22/03/2018/Jorge Lezama
Alrededor de 150 habitantes de San Juan Ixtenco así como integrantes del Cabildo de Ixtenco, encabezados por la síndico Lucía Rojas González, se manifestaron por las principales calles de la capital de Tlaxcala en demanda de la renuncia del edil y la instalación de un Consejo Municipal.
Su marcha con pancartas y consignas, donde destacaron ancianas con el traje tradicional otomí de blusa de pepenado y banderitas tricolores, caminaron desde la explanada del mercado municipal, hasta las escalinatas de los héroes y de ahí se trasladaron frente al Palacio de Gobierno.
Exigieron hablar con el gobernador Marco Mena, para que intervenga y frene la violencia en Extensión que ha desencadenado el alcalde Miguel ángel Caballero Yonca, quien los mando a golpear con policías de otros lugares y de Puebla.
Ante los representantes de los medios de comunicación, frente al Palacio de Gobierno, dieron lectura a un comunicado en el que reafirman su petición del pasado 15 de febrero, en la que exigen a legisladores la revocación de mandato.
Acusaron al edil de Ixtenco de actuar de forma prepotente y generar violencia en contra de la ciudadanía el pasado 14 de marzo, al intentar rescatar el Palacio Municipal que un grupo de pobladores inconformes tiene en su poder desde la segunda semana de febrero.
En su escrito manifestaron que “la ciudadanía de Ixtenco, haciendo uso de sus derechos constitucionales, ha exigido transparencia en la aplicación de los recursos públicos que corresponden al municipio, que se garantice la seguridad de la población y que se evite el nepotismo al ejercer la función pública”.
Denunciaron que durante la agresión de que fueron objeto la semana pasada que el policía los mandó a golpear con policías de Huamantla, Cuapiaxtla, Terrenate, Nativitas, Lázaro Cárdenas, San José Teacalco, Contla, Panotla, San José Chiapa y Rafael Lara Grajales de Puebla.
En respuesta, fue recibida una comisión de ocho vecinos, para que presentaran sus oficios, en tanto en el exterior la protesta seguía entre consignas, que advertían que ya no quieran al presidente y que se instale un Consejo Municipal.
