TLAXCALA/ 5 /NOVIEMBRE/2020/Pedro Morales
El Congreso del Estado a través de la Comisión Especial de la LXIII Legislatura otorgó el premio Miguel N. Lira al periodista Jorge Lezama Hernández, Pincel de luz prensa, pincel de los Redacción y la voz del viento Ehecatlahtol por su trayectoria, constancia y profesionalismo periodístico.
Inició como periodista gráfico y exploró las otras modalidades del periodismo, nota informativa, columna de opinión y actualmente como director de Pincel de luz en redes sociales y en la radiodifusión comunitaria.
Jorge Lezama Hernández, vive un día sí y otro también con pasión y emoción el periodismo a la vieja escuela en tiempos de pandemia y de la era digital, es una explosiva combinación para presentar las noticias e imágenes, en plena ventana de un nuevo siglo y un nuevo milenio.
Se despierta y duerme con un ojo abierto que siempre está alerta, sin duda es hoy por hoy el mejor reportero gráfico, ese ojo alerta entrenado en la velocidad de los acontecimientos, para en fracciones de segundo elaborar una composición compleja que da voz a la imagen que dice más de mil palabras.
Compañero de mil batallas en diversos medios locales, nacionales y regionales, sabe que la mejor foto, la mejor imagen está por venir, los temas son tan variados como la vida misma y siempre está alerta, en cualquier minuto se logra una foto que llame la atención a nivel nacional y ahora con el periodismo digital, más allá de nuestras fronteras.
Pero el largo camino del periodismo en Tlaxcala, de alto nivel, no ha sido fácil de recorrer, Jorge Lezama es como se dice en el ambiente del periodismo es “entrón” y no duda en exponer el físico en situaciones de peligro, donde a otros el miedo les impide entrar a buscar la mejor fotografía, la imagen más impactante.
Ha logrado retratar el drama de los accidentes, ha percibido el olor a peligro, a aceite derramado, a combustible y estos temas también son parte primordial del periodismo del nuevo milenio.
Ni se diga en los conflictos, donde en cualquier momento ha surgido la violencia que llega como aire caliente, los ánimos se encienden la adrenalina se dispara y hay que estar preparado para estar en el lugar de los hechos, en el centro de la acción.
En ocasiones inevitablemente al estar en el ojo del huracán se acusan los efectos de la acción como en los casos en que el gas lacrimógeno dobla a alguna de las partes, Jorge Lezama debe de aplicar sus conocimientos y esos protocolos que significan estar de este lado de la línea entre la vida y la muerte.
Jorge Lezama es un maestro que domina el juego de la luz y la sombra, sus efectos y sin duda el drama que logra captar de la nada justifican por mucho este galardón, bien merecido con trabajo y no con recomendaciones o presiones.
Ese ojo entrenado puede leer entre líneas ese lenguaje que las y los políticos hablan entre ellos, que solo ellos entienden y para la mayoría pasan desapercibidas esas señales con las manos, y capta las expresiones que marcan la emoción del momento que se vive en los rostros de gestos infinitos.
Informar es su meta, la razón de su vida, y ahora en tiempos de esta pandemia ha marcado el rumbo de un nuevo estilo de periodismo que no se conocía y que es el periodismo en tiempos de pandemia, donde se arriesga algo más que la salud, porque esta en juego la vida.
Esa sensibilidad adquirida en el campo de la noticia, le ha llevado a compartir con generosidad este reconocimiento otorgado por los diputados locales el premio Miguel N. Lira 2020, por trayectoria periodística de significación social para con quienes cada día realizan esta labor de informar puntualmente sobre el diario acontecer de nuestra patria chica.
Vaya un reconocimiento para quien además no ha perdido la capacidad de asombro, ni de reaccionar ante el dolor ajeno, sin dudar desprenderse de un apoyo que requieren, por ejemplo nuestros niños con cáncer.
Eso queda allá en la intimidad de la satisfacción personal de informar y ayudar al prójimo, vaya pues un reconocimiento que se suma a esta presea, que significa reconocer justamente la pasión por el periodismo que cada día es el motorcito que mueve a estos héroes anónimos que hacen del periodismo la profesión más bella del mundo.