Pedro Morales
Todo se ha consumado, el pueblo de México eligió y le abrió la puerta al SUPREMO PODER, Andrés Manuel López Obrador ya es presidente electo y en estos momentos virtual de todos los mexicanos.
Lo van a acompañar durante sus seis años senadores, diputados federales y en algunos casos como el de Tlaxcala con mayoría de representación, lo que indica que los pesos y contrapesos han pasado a la historia.
De ahí a una DICTADURA solo hay una línea pintada en el suelo que en cualquier momento se puede cruzar, ya mal comenzamos, antes el otrora candidato decía que cada dos años le iba a preguntar al pueblo si seguía en el poder.
Pero ahora que ganó las elecciones, AMLO dice que siempre no, que ahora va a ser cada tres años cuando le va a preguntar al pueblo si sigue en el mandato o no, es algo así como lo que hizo Fidel Castro en Cuba que se reeligió por una eternidad, porque el pueblo se lo pidió.
No vaya a ser la de malas, pero antes de que se entreguen las constancias de mayoría, a nivel federal al momento entre 310 y 313 diputados federales ya son virtuales legisladores.
En el caso del Senado son entre 68 y 70 las y los senadores que se van a sentar en una curul, en ambos bandos todos son de MORENA, mientras que en Tlaxcala ya casi son diputados locales 15 morenistas.
EN EL MURO DE LOS LAMETOS
En al tierra de Xicohténcatl nadie se lo esperaba, la gente acudió a las urnas y voto de un solo lado, y entregó el poder a una sola banda, de un solo lado y así castigo a tricolores, azules, amarillo y anexas.
Pero vamos por partes.
Históricamente el Partido Revolucionario Institucional (PRI), se quedó sin nada, salvo una solitaria representante de ese PRI arcaico y cavernícola, su representante se llama Beatriz Elena Paredes Rangel y va a ser senadora plurinominal por Tlaxcala, solo ella y su alma, sin hacer más campaña que con una cartita.
En Tlaxcala todo se perdió, ahora sale el dirigente estatal del PRI que los traicionaron y que van a correr a todos los traidores, por supuesto que la culpa es de otros, alguien se tiene que echar la culpa y no es la de la dirigencia estatal.
No quiere reconocer que fue la soberbia de no entender que los tlaxcaltecas ya estamos cansados de que nos pongan la pata en el pescuezo, simplemente el pueblo los castigo y los dejo encuerados, políticamente hablando y se lo merecen.
Es el resultado de malas campañas, peor llevadas en medios de comunicación como la que aplicó el tal “Miguelito” y sus secuaces, sicarios o plumas agradecidas quienes con mensajes que nunca le llegaron a los electores, no dejaron que cada uno de los candidatos brillara con luz propia …como las luciérnagas.
Una política centralizada en medios que los trato desde un principio como a niños de pecho a las y los candidatos que se dejaron “chamaquear” y dejaron su imagen en manos inexpertas y que desde tiempo de González Zarur se han ganado la antipatía de los medios tlaxcaltecas a base de error tras error.
El resultado doloroso para ellas y ellos salta ala vista, mejor ellos mismos hubieran manejado su imagen pero como el hubiera no existe, ya se fregaron.
Si bien es cierto que los candidatos tuvieron parte de culpa, en gran medida quien manejó su imagen ante los electores es gran responsable de que el PRI no obtuviera nada, ahora dicen que fue el efecto AMLO el que los derroto.
Pero ellos saben que esa política de exclusión, de que como en los tiempos de Mariano González Zarur con gente en el área de prensa y relaciones publicas causó el rechazo ahora manifiesto de las y los ciudadanos.
Los poblanos que han manejado una política equivocada le han dado al traste a todo lo rescatable del gobierno de Tlaxcala, ellos quieren acaparar todo y no dejan que el pueblo se entere de lo que realmente hace su gobernador.
En su afán de querer hacer creer a la gente que todo está de maravilla y que no hay nada de que preocuparse, mientras cada día se vive una realidad diferente, ha marcado en Tlaxcala que el gobernador gobierne más solo que nunca y lejos del pueblo y de su opinión.
Caray, da flojera decir se los dijimos, pero otra vez no tiene la culpa quien contrata al poblano para manejar su imagen, sino el que sostiene desde hace siete años y siete meses que su dizque “gobernanza en medios” es la mejor.
Ahí tienen los resultados y falta averiguar si los entes encargados de la transparencia revelan de una vez por todas si ese enjambre de gente en el PRI, no siguió cobrando durante las campañas en la nómina de la Cgiyrp, es mera sospecha.
Por otro lado, ya deben de regresar este martes los 11 diputados locales que fracasaron en su intento de reelección, es tiempo de recapacitar y no volver a cometer errores históricamente dolorosos.
Por eso en Tlaxcala decimos que viva el cambio, rezamos porque no se convierta en dictadura, que de verdad exista la división de poderes, que no se tire más línea y que VIVA… EL SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECCIÓN.