TLAXCALA/ 17 /01/2020
El Museo Regional de La Laguna (Murel) cerró parcialmente para comenzar una profunda reestructuración, tanto del inmueble como del discurso museológico y museográfico de las salas permanentes. La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el apoyo del Gobierno del Estado de Coahuila, del Ayuntamiento de Torreón y del patronato del recinto, reabrió sus puertas para mostrar, de una forma didáctica y novedosa, el singular devenir histórico de esta región.
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, y el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, inauguraron cinco salas de exposición permanente renovadas y la exposición temporal Pirámides, montañas sagradas, la cual se presentó con gran éxito en el Museo Regional de Antropología, Palacio Cantón, en Mérida, Yucatán. La exhibición, que permanecerá hasta el 31 de mayo en el Murel, es un viaje por la evolución de estas estructuras, sus características particulares, funciones y, sobre todo, sus múltiples simbolismos.
Como lo hizo en un encuentro previo con la comunidad cultural de Torreón y empresarios locales, Alejandra Frausto reiteró el compromiso de la federación, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, de hacer del acceso a la cultura un derecho cabal, el cual llegue a todos los rincones del país, y dejar atrás aquellos tiempos en que se le consideraba un privilegio.
Se trata “de descubrir y reconocer la fuerza cultural de cada estado, municipio y localidad”, cometido en el que la Secretaría de Cultura tiene un aliado de gran prestigio: el INAH, una institución con 80 años de experiencia en la investigación, conservación, protección y difusión del patrimonio cultural de México, “pero que mantiene la vitalidad de un joven”. Muestra de esta capacidad de renovación —continuó la funcionaria—, es la actualización del Murel, el primer museo con que contó la Comarca Lagunera, hace 43 años.
En palabras de Frausto Guerrero, este espacio museístico reúne la diversidad de las civilizaciones que florecieron en el hoy territorio nacional, y la singularidad de las culturas del desierto, de la antigua Aridoamérica, un área cultural que ha sido “malentendida” en la riqueza de sus saberes y expresiones. En ese reconocimiento radica el poder de la cultura, una herramienta que permite zurcir firmemente las fisuras en comunidades que han perdido la paz, sentenció.
Por su parte, el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, señaló que La Laguna (región que comprende también municipios de Durango) ha ido consolidando su infraestructura cultural, de suerte que hoy cuenta con 16 museos, varios de ellos, como el propio Murel, reconocidos entre los mejores a nivel nacional. Estos logros se deben a una sociedad participativa que debe seguir cultivando valores en el seno familiar, y difundiéndolos a través de espacios como los museos.
El director general del INAH, el antropólogo Diego Prieto Hernández, sostuvo que el Murel repunta entre los recintos museísticos de la Comarca Lagunera, “para señalar que el norte también requiere de proyectos de alta calidad”, una apuesta que el Instituto está emprendiendo en su red de más de 160 museos. Bajo la idea contribuir a que los mexicanos se reconozca en su pluriculturalidad —misión que la institución tiene en el siglo XXI—, el renovado Museo Regional de La Laguna, “permite que nos reflejemos en el septentrión del país, pues no existen culturas superiores e inferiores”.
Es así como en este emblemático espacio cultural, inmerso en el Bosque Venustiano Carranza de la ciudad de Torreón, la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones (CNMyE) del INAH actualizó los contenidos de cinco salas de exposición permanente: Paleontología, Primeros Pobladores, Arqueología Regional, Mesoamérica y Etnografía, las cuales dan la bienvenida a sus visitantes con una atractiva museografía y un discurso actualizado.
El acto de reapertura también fue presidido por Jorge Zermeño, alcalde de Torreón; por Ana Sofía García Camil, secretaria de Cultura de Coahuila; por el ingeniero Héctor Guerrero Herrera, presidente del Patronato del Centro Cultural de La Laguna AC; por Juan Manuel Garibay López, titular de la CNMyE; por Francisco Aguilar, director del Centro INAH Coahuila, y por Gretel de la Peña, directora del Murel.
Renovación de espacios del Murel
Como parte de la reestructuración del recinto, se remozaron las áreas de paso entre salas de exposición, se actualizó el sistema de iluminación de salas y áreas de atención para el público. Asimismo, se efectuó la inclusión de recursos gráficos y audiovisuales para fomentar una experiencia multisensorial en los públicos, y señalética exterior para fortalecer la presencia del museo en el Bosque Venustiano Carranza y sus alrededores.
La actualización museográfica y de contenido de las salas permanentes estuvo a cargo de las arqueólogas Leticia González y Adriana Meza, por parte del museo, del equipo de investigación de la Dirección Técnica de la CNMyE y de la maestra en Ciencias, Felisa Aguilar Arellano, en el tema de paleontología.
Mediante una colección de 384 objetos de carácter paleontológico, arqueológico, histórico y etnográfico, distribuido en 900 m², con mobiliario diseñado y producido ex profeso, se emprende un viaje por la historia del hoy territorio de Coahuila, la cual se remonta a alrededor de 8,000 años, cuando llegaron los primeros pobladores a la región.
El recorrido continúa con los cazadores-recolectores y las culturas nómadas del desierto, cuya información deriva de los hallazgos en la Cueva de la Candelaria. Enseguida, la Sala Mesoamérica proporciona una idea general sobre las distintas civilizaciones prehispánicas y las temporalidades que abarcaron.
La Sala de Paleontología explora los restos óseos de animales y plantas extintos hace miles o millones de años y, por último, la Sala de Etnografía muestra algunas de las culturas originarias y grupos urbanos que actualmente habitan en La Laguna.
Pirámides, montañas sagradas
Esta muestra fue instalada en la renovada Sala de Exposiciones Temporales, donde se consideraron adaptaciones espaciales, incluyendo la conservación museográfica mediante la implementación de climatización para el inmueble. Asimismo, contó con la curaduría de Ana Beltrán Achouche, Miguel Ángel Trinidad Meléndez, Germán Gómez López y Cecilia Maricela Llampallas Sosa, y está nutrida con la mirada de múltiples investigadores y especialistas.
La exposición se integra por 160 piezas prehispánicas, modernas y contemporáneas, provenientes de 22 museos del INAH, además de siete museos y colecciones particulares del país, entre los cuales destacan los museos nacionales de Antropología y de Historia, del Templo Mayor y de Sitio de Teotihuacan, así como la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y el acervo del maestro Francisco Toledo.
México cuenta con una excepcional variedad y diversidad de pirámides tanto en su morfología como en su ubicación. Cada una narra una historia distinta; sin embargo, existen rasgos comunes entre ellas que las hace reconocibles como un icono de México. Todas las pirámides, en conjunto, colaboran en la construcción del imaginario de la identidad mexicana y son símbolo de lo sagrado.
El montaje se divide en los siguientes núcleos temáticos: “Montaña sagrada: centro del universo”, “Cerros construidos”, “Anatomía de la pirámide”, “Morada de los dioses” y “Protagonista universal: la pirámide en escena”.
Así, la exposición Pirámides, montañas sagradas se concibe como un espacio para la conjunción de las nuevas investigaciones desde la arquitectura hasta el simbolismo, sus elementos decorativos y las funciones como representación de la montaña sagrada y eje cósmico en las ciudades antiguas; así como la forma en la cual estas edificaciones han sido apropiadas y reinterpretadas dentro del imaginario mexicano a lo largo del tiempo para convertirse en un icono universal.