REPORTAJES ESPECIALES
26/04/2018/TLAXCALA
Pedro Morales
(II)
En el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria que realizó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), revela que los dos penales con los que cuenta Tlaxcala, obtuvieron una sumatoria de 7.2 de calificación.
El Cereso de Apizaco registró 7.22 y el de Tlaxcala, 7.01, por lo que el propio estudio explica que en ambos se registra una estancia digna. La tendencia estatal, entre 2015 y 2016, se mantuvo en semáforo color amarillo, lo mismo en aspectos que garantizan la integridad personal del interno, dentro del mecanismo de seguridad.
Detalla que fueron aceptados los mecanismos de reinserción del interno, y en lo que respecta a grupos de internos con requerimientos específicos en 2015 fue regular, mientras que en 2016, el semáforo se mantuvo en color rojo.
Ambos penales no registran una sobrepoblación, pues en el caso del Centro de Reinserción Social de Apizaco hay una capacidad para 474 hombres y 82 mujeres, actualmente hay 361 varones y 66 féminas.
En tanto, que en el de Tlaxcala, hay espacio para 474 internos, y hay una población actual de 364.
En ambos se registran condiciones regulares en su centro de internamiento, no obstante, hay mejores resultados en comparación con otras cárceles del país, como Sinaloa, Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero, Puebla, Veracruz, entre otros.
En el caso del Cereso de Apizaco, hay una insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos; prevención de violaciones a derechos humanos y la atención en caso de detección, así como insuficiencia en los procedimientos para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos.
En cuanto a las condiciones de gobernabilidad observa insuficiencia de personal de seguridad y custodia y deficiencia en el proceso para la imposición de las sanciones disciplinarias, así como una carencia de vinculación de la persona privada de la libertad con la sociedad.
Se necesita mayor atención a personas adultas mayores, y dentro de las observaciones se detectaron insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria.
Los problemas que detectó la CEDH en las distintas cárceles se encuentran el autogobierno o el cogobierno, la falta de prevención y atención de incidentes violentos, la sobrepoblación, el hacinamiento, así como la separación entre procesados y sentenciados.
Finalmente la CNDH destaca que en el caso de Tlaxcala, en sus Centros de Reinserción Social no operan bandas que controlen los mismos, no existe sobrepoblación y no ha habido incidentes violentos, solo se ha detectado en ocasiones el consumo de sustancias prohibidas.