Aquí Xicohténcatl… Ixtenco, Papalotla, Villalta, Tzompantepec; ¿Qué sigue?

Aquí Xicohténcatl… Ixtenco, Papalotla, Villalta, Tzompantepec; ¿Qué sigue?

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Pedro Morales

Y otra vez las y los diputados locales de plano se descararon, para evitar las críticas por falta de quórum de plano mejor suspendieron las dos sesiones de esta semana.

Lo que les importa son las vacaciones y el tema de la campaña para la reelección, consideran que con su presencia en las sesiones que ya transcurrieron es más que suficiente para justificar el recibo de sus dietas.

Es de lamentárseles su cinismo ahora que algunos de ellos van de nueva cuenta a pedir el voto para reelegirse, tontos seríamos los tlaxcaltecas en votar por ellos para seguir manteniendo zánganos y parásitos de la política.

Y a como está el panorama al inicio de las campañas y sus actores, es mejor sumarse al Partido del Abstencionismo, en espera de que venga otra revolución que saque a la clase vividora de la política, sus mañas y tranzas.

Clase política que ha causado que Tlaxcala se convierta en nota nacional, ahora por la invasión de 123 casas a particulares en Tzompantepec, concretamente en el fraccionamiento “El Divino Salvador”.

Los paracaidistas son expertos en invadir tierras que no son suyas, la mayoría han sido identificados como habitantes de la colonia “Nuevo México”, que en Apizaco es conocida por ser un lugar en donde la policía no entra.

Quien es de Apizaco sabe que la gente que vive ahí en su mayoría no son de Tlaxcala, vienen de Puebla, Veracruz y Guerrero, tal vez es por eso que se meten en propiedad ajena, al saber la tibieza de las autoridades.

Es gente que tiene bien medido a los gobiernos municipal y estatal, ya que saben que son ineficaces y que les falta producto de gallina para hacer valer la ley y darle seguridad a quienes se equivocaron al votar por ellos y su tricolor o azul partido.

Pero mientras se contrata a la otra mitad de más en las policías, mientras los capacitan , mientras los equipan, mientras se coordinan, mientras compran sus cámaras, se las instalan seguramente ya se acabó este chiqui-gobierno.

Por principio de cuentas tenemos que solamente en este mes de marzo, sin tomar en cuenta que algunos dicen que febrero fue el más violento de los últimos diez años, tenemos que marzo fue un mes negro.

El caso de Ixtenco fue emblemático, doce patrullas dañadas, siete de ellas volcadas, incluso las de Libres y San José Chiapa de Puebla, quince heridos y una foto de un guarura golpeado que dio la vuelta al mundo.

Todo esto pasó ante la mirada de lejitos de elementos de la policía del chiqui gobierno, que no se abe si no le entraron por miedo o porque le tienen mucho respeto a eso de las jurisdicciones.

No vaya a ser que el poderoso alcalde Miguel Ángel Caballero Yonca vaya a pedir el apoyo de otros de sus secuaces presidentes municipales de Puebla, Hidalgo o Veracruz y les vengan a partir su mandarina en gajos.

Por las dudas, ya se supo que en gobernación los jefazos se escondieron bajo sus escritorios y desde ese alto mando comandaron a sus granaderos y agentes-periodistas, para que no se metieran, no vaya a ser que fueran hacer enojar al poderoso alcalde.

Apenas si se reponía del susto el diputado frustrado aspirante a candidato al senado por el PRD, al mismo que le asaltaron su casa, nos referimos a Alberto Amaro, cuando le reportaron otra “emergencia” por sus rumbos.

Resulta que los policías estatales y municipales, se pusieron de acuerdo para salvar del linchamiento a unos narcos que fueron correteados tras asaltar un Oxxo en Texmelucan.

Lo interesante del asunto fue que sacaron de una vecindad más de 200 kilos de mariguana a los que les prendieron fuego y también a cuatro autos en los que se movían los delincuentes.

