal.

Deben transcurrir entre 20 y 25 días para que puedan llegar a territorio tlaxcalteca, en la zona del sureste deben pasar por la aduana de los Mara Salvatrucha, que han sido deportados y se la viven de robar a los emigrantes inexpertos.

Otra aduana de muerte es la organización de los “Z”, ellos se los llevan a punta de metralleta y nunca se les vuelve a ver, eso no es muy común, pero es un peligro mortal y latente que los asecha en todas partes.

Luego tienen que enfrentar a los elementos del Instituto Nacional de Migración, la feroz migra mexicana, que con sus esporádicas redadas es muy temida por las deportaciones.

Ya en el lomo de “La Bestia”, deben tener cuidado y volverse diestros y diestras al  subir y bajar de los vagones, porque también viajan mujeres y familias enteras pero no hay que olvidar a los peores de todas sus pesadillas y esos son los elementos policiacos.

Estatales y municipales los esperan en tierras altas, de tal forma que en Veracruz los espían cerca de los bancos, saben que ahí deben refaccionarse de dinero y entrar y salir de un cajero bancario es un  error que muchos emigrantes novatos cometen.

Así, al llegar a Tlaxcala siguen los asaltos y desde el año pasado han sido agredidos, sin motivo los amenazan y les disparan con armas largas y cortas, uno de ellos quedó tendido muerto en las escaleras de un vagón.

En este mes de marzo del 2018, ya se han registrado dos ataques armados en contra de los emigrantes, hay cuatro de ellos lesionados de bala y solo identifican a sus agresores como hombres vestidos con uniforme y encapuchados.

Pero no solamente los emigrantes son el blanco, desde hace un año el tren “La Bestia” es blanco de modernos asaltantes que colocan piedras, troncos y atraviesan lo que se pueda para frenar su marcha.

Se trata de gavillas numerosas que a punta de armas largas mantienen a raya a los custodios de Ferrosur, mientras otros grupos rompen los cerrojos y abren los vagones.

Se llevan lo que se puede, maíz, trigo, electrodomésticos y hasta botellas de vinos caros, sin olvidar las toneladas de polietileno que son regadas sobre la marcha y otros asaltantes las suben a camionetas para darse a la fuga.

NOS SIGUEN CAZANDO COMO ANIMALES

Dos de los tres migrantes baleados la noche del jueves a bordo del tren, denunciaron que presuntamente quienes les dispararon fueron elementos de la Comisión Estatal de Seguridad (CES).

Entrevistados en la Casa del Migrante “La Sagrada Familia”, donde se recuperan de las lesiones de arma de fuego, acusaron que los efectivos detonaron en tres ocasiones sus armas de fuego.

Recordaron que el jueves, al filo de las 19:00 horas, kilómetros adelante de la estación de Apizaco, antes de que los policías los agredieran les gritaron que se bajaran de la “bestia de acero”.

Esa noche, en el municipio de Muñoz de Domingo Arenas, un salvadoreño y dos hondureños, uno de ellos de 16 años, presuntamente fueron baleados por los uniformados.

Paramédicos de la Cruz Roja trasladaron a los tres lesionados al Hospital Regional de Tzompantepec (HRT), donde fueron intervenidos.

Al día siguiente los hondureños fueron dados de alta, mientras el salvadoreño seguía internado hasta la tarde de este lunes.

El menor, una vez que fue dado de alta del hospital, fue enviado al albergue del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

En este sentido, Elías Dávila Espinoza, responsable de la Casa del Migrante de Apizaco, reprobó la actitud de los policías.

Luego, solicitó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que dé seguimiento a esta agresión contra la población migrante.

Dijo que de acuerdo con lo denunciado por las víctimas, se trata de armas de fuego cortas y de alto poder las que utilizaron para atacar a los hondureños.

“Ni una detonación más contra migrantes, vamos a cambiar balas por despensas y apoyar a quien solo está de paso por Apizaco”, advirtió.

También, anunció que este martes se reunirá con autoridades del DIF estatal y de la Procuraduría General de Justicia del Estado a fin de comenzar los trámites de las visas humanitarias ante el Instituto Nacional de Migración.

Sergio Luna, director de “Un Mundo una Nación”, confirmó que la tarde de ayer fue reportado otro hondureño de 25 años quien al filo de las 15:30 horas recibió cinco impactos de bala al parecer de los custodios de la empresa Ferrosur antes de llegar a la población de Muñoz de Domingo Arenas y fue ingresado al HRT.

Expuso que su vida no está en peligro, sin embargo, lamentó que elementos de la Comisaría de Seguridad Pública de Apizaco hayan ingresado arbitrariamente al albergue bajo el argumento de que buscaban a otro migrante baleado.

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