Por Pedro Morales
El significado de la expresión «el canto de las sirenas» hace alusión a que el ser humano debe alejarse de quimeras, de ilusiones que sólo lo conduzcan a su desgracia.
La referencia bibliográfica es el libro de Homero «La odisea».
A continuación la síntesis del pasaje en mención:
«Las sirenas tiene cuerpo de pájaro y cabeza de mujer. Viven en una isla rodeada de cadáveres y esqueletos de barcos.
¿Por qué?
Fácil, su canto es tan extraordinario que el que lo escucha solo desea alcanzarlas y claro, se estrella con barco y todo contra las rocas de la isla.
Y si alguno sobrevive ya se encargan ellas de matarlo.
Ulises ya está prevenido. Hace que sus compañeros se tapen los oídos con cera. Él les pide que le aten al palo mayor y que no le suelten por más que suplique.
Ulises es demasiado curioso. Necesita saberlo todo, conocerlo todo y no le importa poner en peligro su vida. Ulises escucha el canto de las sirenas.
Le hablan de sus alabanzas, de sus aventuras y él hubiese querido arrojarse al mar para llegar hasta ellas. El barco se aleja de la isla.»
En Tlaxcala y una vez cubierto parte del contenido del calendario electoral para este año, tenemos que ya los candidatos a diputados locales, federales, al senadores y para la silla presidencial se encuentran en plenp fragor de la campaña.
Bajo este escenario, ya reviven las sirenas en Tlaxcala, para atraer a los electores a las urnas, pero al mismo tiempo las sirenas de los aduladores también se hacen escuchar.
En el primer caso, las y los candidatos preparan sus mejores palabras y endulzan sus argumentos “encantar” a los electores con sus frases, sus miradas y ese potente canto de sirenas en que se traducen sus melosas propuestas.
Las estrategias están en marcha tales como salir a tocar puertas, rápido, rápido, gastar suela por esas calles polvorientas donde pasan administraciones y nunca se hace nada, por lodazales y porquerizas, sin manchar su albo plumaje.
Sus cantos ya se escuchan en las radiodifusoras locales, hasta nuestros abanderados están dispuestos a hacer lo que nunca hacen, abrazar a los chamacos, aunque no voten.
Besan a las mujeres, en el caso de los candidatos hombres y las candidatas mujeres besan a los hombres, bueno como saludo, se toman la foto con los viejitos y son un dulce.
Dulce que se vuelve amargo cuando quienes los escuchan llegan a las puertas del palacio de legislativo, para llevar al chamaco o a la hija o al yerno, para que les den lo que les prometieron a los integrantes de las brigadas.
Del otro lado de esta laguna electoral, porque en Tlaxcala no hay mares, puras lagunas, tenemos a cientos de sirenas que se levantan al escuchar el murmullo de las campañas.
Se levantan y comienzan a cantar para atraer a los peces gordos, candidatas y candidatos sucumben a los encantos de las reuniones y las concentraciones, aunque sean ficticias.
Lo cierto es que esta actividad en las campañas es muy socorrida, eso sí, como en las manifestaciones, todos los asistentes se convierten en auténticos líderes de sus pueblos, colonias y comunidades.
Prometen con sus cantos ”Las Perlas de la Virgen”, y llegan a decir que los desayunos tamaleros y con carnitas de puerco, tortillas y salsa verde, son para que el candidato o candidata sienta que hay cariño.
En este tipo de sirenas del tercer mundo se transforman líderes obreros, campesinos, de Ong´s, de sindicatos y hasta de colonias, todos prometen cinco, diez o hasta el que menos mil votos, seguros, segurísimos.
Solo que hay un pequeño detalle, invariablemente piden dinero para organizar todo y si en verdad están muy bien parados o sienten confianza, ellos ponen de su bolsa para los chescos, el pan, los tamales, las tortillas, el arroz y las carnitas.
Otros más abusados se aprovechan de la inocencia de los candidatos y les sacan lo que quieren, dinero, gorras, camisetas, despensas, promocionales y hasta organizan brigadas y por qué no, hacen encuestas.
Este es el juego de la política en nuestros pueblos, la gente se divierte, se emociona y se apasiona, a todos les hacen el juego, agarran lo que les dan, pero en los tiempos actuales ya nada es igual.
Es seguro que en esta ocasión no valdrán los mensajes, menos los apoyos, lo que inclinará la balanza es el dinero, constante y sonante, en efectivo, en mano y eso es un secreto a voces que no alcanzan a emitir los cantos de las sirenas políticas.
En esta ocasión “Los Chairos” del viejo PRI, ya tonmaron por asalto a MORENA, a sus militantes los nuevos “morenos”, los han despojado de sus candidaturas, otra vez “los chamaquearon”, son los mismos que han estado en el barco tricolor.
Ellos esperan que AMLO le gane otra vez al PRI en Tlaxcala, pero a la hora de la hora el panorama se ve difícil y se pueden llevar un chasco, como esa senadora Palafox, quien es la única que no amarró candidatura.
Quienes la conocen juran que tiene su plan “B”, que consiste en colocarse en una alta secretaria del gobierno morenista, todo está fríamente calculado para que su pipiolera no se quede sin su dotación de maicito quebrado.
Todos se aliaron en coaliciones o alianzas, saben que si van solos se van a quedar sin registro y allá los tenemos por esas calles de Dios, pidiendo el voto, otros quieren la reelección.
A todos les desdamos suerte, que sus cantos lleguen a donde tienen que llegar y que en este mes de junio de pesadilla se pase rápido, porque de ahora en adelante lo peor está por venir.
Viene ese canto de las sirenas que antes agradaba al pueblo, a las y los electores, pero que ahora resulta estridente por las promesas incumplidas, pero más que nada por la falsedad de sus palabras… AL TIEMPO.