Aquí Xicohténcatl

Preserva Tlaxcala fósiles de mamut y vestigios de masto fauna prehistórica

 

Pedro Morales

Septiembre del 2018

El territorio de Tlaxcala, considerado el Estado más pequeño del país, atesora en laderas, valles, cerros y montañas un gran tesoro que data de la prehistoria; enormes huesos de mastodontes, tigre dientes de sable, bisonte, armadillo gigante, caballos prehistóricos y otros animales han desafiado el paso de los siglos hasta nuestros días.

Estos  valiosos vestigios de la prehistoria, al igual que alrededor de mil 200 sitios de vestigios prehispánicos, corren el riesgo de perderse ante el avance inexorable de la Megalópolis, que cubre con su urbanismo lo que antes fueron tierras de labor o paisajes que habían permanecido intocables ancestralmente.

Ha sido gracias al desarrollo de la infraestructura, principalmente carretera, como han sido rescatados a lo largo de cuatro décadas enormes huesos de mamut, colmillos de marfil que se han convertido en fósiles de la prehistoria.

Este increíble y hasta milagroso rescate ha sido encabezado por Gustavo Gómez Rábago, quien durante su actividad como encargado de la apertura de caminos rurales y carreteras dio con gran parte de los restos fósiles.

Así, al paso de los años, la fuerza de las máquinas sobre el terreno puso al descubierto enromes huesos que causaron la admiración de los propios trabajadores camineros.

Pero también se despertó la curiosidad de los pobladores, quienes comentaron que en cerros y barrancas había estos huesos grandes que ellos consideraban eran de gigantes que una vez habitaron el territorio tlaxcalteca.

De esta forma y al paso de los años, el profesionista logró el rescate y custodia legal de los vestigios, a cuyo resguardo se han salvado de la burocracia del Instituto nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de los años.

LOS RESCATAHUESOS DE TLAXCALA

Los rescata huesos son un número determinado de individuos amenazados por los ataques constantes de la burocracia del INAH.  Su labor dentro del contexto de la cultura en México se circunscribe a descubrir, estudiar y en su caso a recuperar restos fósiles que de otro modo se perderían por los efectos del intemperismo.

Esto es a las transformaciones que en su estructura molecular provocan los cambios bruscos de humedad en los huesos al quedar expuestos al sol y al viento por la erosión del terreno que los contiene.

Los problemas que enfrentan los rescata huesos no son por las constantes exposiciones a los rayos de sol, ni a las arduas y largas caminatas en terrenos áridos y de difícil acceso.

Sino por las críticas, ataques y demandas que en su contra entablan las “autoridades“ del INAH, dependencia que por su competitividad y ambición se declara como la única entidad en México con la potestad de descubrir y rescatar restos fósiles y vestigios arqueológicos.

Posición que coloca a todo investigador, profesional o aficionado como una persona fuera de la ley y sujeto a proceso penal por el delito de adentrarse por amor en el estudio de México y su historia.

Gómez Rábago indica que “cabe hacer la aclaración a modo personal, que cuando se recurrió al INAH para buscar apoyo y asesoramiento para rescatar algunos restos de grandes mamíferos que habitaron el estado de Tlaxcala, la respuesta no solo fue negativa, sino que se transformó en desprecio y humillación para los que en el momento rescatamos ilusionados nuestros primeros fósiles”.

Mención especial en esta búsqueda, la merecen quienes al inicio de los trabajos de investigación, difundieron y participaron en los hallazgos más importantes y los dieron a conocer a la opinión en reportajes publicados tanto en el Heraldo de México y El Sol de Tlaxcala, así como en televisión en los canales 12 y 2 de Televisa y T.V. Azteca.

SALVAMENTO DE UNA PIEZA

Esta presentación busca mostrar la manera en que se localiza y rescata de manera empírica, un resto fósil.

En este caso se trata del rescate de un omóplato de mamut, localizado por el Pedro Morales González y Gustavo Gómez Rábago en febrero de 1985, en terrenos del rancho “La Mancera “en el municipio de Lázaro Cárdenas, Tlaxcala.

Lo primero es la descripción del terreno en el que se localizó.

Presenta un grado de erosión muy fuerte, con formaciones particulares y características de los terrenos en que se encuentran estos restos, en un recorrido del terreno que se hizo días antes del rescate se localizó a 50 metros aproximadamente otro hueso y debido a esto el 5 de febrero se organizó este rescate.

En la fotografía se localiza una parte de costilla y a la izquierda se marca simplemente el lugar en que se encontró el omóplato. Se aprecian alrededor, unas piedras redondeadas que no pertenecen a la formación geológica del terreno.

Después de haber localizado el hueso, del que no se veía mas que un área aproximada al tamaño de una nuez, Pedro Morales inicia la excavación, en el acercamiento más o menos se aprecia esto.

