CDMX/16 /07/2019
Con barreras químicas elaboradas a base de cascarones de huevo, óxido de magnesio, óxido de calcio y calhidra, investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), en coordinación con el colectivo H²O buscan sanear los pozos de agua potable contaminados, cercanos al río Lerma.
Cuando la población de esta región relacionó el agua de color amarillo y rojo que salía de sus tomas domiciliarias, como la causa de constantes enfermedades, decidieron organizarse.
El objetivo es evitar que contaminantes como arsénico y metales pesados se filtren a los mantos acuíferos, para mejorar la calidad del agua que llega a los hogares de la zona, explicó Elvia Evangelina Vargas Ortega, fundadora del colectivo.
Hasta el momento se han colocado barreras en seis pozos: uno en el municipio de Capulhuac; cuatro en Lerma y uno en Toluca, en beneficio de más de 10 mil familias, destacó Verónica Martínez Miranda, creadora de la tecnología y especialista del Instituto Interamericano de Tecnología y Ciencias del Agua (IITCA) de la UAEMex.
El problema se originó luego de las modificaciones legislativas a nivel federal en 2015, cuando los municipios dejaron de tratar el agua residual, indicó.
La medida ocasionó el deterioro del agua, con pérdida de calcio, magnesio y sodio, en las cantidades que requiere el consumo humano.
Destacó que un estudio realizado en 69 pozos hace tres años encontró que en 15 había arsénico y metales pesados.
Explicó que 95 por ciento del cascarón de huevo está conformado por carbonato de calcio y componentes proteicos, lo que permite filtrar y absorber los metales pesados y el arsénico a nivel de suelo. De esta manera se impide que lleguen a los mantos acuíferos.
La investigadora destacó que la UAEMex respalda el proyecto para patentarlo y enseñar la tecnología a los pobladores de las comunidades afectadas.
La fundadora del colectivo H²O destacó que el afluente, que corre desde Almoloya del Río, en el Edomex, hasta el lago de Chapala, en Jalisco, representa una fuente de contaminación.
“Estamos tomando agua, lavando nuestros trastes y ropa, de esos pozos; es obvio que nos enferma. El río, desafortunadamente, se ha convertido en un canal de drenaje, nadie manda agua tratada; recibe el agua residual de casas y fábricas.”
La investigadora de la UAEM indicó que es necesario evitar una situación como la de los Altos de Jalisco, donde hay casos de malformaciones por la contaminación del agua.