Sin castigo diez agresiones contra emigrantes centroamericanos en Tlaxcala

Sin castigo diez agresiones contra emigrantes centroamericanos en Tlaxcala

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31/03/2018/TLAXCALA

En Tlaxcala el tramo ferroviario de Huamantla hasta Muñoz de Domingo Arenas ha sido marcado en la llamada “Ruta de la Muerte” para emigrantes centroamericanos, como el foco rojo donde se han registrado diez agriesiones con armas de fuego.

En el mes de marzo, al menos cuatro migrantes —tres hondureños y un salvadoreño— que intentaban llegar a EEUU fueron atacados a tiros mientras viajaban a bordo del tren conocido como “La Bestia”, o sobre las vías, muy cerca de la estación de Apizaco.

Las víctimas denunciaron los hechos ante las autoridades locales y señalaron como responsables a policías estatales y guardias del tren “quienes dispararon sin mediar palabra”, le dijo Sergio Luna, director del albergue La Sagrada Familia, lugar al que los centroamericanos llegaron pidiendo auxilio.

“Fueron dos hechos. El primero ocurrió el 1 de marzo y ahí resultaron heridos tres migrantes, entre ellos un menor de edad. El segundo episodio se dio la tarde del 5 de marzo, donde fue atacado un joven hondureño. Ambos casos se dieron como a 300 o 400 metros de la estación del tren en Apizaco”, detalló Luna.

Desde mediados de 2016, no han parado las agresiones contra migrantes que viajaban en La Bestia en el sur y centro de México. En casi todos los casos las víctimas señalaron como responsables a policías locales o a los custodios del tren.

Al menos 10 de las agresiones armadas contra migrantes se dieron cuando el tren y las vías eran custodiadas por una corporación llamada Cuerpo de Seguridad Auxiliar Urbana del Estado de México (Cusaem). Sin embargo, ningún caso ha sido resuelto.

Tampoco hay personas detenidas hasta el momento.

Desde abril de 2017 no se había reportado ninguna agresión en Tlaxcala. En aquel entonces, el migrante hondureño Pedro Rafael recibió tres disparos. En su denuncia, señaló como responsables a los guardias del tren.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) contabiliza que cada año 140,000 migrantes realizan un fatigoso viaje para atravesar México con la esperanza de llegar a Estados Unidos.

Un informe realizado por la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes halló que cientos de ellos han sido atacados por los guardias del tren.

La corporación Cusaem fue formalmente reconocida como parte del gobierno del Estado de México cuando el actual presidente del país, Enrique Peña Nieto, era gobernador de allí. No obstante, está protegida por una trama legal que la blinda de hacer públicas sus operaciones financieras, dar información de lo que sucede en su interior o ser auditada.

Cusaem utiliza una licencia de portación de armas del gobierno del Estado de México para prestar servicios de vigilancia. Sin embargo, este permiso se limita a la seguridad pública y prohíbe “su uso para prestar servicios de seguridad privada”. No está claro si el cuidado del tren cae dentro del ámbito del permiso como seguridad pública.

La vigilancia en La Bestia supuestamente está amparada por un acuerdo que permite a Cusaem operar fuera del estado de México. Este documento es otro misterio, pues las autoridades que deberían tenerlo respondieron a solicitudes de información que no lo localizaban en sus archivos.

Con estos supuestos permisos, el Ejército mexicano ha vendido a Cusaem más de siete mil armas en los últimos diez años. Una base de datos Univision muestra que este arsenal le ha servido para firmar contratos de seguridad con el gobierno del presidente Peña Nieto por más de 200 millones de dólares.

Por estas presuntas irregularidades, decenas de organizaciones promigrantes han pedido públicamente al gobierno mexicano desde 2015 que se inspeccione o retire a Cusaem de las vías del tren.

 

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