CDMX.- 25/11/2018
Cientos de migrantes que salieron en caravana desde Honduras con el objetivo de llegar a Estados Unidos amanecieron este viernes en un nuevo campamento instalado junto a un paso fronterizo de Tijuana, esperando presionar a las autoridades estadounidenses para abrirles el paso.
Hartos de vivir hacinados desde hace varios días en un albergue que las autoridades de Tijuana improvisaron en un centro deportivo, 200 centroamericanos -en su mayoría familias hondureñas con niños- cargaron sus colchonetas y cobijas para instalarse, en plena calle, junto al paso fronterizo conocido como El Chaparral.
Sin embargo, al salir el sol, el hambre y el frío de la noche hizo que un centenar de ellos regresara al albergue.
Tras un maratónico viaje de más de un mes desde San Pedro Sula, al menos cuatro mil 700 migrantes llegaron directamente al albergue, donde duermen a la intemperie y con escasos servicios sanitarios. La mayoría está enfermo por brotes de influenza, infecciones respiratorias y tuberculosis.
No aguantamos exceso de mosquitos y el lodo que hay en el albergue. Es un charco de cerdos, tenemos miedo de una epidemia”, dijo Billy Martínez, un hondureño de 33 años que viaja solo.
La mudanza del campamento migrante sobre la frontera mexicano-estadounidense podría atizar aún más la tensión, luego que el jueves cientos de centroamericanos se manifestaran mientras fuerzas armadas estadounidenses desplegaban un intimidante operativo de entrenamiento en la cercana garita binacional de San Ysidro.
Donald Trump, quien ha acusado a la caravana de querer protagonizar una “invasión” a su país, ha amenazado reiteradamente con cerrar la frontera y dispuso el envío de hasta nueve mil soldados.
