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López Obrador encabezó homenaje a los Niños Héroes en Chapultepec

CDMX/ 13 /SEPTIEMBRE/2020

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, encabezó la conmemoración del 173 Aniversario de la Gesta Heroica de los Niños Héroes en el Altar a la Patria de Chapultepec, en la Ciudad de México.

El mandatario entregó una ofrenda floral y realizará el pase de lista de honor, para recordar a los alumnos del Colegio Militar que participaron en la defensa de la patria el 13 de septiembre de 1847. Además espadines a seis cadetes del Heroico Colegio Militar, como símbolo de compromiso de»el encargo de defender a la patria».

López Obrador estuvo acompañado de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; la presidenta de la Mesa Directiva de la  Cámara de Diputados, María Sauri; presidente de la Mesa Directiva del Senado, Eduardo Ramírez.

Así como Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana; Rafal Ojeda, secretario de la Marina Armada de México y Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional.

Cada 13 de septiembre se conmemora la manera en la que seis niños mexicanos defendieron a la bandera del país y al Castillo de Chapultepec de tropas estadounidenses que llegaron a México para invadirlo.

Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Juan Escutia, Juan de la Barrera, Vicente Suárez y Agustín Melgar son los nombres de los seis cadetes militares que se repiten en los libros de historia de nuestro país.

Se cuenta que antes de que el Ejército Norteamericano de más de 8.000 elementos llegara a Chapultepec, Nicolás Bravo, héroe de la Independencia y comandante de la defensa del castillo, le pidió a los soldados menores de edad que regresaran a sus casas pues sus tropas iban a ser superadas por número y no tenía caso que continuaran ahí. Los niños podían entrar al colegio desde los 12 años.

Sin embargo, algunos de ellos se negaron y decidieron permanecer. Entre ellos se encontraron los seis niños héroes.

Al momento de la batalla el 13 de septiembre de 1847 los soldados mexicanos se vieron rebasados. Sabían que los estadounidenses lograrían subir al Cerro del Chapulín, así que Juan Escutia tomó la bandera de México que ondeaba en la cima. Según cuentan, no quiso ver cómo los extranjeros masacraban al lábaro patrio, así que se envolvió en él y se lanzó por el cerro.

Sin embargo, historiadores han descubierto que esta crónica no es real completamente. Alejandro Rosas, especialista en el tema, ha logrado delinear los hechos que realmente ocurrieron durante la guerra entre México y Estados Unidos y la defensa en el Castillo de Chapultepec.

Es verdad que había muchos menores de edad estudiando en el Colegio Militar, pero no todos los niños héroes eran tan jóvenes. Francisco Márquez tenía 12 años al momento de su muerte, Vicente Suárez 14, Fernando Montes de Oca y Agustín Melgar 18, Juan de la Barrera 19 y Juan Escutia 20. Por lo que muchos expertos cuestionan que a estos personajes se les llame “niños”.

También es cierto que estudiantes se quedaron en Chapultepec antes de la llegada del ejército Norteamericano, aunque algunos historiadores difieren sobre la razón. Algunos han mencionado que no les dio tiempo de marcharse y otros más que estaban castigados.

Al reducir a seis personajes la batalla que se vivió el 16 de septiembre se puede olvidar que hubo otros cientos de militares que también dieron su vida por México, ha declarado el historiador Alejandro Rosas. Hubieron 800 soldados, 400 hombres del batallón activo de San Blas y 500 cadetes del Colegio Militar.

El 13 de septiembre la amenaza de invadir el Castillo de Chapultepec se hizo realidad. Los involucrados defendieron con su vida el cerro del Chapulín. Muchos murieron en el enfrentamiento y otros más al ver que la batalla estaba perdida, huyeron. También hubieron soldados apresados por el ejército norteamericano.

Sin embargo, lo que no real fue el salto al vacío de Juan Escutia y la bandera de México. De hecho, tampoco es cierto que era estudiante del Colegio Militar. La verdadera historia es que fue tomada por los estadounidenses quienes la devolvieron al país en el sexenio de José López Portillo.

Después del enfrentamiento y de la guerra que duró un año en la que México perdió casi la mitad de su territorio, los cadetes militares fueron reconocidos pero sin darle ningún protagonismo a los seis que hoy son recordados.

En 1848, un año después del enfrentamiento, Ramón Alcaráz en su obra Apuntes para la guerra entre México y los Estados Unidos mencionó a algunos cadetes militares que participaron en el enfrentamiento. Un año después, Santiago Hernández  fue el encargado de darle un rostro a los Niños Héroes. Él fue uno de los cadetes que defendió al Castillo de Chapultepec, y después se convirtió en un caricaturista y crítico del gobierno.

Dibujó al óleo los retratos de seis estudiantes que después serían identificados con los nombres de los seis cadetes homenajeados. Tres años después Mariano Monteverde recordó a los héroes del 13 de septiembre como “niños”.

Así, poco a poco se fue esbozando la figura protagónica de los seis combatientes. El primer presidente en querer recordarlos de manera oficial fue Benito Juárez. En 1871 decretó en luto nacional la fecha en la que se llevó a cabo la batalla.

Después la historia de los Niños Héroes fue un poco olvidada hasta que llegó el gobierno de Miguel Alemán. El presidente que dirigió el país de 1946 a 1952 invitó al presidente de Estados Unidos en marzo de 1947. Harry Truman legó al país en la conmemoración de los 100 años del conflicto entre ambos países.

El mandatario estadounidense colocó un arreglo floral en el monumento de los Niños Héroes que ya estaba construido en Chapultepec. Sin embargo, este acto no fue del agrado de muchos mexicanos quienes al día siguiente tiraron las flores y se manifestaron en contra de la visita oficial.

Las críticas contra el presidente fueron muchas, hasta que días después Alemán Valdés anunció que se habían encontrado los restos de los seis héroes en los Ahuehuetes de Miramón. No hubo pruebas que avalaran que en realidad pertenecieron a los cadetes, pero ayudó a que el mito se fortificara.