Periodista mexicana gana el Princesa de Asturias de Comunicación

Periodista mexicana gana el Princesa de Asturias de Comunicación

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CDMX.- 3  DE MAYO DE 2018

La mexicana Alma Estela Guillermo Prieto obtuvo hoy el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades por una carrera en la que ha llevado al periodismo anglosajón la información de América Latina.

Alma Guillermo Prieto (Ciudad de México, 1949) se impuso en las últimas votaciones del jurado a otras dos reporteras estadounidenses y con su elección se ha convertido en la tercera mujer que consigue este galardón en sus 38 ediciones , después de la filósofa María Zambrano, en 1981, y la fotógrafa Annie Leibovitz, en 2013.

Miembro honoraria de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, la hoy galardonada inició su trayectoria como periodista cubriendo la insurrección nicaragüense de los años 70 para “The Guardian” y fue una de las dos reporteras que en 1982 desveló, en su caso en “The Washington Post”, la masacre de civiles en El Mozote (El Salvador).

La periodista, que firma sus trabajos como Alma Guillermoprieto ha desarrollado en su trayectoria profesional un “profundo conocimiento de la compleja realidad de Iberoamérica”, así como su escritura “clara, rotunda y comprometida”, con la que ha sabido tender “puentes en todo el continente americano”.

Entre los 14 miembros del jurado, presidido por el filólogo y exdirector del Instituto Cervantes Víctor García de la Concha, ya había quien, al iniciar ayer las deliberaciones en el Hotel de la Reconquista de Oviedo, había apuntado que había candidatos del mundo de la comunicación muy destacados y que el ganador podría ser alguno de ellos y, probablemente, una mujer.

Las periodistas estadounidenses Zainab Salbi, Gloria Steinem y Oprah Winfrey, y el polaco Adam Michnik se encontraban entre las veintisiete candidaturas de diez países que en esta ocasión optaban a este galardón, el segundo en fallarse en la presente edición.

Guillermoprieto se dedicó al ballet antes que al periodismo y, tras trasladarse siendo adolescente a Nueva York para vivir con su madre, en 1969 se mudó a La Habana para dar clases de danza y nueve años después se inició en el mundo del periodismo como reportera “freelance” en América Central para “The Guardian” y, más tarde, para “The Washington Post”, donde formó parte de su plantilla en la década de los ochenta.

Tras un paréntesis en América del Sur, continuó como independiente escribiendo sobre Iberoamérica para varias publicaciones en inglés y español.

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