Pedro Morales
En todas las campañas políticas que se desarrollan en Tlaxcala, las y los políticos además de regalos y presentes, prometen a las y los electores tlaxcaltecas una mirada de sinceridad a los ojos, un brazo fraterno y sobre todo piden el voto de confianza.
En el caso de las y los diputados locales al tiempo que se toman la foto con los viejitos y abrazan a los niños (que no votan), pero que son utilizados para proyectar una falsa imagen de confianza, se muestran ansiosos para llegar en este caso al Congreso local.
Juran por todos sus ancestros que van a poner todo su empeño en hacer mejores leyes, reformar las que están obsoletas y casi les creemos cuando al llegar a sus curules llegan como gente sencilla y hasta espantados.
Algunos llegaron sin hacer campaña y solo fueron enlistados por amiguismo, compadrazgo o por los calzones de las dirigencias estatales de los cada vez más desacreditados partidos políticos en Tlaxcala.
Pero cada uno de los actuales 25 legisladores saben a lo que le tiran¸ en el Congreso de Tlaxcala, de mayoría priista, cada uno de sus 25 integrantes gana 36 mil 595 pesos netos mensuales.
Eso sí, para su aguinaldo los legisladores tlaxcaltecas reciben 95 mil 909 pesos.
Además de lo que reciben mensualmente para sus gastos de gestión social, que en muy contadas ocasiones se transparentan , pero la mayoría de este recurso va a parar a las cuentas privadas, para el cochinito del ahorro.
Cada legislador tlaxcalteca representa a 52 mil 523 habitantes.
A los pocos meses quienes eligieron a sus “representantes” son testigos en una radical transformación, de esos humildes y sencillos ciudadanos que pidieron el voto, solo quedan las fotos para el recuerdo.
Se transforman en nuevos ricos.
Quienes compraban la torta en el estanquillo o comían en la fonda, pasaron a ser clientes de restaurantes exclusivos, donde con el poder de su firma hasta le cargan gastos de representación al cargo.
Su vestimenta se transforma y de esos pantalones de mezclilla y playeras Polo, se convierten en trajes de fino casimir, finas camisas y corbatas de seda. Ellas se vuelven totalmente palacio y lucen en cada sesión sus prendas de marca.
Sus carcachitas se transforman en modernas y poderosas camionetas ultimo modelo con vidrios polarizados y charola al frente, donde cabe toda la familia, aunque hay otros que presumen carro del año, no faltaba más, lo que sobra es el dinero.
Prometen serle fieles al pueblo, pero a medida que le agarran la hebra al hilo, se les olvida que el pueblo fue quien los puso en ese lugar y en la mayoría de los casos se les olvida la humildad.
Aparte de que maltratan a sus representados, hasta parece que les molesta su olor, con la naricita fruncida reciben a quienes les, piden un favor, de lejitos a distancia de escritorio, no vaya a ser que les contagien algo.
Ya para este entonces, son seres superiores, intocables que le aprueban sus cuentas a los entes llamados gobernador, magistrados y todos se les cuadran, hasta los entes fiscalizadores y electorales.
Solo con la mirada los dominan y les recuerdan que ellos los pusieron en el cargo y que por eso a ellos nadie los puede fiscalizar, solo su conciencia y muy, muy corta memoria.
Eso sí, aprueban leyes a cuenta gotas, algunos ni siquiera suben a la tribuna, otros se aprovechan de ella, sobre todo ahora que van a tener la oportunidad de reelegirse.
Pero su verdadero rostro lo muestran en los hechos, es por eso que no les interesa mucho que digamos el tema de la transparencia, que es la hora en que no han podido avanzar, solamente unos pasos, pese a que hace meses el Ejecutivo mandó la iniciativa, se hacen como el tío Lolo.
Y así entre revisión de cuentas públicas ven transcurrir el tiempo, tal vez por eso se aburren y buscan otras distracciones que merecen más su tiempo y atención que cumplir con el trabajo que les encomendaron los tlaxcaltecas con su voto.
Para muestra este botón:
El pasado martes 20 de marzo, con ocho diputados asistentes de 25, y solicitud de permiso por parte de los diputados José Martín Rivera Barrios, Aitzury Fernanda Sandoval Vega, Sandra Corona Padilla y Mariano González Aguirre, se suspendió la décimo novena sesión ordinaria en el Congreso del estado.
Ante la falta de asistencia por parte de los diputados Nahum Atonal Ortíz,Alberto Amaro Corona, Cesar Fredy Cuahtecontzi, Fidel Águila Rodríguez, María Guadalupe Sanchez Santiago, Juan Carlos Sanchez García, Delfino Suarez Piedras, Agustín Nava Huerta, Yazmín Del Razón Pérez, Humberto Cuahutle Tecuapacho, Jesús Portillo Herrera, Hector Israel Ortíz Ortíz y J. Carmen Corona Pérez, por consiguiente la presidenta de la mesa directiva Dulce María Ortencia Mastranzo declaró suspendida la sesión.
Debido a la suspensión quedaron pendientes asuntos relacionados a los dictámenes con proyectos de acuerdo y de decreto respectivamente correspondientes a los ayuntamientos de Tocatlán y Santa Cruz Tlaxcala.
A estas alturas uno se pregunta, de qué sirve que les descuenten el día, si es claro que ya no les interesa su responsabilidad, tienen su atención en otras altas miras, todo lo hacen menos legislar.
Pero eso sí, a partir del mes de abril los vamos a tener otra vez por las calles de Tlaxcala, para tocar puertas, abrazar a los niños y a los viejitos, darles de besos a las mujeres, apretar la mano de los hombres para pedirles otra vez su voto de confianza porque algunos de estos entes… QUIEREN REELEGIRSE.