CDMX/ 25 /07/2019
Grandes cantidades de químicos como plomo, cadmio, cobre, fósforo, nitrógeno, detergentes, plaguicidas, solventes, pinturas, así como materia orgánica y aceite automotriz, provocaron una formación enorme de espuma tóxica en la presa de Valsequillo, ubicada en Puebla.
La asociación civil Dale la Cara al Atoyac publicó en sus redes sociales imágenes que muestran la espuma formada por contaminantes justo por donde se supone que debería correr agua limpia.
A través de sus cuentas en Facebook y Twitter, indicó que esto ocurre cerca de la presa de Valsequillo desde el pasado 21 de julio, por lo que solicitaron a las autoridades correspondientes y a la comunidad tomar consciencia y empezar a generar un cambio por el medio ambiente.
Hoy el problema es más que evidente, exijamos que se tomen cartas en el asunto ante la crítica situación en la que se encuentra el medio ambiente, principalmente el Río Atoyac”, subrayó.
La asociación urgió cambiar los malos hábitos con la finalidad de ser más amigables con la naturaleza; con acciones como no tirar basura o desechos en la calle, barrancas y en la presa Valsequillo, la cual es nutrida por vital líquido del río Atoyac.
En tanto, autoridades buscan a un hombre de 32 años que cayó al río al intentar tomarse una selfie junto a la espuma.
Protección Civil señaló que hasta el momento no se ha localizado a la persona, por lo que se procedió a realizar otro tipo de búsqueda por las laderas del canal.
Por su parte, medios nacionales indicaron que la espuma llega a los campos de cultivo de la región de Tecamachalco, y el agua sirve para regar unas mil hectáreas de siembras en 17 municipios, entre ellos, Tecamachalco, Quecholac, Acatzingo y Palmar de Bravo, todos en Puebla.
Además de los citados químicos, la presa recibe toda la materia orgánica que se genera en las viviendas y es desechada por los drenajes, que en conjunto con la velocidad del agua y los gases que desprende, causan la formación de la cortina tóxica.
Estas aguas son ricas en bacterias patógenas, en coliformes fecales, materia orgánica, bacterias y metales pesados, que están contenidos en sedimentos que se han acumulado.
Biólogos tienen datos de la existencia de esta espuma tóxica desde los años noventa, situación que se presenta también en el río Nexapa, cuya agua es utilizada para regar campos en otro municipio poblano.
Ante la carencia de estudios que muestren si es que existe alguna afectación para los seres humanos consumir alimentos que son regados con este tipo de aguas, hoy en día no se conocen las consecuencias que esto podría tener en la salud.