El grafiti gana terreno en el corazón del sur de Tlaxcala

El grafiti gana terreno en el corazón del sur de Tlaxcala

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Pedro Morales

La transculturización como un efecto de la repatriación de paisanos tlaxcaltecas de los Estados Unidos, hace que importen a su tierra natal nuevas costumbres, aunque también la cercanía y convivencia con la Ciudad de Puebla, han generado la multiplicación de bandas en los barrios y con ellas la delimitación de su territorio mediante pintas en las paredes.

El joven grafitero, Iván Berruecos Zempoaltécatl considera que “este es el resultado de pintar de manera libre, creativa e ilimitada, con fines de expresión y divulgación donde su esencia es cambiar y evolucionar buscando ser un atractivo visual y con un alto impacto”.

Acota que, de alguna manera, es parte de un movimiento urbano revolucionario y rebelde.

Para los adultos mayores como Sebastián Rojas, de la colonia del centro, en Papalotla  hay jóvenes que son cuidadosos, ponen todo su empeño para crear verdaderas obras de arte, otros solamente agreden  y desafortunadamente la imagen que da el vandalismo afecta una forma de expresión.

En otras entidades como el Distrito federal, se considera que en el muralismo urbano, los jóvenes pueden expresar diferentes tipos de sentimientos y nuevas formas de arte que nacen de la creatividad de estas personas.

Mientras que en Papalotla, el vandalismo se identifica con palabras obscenas, pintas ilegales de apodos o incluso para dejar recados amenazantes a bandas rivales.

El grafiti ahora es más abundante y en cualquier punto, en cada calle, en cada barda se manifiesta una forma de arte y expresión. Se puede realizar un grafiti entre una o varias personas.

Iván comenta que son conocidos como Crew, que son un grupo de jóvenes que se identifican su grupo con un nombre especial para ser reconocidos y plasmar el nombre de su Crew en sus grafiti.

Sostuvo que “en la actualidad está tomado un gran auge el grafiti, donde las personas permiten a los jóvenes realizar sus pintas en sus bardas y lo que es un punto a favor ya que con esto se evita el graffiti ilegal”.

Sin embargo el grafiti se ha convertido en uno de los problemas sociales que más provoca la molestia de la ciudadanía, además de la pésima imagen urbana.

Agrega que “los propietarios de comercios, casas habitación y hasta edificios gubernamentales, realizan gastos innecesarios cada que los vándalos pintarrajean sus propiedades”.

El grafiti se ha convertido en una verdadera calamidad para la mayoría de los propietarios de domicilios, en esta cabecera municipal.

Pese a que las autoridades de la dirección de Seguridad Pública del municipio han endurecido sus medidas en contra de quienes son sorprendidos realizando esta actividad, la verdad es que las fachadas de varias viviendas son objeto de pintas por vándalos.

Incluso son los domicilios cercanos a instituciones educativas, los que suelen ser más vulnerables ante el grafiti. Cabe mencionar que el grafiti constituye un problema social y se convierte en un delito, cuando se realiza en una propiedad privada y lugares públicos.

En San Pablo del Monte hay una enorme cantidad de marcas de grafiti territorial, que expresan cuántos jóvenes carecen de apoyo psicológico, puesto que según comentarios de remitidos, se ha observado que atraviesan por problemas de desintegración familiar.

Elementos de la policía municipal comentaron que también existe el grafitero que únicamente efectúa ésta mala práctica por moda o por ganarse el reconocimiento de los demás, sobre todo si lo realiza en un lugar prohibido.

Los jueces de barandilla, indicaron que algunos padres de familia culpan a las amistades de los jóvenes, cuando van a recoger a sus hijos, después de ser remitidos a Seguridad Pública.

Las autoridades expresaron, que ésta problemática social atañe a los padres de familia, maestros y a los propios jóvenes, los cuales deben trabajar en conjunto para evitar éste mal urbano se siga proliferando.

Cuando una persona es detenida por efectuar este tipo de actos, se tipifica como delito y el afectado puede llegar a un acuerdo con el causante para que se le repongan los daños.

En caso contrario, no se retiran los cargos y el presunto responsable sería consignado ante autoridades investigadoras, en caso de ser menores de edad, serán los padres quienes respondan por los actos.

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