Miguel N. Lira sería el autor de varias obras que llevan la firma de Frida Kahlo: Badillo
TLAXCALA/ 11 /05/2020/Pedro Morales
Homenaje al Pbro. Maestro e Investigador
Rubén García Badilo
Parte II
Una extraña alineación de aniversarios: el del Quijote, de Miguel N. Lira y Frida Kahlo revelaron importantes secretos en la obra pictórica de Frida, quien junto con el tlaxcalteca dejaron mensajes encriptados en las pinturas y bocetos.
Los secretos se revelan, hay constancia en varios documentos y se abre la posibilidad de que fue Miguel N. Lira quien enseño a pintar a Frida Kahlo.
Las recientes investigaciones del sacerdote Rubén García Badillo + muestran que Miguel N. Lira sería el autor de varias obras que llevan la firma de Frida y también de quien definió el estilo de las pinturas.
Entrevistado en su estudio en la colonia Loma Xicohténcatl en la capital tlaxcalteca, el sacerdote Rubén García Badillo solicitaba aclarar de una vez por toda una situación:
“Yo nunca he dicho que sea ni heredero, ni albacea de Miguel N. Lira, fui albacea de Rebeca Torres de Lira, la esposa de Miguel quien dentro de su testamento me deja a cargo de todo el acervo, al igual que de todos los derechos de autor y lo concerniente”.
En otro documento privado se hace constar que de puño y letra la señora Rebeca dice “mi esposo me ordenó que el único representante para él (Miguel N. Lira), fuera el padre Rubén García Badillo” y por eso ella en el testamento puso que lo demás relacionado y los bienes que ella nombró.
Quedan a cargo de su albacea Rubén García Badillo, cláusula 23 del testamento.
Aclarado lo anterior, el custodio de la herencia literaria de Miguel N. Lira comenta que “yo empecé a leer lo de Frida y Miguel, desde hace cuarenta años y así me fui leyendo 25 años, no he terminado de leer todo lo que es el mundo de Miguel”.
Es un mundo fabuloso, grandioso que necesitaría muchos años para vivir y recorrer ese mundo, porque lo que Miguel tocaba, lo hacía grande.
Pero tenía un trauma, su gran fracaso y su sufrimiento, su muerte es Tlaxcala, y muere por Tlaxcala, pero fuera de Tlaxcala lo que tocaba lo hacía grande, por ejemplo llega a la Secretaría de Educación Pública y la pone por las nubes.
Propicia por ejemplo una exposición en New York. En la Biblioteca Central, presentan los libros más hermosos que hay en el mundo e incluso hay reseñas del acontecimiento en el The New York Times.
El enigma
Además es el editor de libros de la dependencia, aunque todavía es un misterio ubicar el momento en el que aprende y comienza a pintar, “no he encontrado dónde aprende a dibujar y sé que por ejemplo y para que pinte él, pero es genético, su abuelo el benemérito don Miguel Lira y Ortega, también pintaba y hacia cuadros y dibujos.
Pero el papá de Miguel, también adquiere de su padre ese don, el de pintar, así genéticamente adquiere esos dotes y llega a ser un gran pintor, hay constancia de ello e incluso asiste a la escuela de San Carlos.
Es autor de la cabeza del viejo que es una muestra de la calidad técnica e interpretativa, los detalles con que pinta Guillermo Lira, son impresionantes. Manuel González Ramírez, uno de los “cachuchas” edita un periódico y es testigo de la destreza artística de don Manuel.
Pero después, se rodea de los pintores más buenos y más grandes que tuvo México, se rodea de tal manera que aprende a través de los años, observa e incluso convive con Chávez Morado, Francisco Díaz de León, llega a la UNAM.
Lo nombran el encargado del departamento editorial, que no existía en ese entonces, pone a la UNAM a nivel internacional con la edición de su revista Universidad, logra la colaboración de importantes plumas y artistas, de lo mejor intelectualmente de la época.