Al fondo se aprecia la costilla localizada al principio una vez descubierta del material que la cubría  Se inicia propiamente el rescate sin sospechar ni por mucho las dimensiones del hallazgo.

Para la remoción del material que cubre el hueso, se utilizan ropas manufacturadas ex profeso para esta actividad y se procede de acuerdo al manual de “rescates en lugares difíciles y con la prestancia y elegancia que corresponde a la importancia del hecho”.

Se inicia propiamente el rescate sin sospechar ni por mucho las dimensiones del hallazgo.

Para la remoción del material que cubre el hueso, se utilizan ropas manufacturadas ex profeso para esta actividad y se procede de acuerdo al manual de “ rescates en lugares difíciles “y con la prestancia y elegancia que corresponde a la importancia del hecho.

En este acercamiento se aprecia el hueso al principio de su rescate. (nótense las herramientas importadas de Chicontepec del Cobre y diseñadas expresamente para esta labor.)

Lo que en un inicio era un pequeño huesito, se fue transformando en el mayor hallazgo paleontológico de nuestras vidas .

La relación con el lapicero colocado encima, nos iba dando idea de lo importante de este descubrimiento.

En la parte superior derecha se localizó la primera de 4 costillas que flanquearon al omóplato y se aprecia cómo va creciendo la remoción de material, directamente proporcional al tamaño del hueso.

El rescate va tomando forma y la piedra negra que se apreciaba en la primera toma, ha dejado su lugar para permitir la ampliación de la excavación.

Al frente del hueso se nota una piedra redondeada pero con una parte plana que nos hace pensar que corresponde a un elemento de caza de los posibles habitantes de la zona. (el arqueólogo Andrés Santana con su característico desprecio nos notificó “ oficialmente que eso no era posible).

Como a nosotros “oficialmente” su opinión nos vale gorro”, seguimos pensando que a este animal lo sacrificaron humanos.

Ese día no terminamos de retirar todo el material que cubría el hueso por lo que procedimos a protegerlo con las bolsas y costales en que transportamos la herramienta ya que no íbamos prevenidos para un encuentro tan importante.

De esta forma han sido los espectaculares rescates, sin presupuesto, ni recursos, solamente por amor a la tierra y demostrar que Tlaxcala es mucho más que huehues y toritos, es territorio de gran valor, en este caso de vestigios prehistóricos.

Se suma la existencia de petroglifos y de al menos 14 sitios donde existen evidencias de arte rupestre, lo que indica que la huella del hombre ha estado presente desde la época de los dinosaurios y mamuts.

EL CASO MÁS RECIENTE

Habitantes de la comunidad de Temetzontla, del municipio de Panotla, Tlaxcala, reportaron el hallazgo de grandes huesos que se encontraban en tierras de labor y que por su tamaño llamaron su atención y no saben si son de reptil o ave de enormes dimensiones.

Indicaron que los restos de estos grandes animales se ubican a flor de tierra y que posiblemente a causa de la erosión y la lluvia se descubrieron, situación que ha causado asombro entre los lugareños, quienes especulan que se trata de caballos gigantes o algún otro animal prehistórico.

Solicitaron la intervención de especialistas, para que vayan a estudiar y rescatar los restos, ya que notaron que al estar fuera de su lugar comenzaron a desbaratase, por lo que decidieron ya no moverlos hasta que a autoridad tome cartas en el asunto.

Cabe destacar que hace un par de años en esta región de los “Los Cerros Bancos” se descubrieron restos del cráneo de un mastodonte con sus dos colmillos fueron descubiertos en una mina de arena, en la comunidad de Tepeticpac del municipio de Totolac.

La pieza, de al menos seis mil años de antigüedad, ya se encuentra encapsulada y está custodiada por elementos de seguridad pública municipal, luego de reportarse un saqueo con uno de los colmillos.

Los trabajos de excavación para develar el espécimen estuvieron a cargo arqueólogos y antropólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes coordinaron un equipo que trabajó por dos meses y medio.

Información técnica del INAH precisa que se trata de la cabeza completa y los dos colmillos de una subespecie de mamut, de la que el último ejemplar se extinguió hace 6 millones de años. Las vértebras y resto del cuerpo del mamífero siguen sepultados en la zona y el Instituto prevé una segunda etapa de excavación para su rescate.

Lo anterior representa para el INAH el inicio de una investigación de la era geológica y paleontológica poco conocida en la historia de Tlaxcala, pues con los hallazgos se demuestra que existió el mamut en diferentes variedades y que incluso convivió con los primeros americanos que llegaron en el año 12 mil antes de Cristo, con un hábitat caracterizado por abundante agua y vegetación, en una zona que actualmente es árida.

En la actualidad, en el territorio tlaxcalteca se han hecho estudios a la época prehispánica desde su periodo formativo, pero no de la era paleontológica.