CDMX.- 7 DE JULIO DE 2018
Los tratantes de blancas han evolucionado la forma en la que capturan a sus víctimas, pues lejos de violentarlas, las convencen de ejercer el trabajo sexual, al grado que que las denuncias parecen imposibles de interponer, pues la persona no se siente en riesgo, ni como “esclava sexual».
A decir de Karla Castañeda, analista de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México, el modus operandi de los tratantes evolucionó para no dejar huella del delito, ya que las autoridades contaban con un estereotipo de la víctima y sus síntomas.
“El delito se ha sofisticado, al igual que la forma de operar, por lo que se tienen que cambiar las visiones de la víctima y la forma de identificar a los victimarios», dijo Karla.
Enredadas. Las redes sociales también han facilitado el acceso a la prostitución, por lo que cada vez es más difícil discernir entre una víctima y quien se dedica al sexoservicio voluntariamente.
Tan sólo en Toluca, a través de Twitter y sitios como Locanto, la oferta de escorts y sexoservidoras ha aumentado desde que, en 2014, se prohibieron los giros negros a fin de combatir la trata de personas.
Se ha detectado que el mecanismo de captura comienza cuando se rompen lazos -sociales y familiares- y continúa con el quebrantamiento de la víctima, por lo que comienza a creer que no vale la pena denunciar o que viven una situación ventajosa.
Castañeda insistió, además, en que deben brindarse instrumentos legales para quienes practican la prostitución, pues la clandestinidad es la que propicia las redes de esclavos sexuales.