Lo curioso es que dicen los vecinos que presuntamente los polis se llevaron bosas de dinero, joyas, armas de diversos calibres, sin que esto demerite su heroica acción de haber salvado la vida de los delincuentes chilangos.

Qué pasaría si ante la manifiesta ingobernabilidad, la falta de coordinación y preparación de los policías la gente replicara esta acción, para sacudirse a las lacras, sería justo que a la ciudadanía se le otorguen esos miles de millones de pesos que han llegado a Tlaxcala para seguridad.

Pero como los políticos de Tlaxcala que gobiernan en este chiqui-gobierno viven en otro mundo, en el de las campañas políticas para seguir pegados a la ubre y no vivir fuera del presupuesto, la ingobernabilidad que no su GOBERNANZA, otra vez se hace manifiesta.

Resulta que paracaidistas se metieron a la fuerza en propiedad privada en Tzompantepec, sin importar las leyes, ya que saben de la tibieza y falta de producto de gallina del que adolecen los gobernantes en turno.

Pero esta invasión moderna de tierras no es nada nuevo en Tlaxcala, desde el sexenio pasado con Mariano González Zarur se denunció una y otra vez la invasión de poblanos a territorio tlaxcalteca en San Pablo del Monte, en el predio de Tepexco, obedece a la intención del gobierno de Puebla, “no para apoderarse de tierra, sino para llevarse el agua para la Angelópolis”.

Héctor Joseph Cid, presidente del Consejo Ciudadano Intermunicipal en Defensa del Territorio Tlaxcalteca, explicó que todo sigue igual o peor que desde cuando poblanos invadieron los predios de 45 hectáreas del ejido Tepexco en los límites territoriales entre Tlaxcala y Puebla.

Explicó que hasta el día de hoy, las tierras no se han podido recuperar, en el lugar permanecen alrededor de un centenar de paracaidistas, que se mantienen en vigilancia día y noche de los predios.

Hizo notar que “no están ocupados de manera oficial, o físicamente, sino que ellos se conjuntan en el predio para defenderse, se muestran violentos si alguien se acerca a lo que consideran ya su predio, los dueños los quieren limpiar, pero llegan los paracaidistas y los corren”.

O en su caso, los dejan bardear, poner malla o hacer cercas con palos, y en la noche, cuando ya no hay nadie, van y les quitan sus cosas.

“Son alrededor de cincuenta gentes, llevaron una moto conformadora y les tiraron todo lo que ya habían construido, de manera retadora, abierta y alevosa, afectando con esta acción alrededor de 20 familias tlaxcaltecas”, explicó.

Cabe hacer mención que no vivían en el lugar, porque estaban en construcción sus edificaciones, pero los afectaron y los despojaron de sus bienes, sin importar que todos estos predios ya están escriturados para Tlaxcala.

Estas invasiones modernas de tierras deben de prender los focos rojos, no es posible tanta impunidad, y lo peor es que como en el caso de Tzompantepec en el fraccionamiento “El Divino Salvador”, no pueda entrar la policía por falta de la orden de un juez.

Al paso que vamos en un descuido los centroamericanos que van de paso se decidan a meterse a alguna casa que les guste o de plano que vengan gentes de la sierra norte de Puebla y hagan lo propio.

Al fin que Tlaxcala ya se perfila como un pueblo sin ley, donde un Congreso está ausente y no resuelve nada, pero donde hay una administración municipal y estatal que está en espera de que la Divina providencia intervenga y todo se solucione de milagro la creciente violencia e inseguridad.

También puede venir gente de Veracruz o de los antorchistas poblanos que acostumbran tomar y meterse en las tierras con dueño, al fin y al cabo que con las acciones demostradas, Tlaxcala es tierra de nadie o lo que es lo mismo… AHÍ ESTÁ SU INGOBERNABILIDAD.

 

 

 

 

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