31/05/2018/CDMX
Ante expertos, académicos y estudiantes reunidos en el Auditorio del INE, el consejero presidente, Lorenzo Córdova, consideró sustancial incrementar los contextos de exigencia para que la seriedad prive en la realización de las encuestas, a partir de la “incansable búsqueda de herramientas técnicas que contribuyan a explicar mejor nuestra realidad y a que las y los mexicanos podamos ejercer con ello nuestro derecho a la información”.
Para la autoridad electoral, dijo, “la demoscopia constituye el ejercicio del derecho a la información de las y los ciudadanos y mientras más rigurosos sean sus estudios, más contribuyen al conocimiento de la sociedad y a la recreación de la vida democrática”.
Córdova Vianello afirmó en presencia de los Consejeros Ciro Murayama y Jaime Rivera, así como del Secretario Ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo, que como sociedades democráticas, “estamos frente a una serie de desafíos” en el tema de las encuestas, las cuales implican una medición cada vez más compleja.
Al hacer una similitud entre la desconfianza hacia las casas encuestadoras y las autoridades electorales, el Consejero Presidente del INE destacó la importancia de seguir robusteciendo, por una parte, el análisis y la discusión en torno a las mediciones de preferencia democrática y, por otro, la reivindicación sobre las encuestas por parte de la ciudadanía, “a fin de tratar de comprender mejor nuestra realidad y los desafíos que enfrentamos entre la autoridad electoral y el gremio de la demoscopia”.
Con el tema “¿Cómo y por qué las encuestas, con los problemas de falta de precisión que enfrentan en la actualidad, resultan útiles para la sociedad durante procesos electorales?”, Marcelo Ortega, presidente del Colegio de Especialistas en Demoscopía y Encuestas (CEDE), dijo que es responsabilidad de encuestadores y autoridad buscar los mecanismos para hacerles llegar a los ciudadanos información con la mayor calidad posible y darles los elementos para identificarla.
Añadió que se trata de aportar para resolver estos retos y contar con mejores prácticas en el ejercicio de la investigación y la difusión de las encuestas, las cuales, advirtió, “no sustituyen a las elecciones; las encuestas no votan, son los ciudadanos los que deciden, ninguna elección se gana o se pierde a base de ‘encuestazos’ y, sobre todo, ninguna encuesta es un certificado de mayoría o un acta de defunción”.
De cara al análisis de especialistas en el foro, puso sobre la mesa tres temas a evaluar: uno, la cantidad de información sobre la intención del voto publicada hasta ahora, sobre todo porque se han ampliado los canales de comunicación tradicionales hacia las redes sociales, y que cubren huecos de información.
Como segundo tema a considerar, planteó los dos tipos de información que se difunden con las encuestas: por una parte, la de los investigadores de opinión, cuyo objetivo es dar a los equipos de campaña información para la toma de decisiones; a los analistas, elementos para identificar razones de las intenciones de voto, y a los medios, a construir la narrativa de la elección. Y el otro grupo, el de los “atinadores”, cuyo único objetivo es encontrar el ganador de la contienda electoral.
Por último, como tercer aspecto mencionó el papel de los medios de comunicación, que implica una responsabilidad compartida con encuestadores y autoridad, acerca de lo que se está difundiendo; porque, de lo contrario, “tenemos como consecuencia desinformación para el ciudadano; ese es trabajo de todos”.