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Dejan en el olvido monumentos del 68, en CDMX

CDMX.- 16 de abril de 2018

Abandonados, sucios, con graffiti y poco mantenimiento lucen los únicos tres monumentos que existen en la Ciudad de México para conmemorar el Movimiento Estudiantil de 1968 y recordar a los caídos el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

Uno de estos monumentos es la piedra volcánica ubicada sobre Avenida de los Insurgentes, creada para recordar la llamada Marcha de la Dignidad que encabezó el rector Javier Barros Sierra el 1 de agosto de 1968, que buscaba defender la autonomía de la UNAM tras la entrada del Ejército a escuelas universitarias. Con varias pintas de graffiti en los costados de su base, así como una placa que muestra el paso del tiempo, es como se encuentra el monumento.

La segunda es una escultura en bronce de Heberto Castillo, la cual fue instalada en la Plaza Cívica Aguascalientes, localizada frente a las instalaciones del Archivo General de la Nación (AGN) en la delegación Gustavo A. Madero, inmueble que en aquel entonces era la prisión de Lecumberri. Con restos de comida, botellas de cervezas vacías, así como un espacio que ocupan para descanso personas en situación de calle es como luce actualmente la escultura.

La más conocida es la Estela de Tlatelolco, inaugurada el 2 de octubre de 1993, en el marco del 25 aniversario de la masacre en la Plaza de las Tres Culturas. Esta escultura está dedicada a 20 víctimas, cuyos nombres y edades, que van de los 15 a los 68 años, están plasmados en la roca. En la actualidad, las luminarias que debían alumbrarla por las noches no funcionan y ahora están llenas de basura.