CDMX.- 15 de marzo de 2018
Cuarenta y ocho horas antes de haber sido acribillado en calles de la colonia México Nuevo, en la delegación Miguel Hidalgo, Agustín Gabriel Barrera Ramírez presuntamente asesinó a un hombre. Ese crimen habría desatado la venganza en su contra.
La noche del martes, Agustín —quien tenía cinco meses en las calles tras purgar una sentencia de 15 años en el penal de Barrientos por robo con violencia—, salió de la casa de su pareja sentimental en el Callejón de Zapote. Según el testimonio de ella, minutos antes de las 22 horas Agustín le dijo que tenía antojo de un Gansito, por lo que fue a una tienda cercana, ubicada en Lago Atitlán 7602.
Ella lo acompañó a la puerta que da a la calle y ahí lo esperó. Cuando regresaba vio que se le acercaron dos hombres y hablaron por algunos segundos.
Le parecieron sospechosos, por lo que comenzó a avanzar hacia ellos. En ese momento uno de ellos, quien llevaba pantalón de mezclilla, botas y chaleco, sacó una pistola y encañonó a Agustín. Ella gritó que «no le hicieran nada», pero el agresor le disparó en la cabeza y al estar en el piso le disparó varias veces más. Cuando escapaba hizo más detonaciones.
La mujer corrió hacia Agustín y se aferró a su cuerpo. Los primeros policías que llegaron la encontraron abrazándolo.
Peritos de la Procuraduría capitalina contabilizaron en el lugar una veintena de casquillos.
Una hermana de la víctima les contó que el sábado pasado Agustín fue a una fiesta en la colonia Argentina Antigua. Esa noche, dijo, no llegó a dormir y por versiones de sus conocidos supo que su hermano participó en una riña: un hombre le reventó una botella en la cabeza y él sacó una navaja, provocándole la muerte.