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Santuarios de la mariposa monarca abren sus puertas; su llegada simboliza el inicio de la cosecha

CDMX.-20 /11/2018

Desde tiempos prehispánicos, la llegada de la mariposa monarca a los bosques de las comunidades indígenas, ubicadas en lo que hoy es territorio de los estados de México y Michoacán, se convirtió en una simbiosis religiosa y cultural que aún se mantiene viva.

En un comunicado, el Gobierno del Estado de México, señaló que la llegada de estos insectos a las zonas boscosas de la entidad, en los meses de octubre y noviembre, luego de recorrer casi 4 mil kilómetros desde los bosques de Canadá hasta el centro del país, coincidía con el fin del ciclo agrícola de muchos productos.

Por ello, añadió, su llegada representaba para los indígenas el momento de cosecha, y en algunas comunidades mazahuas las conocen como “cosechadoras.”

Explicó que en el Estado de México, el grupo mazahua, comunidad indígena a la que pertenecen los bosques de oyamel en los que cada año llegan estos insectos, las conocen también como “Xepje” o “hijas del sol”, por el color brillante de sus alas y porque con el despertar de la Monarca, previo a su regreso a las tierras canadienses, llegaba también el sol de la primavera.

Para los mazahuas mexiquenses, añadió, la llegada de los primeros grupos de “Xepje” marcaba también el inicio de la cosecha y era una señal de que el clima sería bueno para sus siembras, y en los meses de febrero y marzo, una vez terminado su ciclo reproductivo y que comienzan su emigración, era la señal propicia para dar paso a la siembra del maíz.

Indicó que la llegada de la mariposa monarca a estos lugares coincide también con una de las celebraciones religiosas con mayor arraigo en los pueblos originarios: el Día de Muertos, por lo que también se asoció su arribo con el regreso de las almas de los difuntos que viajaban desde muy lejos para reencontrarse con sus familiares.

Las “Xepje” se convirtieron así en las cosechadoras del reencuentro con los antepasados, agregó.

Por ello, dijo, no es raro que en las ofrendas que se colocan en estas comunidades en el Día de los Fieles Difuntos, algunas personas sigan colocando la figura de una mariposa monarca como símbolo del regreso de sus antepasados, e incluso en algunas, den la bienvenida a los primeros grupos de este insecto repicando las campanas de sus iglesias.

Expuso que el nombre de la monarca se debe a la publicación de un trabajo de 1874 del entomólogo y paleontólogo estadounidense Samuel Hubbard Scudder, al considerar a esta mariposa como una de las más grandes y con mayor presencia territorial, aunque algunos refieren que también fue bautizada así en honor del rey Guillermo III de Inglaterra.