TLAXCALA/ 03 /05/2020/Pedro Morales
Lo que antes era una celebración alegre y colorida se como lo es la celebración de la Santa Cruz en Tlaxcala, fue apagada por la pandemia mundial que en nuestro país ya está en su punto máximo de contagio.
Cada año los dueños de las construcciones, contratistas, ingenieros y todo el personal que colabora en esos esfuerzos de progreso como son los albañiles desde muy temprano enchulas las cruces de la construcción con flores y papel de china.
El año pasado desde muy temprano por dondequiera se escuchaban detonaciones que indicaban una manifestación e alegría en los edificios de la construcción oficiales y privados.
En esta ocasión solamente en la comunidad de Santacruz Tlaxcala en las inmediaciones de Amaxac y Apizaco, esta mañana uno que otro cohetón avisaba sobre la celebración.
Pero nada más.
Resulta que por el tema del Coronavirus los mayordomos encargados de celebrar el día de la Santa Cruz, este 3 de mayo, tomaron la decisión de suspenderla.
La Diócesis de Tlaxcala por medio de su representante en el tema del Coronavirus, Ranulfo Rojas Bretón recomendó que todos los creyentes elevaran una oración, pero desde su casa.
Advirtió que , esta no es la primera ocasión que se suspende, hace unos años por el tema de la influenza también se tuvo que hacer algo similar, y reitero que todos debemos quedarnos en casa y guardar la sana distancia.
Y así, solo en el recuerdo que nos ubica en un mundo por conocer, queda en la memoria de quienes se dedican al ramo de a construcción esas animadas celebraciones.
Esa organización en comisiones para preparar la fiesta, los encargados de la comida como esos chicharrones esponjados, ricos y tronadores o esa exquisita barbacoa blanca o en su bolsita con adobo de guajillo.
Sin olvidar esas salsas verdes picosas con su quesito y aguacate picados, el aromático arroz rojo con esas tortillas azules recién salidas del comal, todo acompañado de una cerbatana bien fría o un fresco jarro de pulque curado.
Recordar es volver a vivir, todos rogamos porque pase esta pesadilla y no queda otra más que rogar que nuestra fe y la obediencia a las recomendaciones nos lleven a buen puerto en esta pandemia mundial que amenaza la vida de todos y cada uno de nosotros.