En aquellos tiempos sonaban los apellidos como por ejemplo el de Montenegro, Díaz de León, Chávez Morado, Angelina de Loo y entre ellos Miguel N. Lira era como “tata grande”, en Tlaxcala promueve la elaboración de los murales del palacio de gobierno.
Aunque hay que destacar que en su momento el propio Miguel N. Lira fue duro critico del desaparecido maestro y muraluista tlaxcalteca Desiderio Hernández Xochitiotzin.
En su diario personal Miguel N. Lira cita el hecho y le hace una crítica cuando visita su mural de Tehuacán, simplemente dice “esta feo, esto no me mueve, no me gusta”, comentario que es una muestra de que sabía de arte, pero no se sabía que él sabía.
Esto ha sido descubierto luego de cuatro décadas de lectura e investigación.
Miguel N. Lira enseña a pintar cabezas y son precisamente las cabezas lo que dan gloria a las obras de Frida Kahlo, es lo que la hace grande en la pintura y le dice Picazo a Diego Rivera “ni Derain, ni tú, ni yo podemos hacer las cabezas como las hace Frida” y fue precisamente Miguel quien comenzó a enseñarle la técnica hay constancia de ellos, esto pasó en 1924.
Pero también entra en escena otro de “Los Cachuchas”, que también fue pintor y un gran escritor, Bustamante, también en el 24 ahí empezó a hacer cabezas y al mismo tiempo se ve que Frida, luego de practicar como se hacen las cabezas, es donde pinta la de Miguel y le da una autografía:+
“Para Chong Lee con admiración, Frida Kahlo” y aparece otra frase que llama la atención y que dice “es copia del original, hecha por el autor” y eso es una clave encriptada, en las firmas está la clave.
Esa frase fue la que llamó la atención y desde hace cinco años la duda y preguntas han girado en torno a esa frase, “es copia del original hecha por el autor”, es una clave y también “para Chong Lee, con admiración”.
Pero la misma frase la utiliza Alejandro Gómez Arias, quien hace otro dibujo ridiculizando a Diego Rivera “con unos pechotes, unos senos grandototes, como sapo, pero vestido de mujer, de tehuana, de Frida y arriba pone una leyenda y se la dedica a Miguel”
Entonces en cinco años, afirma García Badillo “yo empecé a investigar, me apoyé con personalidades, con pintores, con expertos en Diego y Frida y la cuestión era, ¿quién pintó el de la tehuana?
Hurgando entre sus papeles, encuentra el dibujo de referencia, pero antes muestra una foto de 1927 donde están cuatro de los integrantes del grupo, Miguel N. Lira, Alejandro Gómez Arias, Ángel Salas y Octavio Bustamante”.
En diciembre de 1927, Miguel y Alejandro entraron a un concurso de oratoria de El Universal, fue un concurso a nivel nacional muy famoso, pero solamente podrían participar quienes representaran a sus estados.
Entonces el gobernador de Tlaxcala nombra a Miguel N. Lira y Alejandro Gómez Arias como representantes del estado al concurso de oratoria y Alejandro Gómez Arias resulta ganador.
Van al congreso de Oaxaca, a otro congreso que es en enero, pero pasan a Tlaxcala, porque le hicieron un reconocimiento por haber puesto en alto el nombre de Tlaxcala.
Muestra el dibujo, los compara, el de la cabeza y el del tehuano, lo que llega después de cinco años de investigación, la cuestión era si la habría pintado Diego Rivera, la contestación era no, la pintaría Frida, tampoco, y así surgieron las cuestiones y es donde aparece en la vida de Rubén García Badillo algo que no se puede creer.
Dejaron huellas para descifrar los mensajes
Luego de cuarenta años, cinco intensos de investigación, ocurre algo inusitado, “llego a la conclusión de que ellos lo que deseban consciente o inconscientemente, era que se supiera el secreto, que lo guardaron cuatro hasta la muerte”.
Querían que alguien lo descubriera.
