Ferrera conmociona la Santamaría

Ferrera conmociona la Santamaría

434
Compartir

TLAXCALA/ 16 /02/2020

Con tres cuartos de entrada, la Plaza de Toros de Bogotá vivió el regreso, después de 18 años, de Antonio Ferrera. El extremeño enardeció los tendidos con su inspirada tauromaquia y con su valor, pues a pesar de resultar herido, continuó la lidia y cortó, a la postre, la única oreja de la tarde. Un sólido Bolívar también mereció un trofeo que el palco le negó. Y Ponce no contó con fortuna en el sorteo y pechó con el lote menos propicio para el triunfo.

Los aficionados que vieron la confirmación de alternativa de Antonio Ferrera, hace ya 18 años en este ruedo, no se podían imaginar que el torero que vieron hoy era el mismo de aquel entonces. De hecho, no lo es, porque la transformación de Ferrera es abrumadora. El Ferrera de este domingo conmocionó la Santamaría. El extremeño derrochó variedad con capote y muleta con su lote.

Al de Juan Bernardo, el segundo de la tarde, lo cuajó en redondo a media altura, a la que embestía el toro, y se adornó con trincherazos del cartel. Pero por el izquierdo, el toro no tuvo la misma franqueza, aunque Antonio le instrumentó una serie de naturales mandones y sentidos al mismo tiempo.

Sin embargo, cuando intentaba un circular con cambio de mano, el toro se le quedó debajo de la muleta y de un certero derrote le hirió en el muslo derecho. Sangrando y visiblemente dolorido, Ferrera continuó la faena donde la había dejado, mientras el público enardecido gritaba ¡Torero, torero!

El pinchazo, en la suerte de recibir, pudo reducir el premio a una oreja que el diestro no paseó, pues pasó a la enfermería. De allí saldría en el sexto, ya sin vestido de luces y usando pantalón y camisa blancos, para volver a enamorar a Bogotá. De nuevo puso creatividad con el percal y esa particular expresión barroca y llena de sentimiento con la que ahora marca a fuego su tauromaquia. Antonio Brindó a los médicos y se echó de rodillas para iniciar su faena de muleta, para luego, entre el ardor del tendido, cuajar una faena de arrebato y conocimiento, pues al tiempo que pulía defectos en la embestida a regañadientes del toro y lo obligaba a pasar, dejaba ese sello personal en cada muletazo que hacía crujir la plaza. Quiso matar en la larga distancia, pero la estocada cayó defectuosa y los golpes de descabello le hicieron perder los trofeos y la Puerta Grande, aunque Bogotá cayó rendida a su toreo. Al nuevo Antonio Ferrera.

El otro gran protagonista de la tarde fue Luis Bolívar, que se contagió de la variedad capotera de Ferrera y dejó lances que nunca se habían visto en su repertorio. El caleño se fajó en una faena de poder y valor ante el complicado tercero, y estuvo realmente bien con el quinto de la tarde, al que, después de sobar en la muleta, tuvo que hacerle faena en las tablas, a donde se refugió el manso. Allí Bolívar le enseñó a embestir y terminó metiéndolo en la muleta, en tandas que tuvieron calidad, torería y mando. Sin embargo, tras la estocada, la presidencia desoyó la mayoritaria petición de oreja y todo quedó en una aclamada vuelta al ruedo.

La peor suerte fue para Enrique Ponce, que se quedó sin opciones ante el desfondado primero y vio cómo una lidia cabal y costosa al flojo y descompuesto cuarto, se perdió entre la desatención, pues el público se distrajo por motivos ajenos a lo que sucedía en la arena y sólo valoró lo hecho por el valenciano al despachar al toro.

FICHA

Tercera de abono. Tres cuartos de entrada en tarde soleada.

Toros de Ernesto Gutiérrez (1º, 5º bis y 6º) y Juan Bernardo Caicedo (2º, 3º y 4º), más serios los jaboneros de Juan Bernardo, aunque de deslucido comportamiento. Los de Gutiérrez fueron más nobles, pero les falló el fondo. Pesos: 496, 515, 472, 493, 510 y 468 kilos.

Enrique Ponce (palo de rosa y oro), silencio y ovación.

Antonio Ferrera (sangre de toro y oro), oreja, pasó a la enfermería, y ovación tras aviso.

Luis Bolívar (sangre de toro y oro), palmas y vuelta con petición y bronca a la presidencia.

Al finalizar el paseíllo los tres matadores saludaron una ovación. Se corrió turno para que Antonio Ferrera lidiara el 6º, tras salir de la enfermería. Destacaron en banderillas Ricardo Santana, El Piña, Helmerson Pineda, Alex Benavídez y Carlos Garrido.

PARTE MÉDICO

El matador de toros extremeño Antonio Ferrera fue atendido en la enfermería de una cornada en el Triángulo de Escarpa derecho, con tres trayectorias superficiales que interesan piel y tejido celular subcutáneo, aunque no compromete vasos, ni estructuras musculares, ni tendones. Se practica lavado, desbridamiento y 8 puntos de sutura con anestesia local. Se hidrata con 1000 cc. de Lactato de Ringer, analgesia y antiinflamatorios. Pronóstico menos grave. No le impide continuar la lidia.

Firmado, Juan Guillermo Barrera Carvajal, Cirujano Vascular

 

 

 

 

Dejar una respuesta