El Paso de Diatlov: un misterio sin resolver  

El Paso de Diatlov: un misterio sin resolver  

664
Compartir

El Paso de Diatlov: un misterio sin resolver

El 1 de febrero de 1959, nueve excursionistas soviéticos perdieron la vida en una trágica expedición por los Montes Urales. Sus cuerpos fueron hallados con heridas inexplicables, signos de radiación y evidencias de una huida desesperada. ¿Qué les ocurrió en aquella noche fatídica? ¿Fue una avalancha, un ataque de animales, una conspiración militar o algo más siniestro? Este es el relato de uno de los casos más enigmáticos y fascinantes de la historia moderna: el incidente del Paso de Diatlov.

• Los protagonistas

Los nueve fallecidos eran estudiantes y graduados de la Universidad Estatal Técnica de los Urales, en Ekaterimburgo. Eran jóvenes, sanos, inteligentes y amantes de la naturaleza. Su líder era Igor Diatlov, un ingeniero de 23 años que había organizado la expedición como parte de un programa de entrenamiento para obtener el nivel más alto de esquí de montaña. Los acompañaban Zinaida Kolmogorova, Liudmila Dubínina, Yuri Doroshenko, Rustem Slobodin, Yuri Krivonischenko, Alexander Kolevatov, Nicolai Thibeaux-Brignolle y Semyon Zolotariov. También se unió al grupo Yuri Yudin, pero tuvo que regresar por problemas de salud, lo que le salvó la vida.

El objetivo de la expedición era llegar al monte Otorten, una cumbre de 1182 metros de altura situada a unos 300 kilómetros al norte de Ekaterimburgo. Para ello, tenían que atravesar una zona montañosa y boscosa, con temperaturas que podían bajar hasta los -30ºC. El viaje estaba previsto para durar unos 16 días, y los excursionistas debían enviar un telegrama a su club deportivo cuando regresaran. Sin embargo, el telegrama nunca llegó.

•El hallazgo

El 26 de febrero, un equipo de rescate formado por voluntarios, militares y policías encontró la tienda de campaña de los excursionistas en las laderas de una montaña conocida como Jolat Siajl, que significa «Montaña Muerta» en el idioma de los mansi, el pueblo indígena de la región. La tienda estaba parcialmente cubierta de nieve y tenía cortes desde el interior, lo que indicaba que los ocupantes habían salido de forma precipitada. Dentro había ropa, comida, equipo y documentos, pero no había rastro de los excursionistas.

Siguiendo las huellas en la nieve, los rescatadores llegaron a un bosque cercano, donde hallaron los primeros dos cadáveres: los de Krivonischenko y Doroshenko. Estaban vestidos solo con ropa interior y calcetines, y cerca de ellos había restos de una hoguera. A unos 300 metros, encontraron el cuerpo de Diatlov, boca abajo y con los brazos extendidos, como si tratara de volver a la tienda. Más adelante, hallaron los cuerpos de Kolmogorova y Slobodin, en posiciones similares. Los cuatro tenían signos de hipotermia, pero no de violencia externa. Slobodin, sin embargo, tenía una fractura en el cráneo, que según los forenses no fue la causa de su muerte.

Los otros cuatro cuerpos no fueron encontrados hasta el 4 de mayo, cuando la nieve se derritió. Estaban en un barranco a unos 75 metros del árbol donde se hizo la hoguera, y cubiertos por unos cuatro metros de nieve. A diferencia de los anteriores, estos cadáveres presentaban lesiones graves: Thibeaux-Brignolle tenía el cráneo aplastado, Dubínina y Zolotariov tenían múltiples fracturas en las costillas, y a Dubínina le faltaba la lengua, los ojos y parte de los labios. Kolevatov, el único que no tenía heridas mortales, estaba abrazando a Dubínina, como si tratara de protegerla del frío o de algo más. Lo más extraño es que estos cuatro excursionistas llevaban más ropa que los otros, e incluso algunos de ellos vestían prendas que pertenecían a sus compañeros muertos. Además, algunas de esas prendas tenían niveles de radiación anormalmente altos.

• Las hipótesis

La investigación oficial, dirigida por el fiscal Lev Ivanov, concluyó que los excursionistas murieron por una «fuerza elemental irresistible», sin especificar cuál. Ivanov descartó la participación de otras personas, incluyendo a los mansi, que no tenían motivos ni medios para atacar a los excursionistas. Tampoco encontró evidencias de que hubiera habido una avalancha, ya que la pendiente de la montaña era demasiado suave y la nieve estaba intacta. La hipótesis de que los excursionistas hubieran sufrido algún tipo de pánico colectivo o psicosis tampoco era convincente, ya que todos eran personas equilibradas y experimentadas. La falta de una explicación lógica y satisfactoria dio pie a todo tipo de especulaciones y teorías alternativas, algunas más plausibles que otras.

Una de las más populares es la que apunta a un posible ensayo militar o nuclear en la zona, que habría provocado una explosión o un fenómeno luminoso que asustó a los excursionistas y les hizo huir de la tienda. Esta teoría se basa en el testimonio de algunos testigos que afirmaron haber visto bolas de fuego o destellos en el cielo la noche del incidente, así como en la presencia de radiación en algunas prendas. Sin embargo, no hay pruebas concluyentes de que hubiera ninguna actividad militar o nuclear en la zona, ni de que los excursionistas estuvieran expuestos a una dosis de radiación suficiente para causarles daños.

Otra teoría sugiere que los excursionistas fueron atacados por algún animal salvaje, como un oso, un lobo o incluso un yeti, el mítico hombre de las nieves. Esta teoría se apoya en el hecho de que algunos cuerpos tenían heridas compatibles con mordeduras o arañazos, y en que se encontró una huella de gran tamaño cerca de la tienda. No obstante, esta teoría también tiene sus debilidades: no se hallaron restos de sangre o pelo de ningún animal en la escena, ni se explicaría por qué los excursionistas no usaron sus armas de fuego o sus cuchillos para defenderse.

La teoría más reciente y científica es la que propone que los excursionistas fueron víctimas de una avalancha retardada y de pequeña escala, provocada por el viento y por el hecho de que habían cortado la nieve para instalar su tienda. Esta teoría, desarrollada por dos investigadores suizos en 2021, se basa en un modelo informático que simula las condiciones físicas y meteorológicas de la noche del incidente, así como en experimentos con cadáveres humanos y congelados. Según esta teoría, la avalancha sorprendió a los excursionistas mientras dormían, y les obligó a salir de la tienda de forma apresurada y con poca ropa. Algunos de ellos sufrieron heridas graves por el impacto de la nieve, y otros murieron de hipotermia al no poder regresar a la tienda. Los que sobrevivieron trataron de ayudar a sus compañeros, intercambiando ropa o haciendo una hoguera, pero finalmente sucumbieron al frío y a las lesiones. Esta teoría, aunque no es definitiva, ofrece una explicación razonable y coherente de los hechos, sin recurrir a elementos fantásticos o conspirativos.

• El legado

El incidente del Paso de Diatlov ha sido objeto de numerosos libros, documentales, películas y series de televisión, que han alimentado el interés y la curiosidad por este caso. También ha inspirado a muchos aventureros y aficionados a visitar el lugar de los hechos, que se ha convertido en un destino turístico y en un monumento a la memoria de los excursionistas. En 2019, con motivo del 60 aniversario del incidente, las autoridades rusas reabrieron la investigación, pero solo consideraron la hipótesis de la avalancha, el alud de nieve.

 

Dejar una respuesta