Tiene poco que fue descubierto el primer paso que significa una bomba a nivel internacional, que cambia mundialmente lo que se conoce sobre Frida y paralelamente hay muchos millones de dólares de por medio.
Afectará a algunos, tocará el orgullo de otros que han escrito tantos libros sobre la vida y la obra de Frida Kahlo y se juegan prestigios tan grandes, incluso se desmienten declaraciones y hasta se cambiaría el guión de algunas de sus películas.
Esto apenas es el primer paso, pero “cuando descubro lo que sucede en 1926, cuando Miguel pinta el autorretrato de Frida, que actualmente se encuentra en Londres, pero está pintado bajo la autoría de Frida, pero bajo la tesis del investigador, la pinta Miguel N. Lira.
Este descubrimiento vale mucho y por ejemplo ese cuadro tendría un valor de millones de dólares, pero al saberse la verdad y revelarse los secretos, tal vez baje su valor o se incremente, nadie lo sabe, al igual que algunas obras que son de los tlaxcaltecas, sólo el tiempo lo dirá.
Mientras que en otro boceto de cabeza, más bien de rostro surge otra frase que dice: “es copia del original hecho por el autor”, destaca el detalle de las cejas y surge entonces la pregunta de si Miguel N. Lira fue quien afinó el estilo de Frida, tal vez con influencia China.
La constancia es que esas cejas pobladas y los ojos, siempre los ojos en las obras de Frida tienen algo de oriental, algo de enigmático que ha sido el imán a nivel internacional para volver los ojos sobre esta artista de la plástica mexicana.
Esto estaba muy oculto, Frida guardó todo hasta llegar al último descubrimiento, hay que esperar un poco, hay cabezas, máscaras, hay evidencia de que en todos los autorretratos hay coautoría, las firman Frida y Miguel.
Esto puede ser legal y hay obras de autoría de Frida y mucho tiene que ver una firma, en solo una firma esta el mensaje, esta Frida en la misma firma, quebrada, indefensa, en la misma rúbrica aparece el Quijote, su autor es Miguel de Cervantes Saavedra, encarna al propio Miguel N. Lira, quien a lleva al futuro, al triunfo, al éxito que le depara el destino.
Esto aparece en miniatura, es un gran descubrimiento, esto y otros detalles integran la bomba intelectual que ellos, Frida Khalo y Miguel N. Lira quisieron que se descubriera en cierto tiempo y forma, ahí dejaron la huella. Frida da declaraciones y dice que nadie nunca intervino en sus pinturas.
Los dos lo niegan y más cuando Frida se convierte en el icono del feminismo, luego es la bandera del Movimiento Chicano, se conjuga la hipótesis del lesbianismo y gana terreno, hace callar, sube a las nubes y la paloma vuela.
Este es el gran mito mundial de Frida Khalo, salvada por su Quijote, llevada al futuro, Miguel N. Lira aprendió el futuro, vislumbró lo que venía, se adelantó a su tiempo y el ingenio de ambos puso a prueba la inteligencia de futuras generaciones.
Pero habrían de transcurrir cuarenta años para que esto ocurriera, para que se haga justicia al artista tlaxcalteca quien como todo caballero, con la lealtad que caracteriza a los tlaxcaltecas guardó y se llevó el secreto para siempre, nunca jamás se supo que Miguel N. Lira pintara a esos niveles, nunca se supo pero ahora sí se sabrá.
Falta saber en que momento Miguel N. Lira aprendió a pintar, si fue en México o en ese viaje misterioso a China y si en ese exótico país vio el futuro, si trajo técnicas secretas que fueron la clave del éxito del fenómeno de Frida Khalo.
Porque hablar de esos niveles no es tarea menor, pero faltaba que llegara alguien con el sentimiento, la sensibilidad y el amor de un sacerdote como Rubén García Badillo, para descubrir que esta alineación de aniversarios de Don Quijote, de Miguel N. Lira y de Frida Khalo son los tiempos marcados por el espíritu de “Los Cachuchas”, para revelar su secreto ante Dios… Y ANTE EL MUNDO.