Sin control venta tambos y contenedores industriales en carreteras

Sin control venta tambos y contenedores industriales en carreteras

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3/08/2018/TLAXCALA

Un negocio que se ha incrementado en los últimos días es la venta de tambos y contenedores de origen industrial, sobre todo se ofertan a bajos precios a orilla de carretera, aunque no se advierte sobre la posibilidad de que estén contaminados.

Las empresas que utilizan tambos azules y contenedores reforzados con metal y con solo recorrer algunas plantas es fácil constatar que su materia prima la manejan en estos envases especialmente reforzados.

La venta libre a pie de carretera de tambos y contenedores se ha multiplicado y envases de desecho son fácilmente identificables, pese a que en la mayoría se les quitan los letreros que identifican la sustancia química que contienen.

Ahora también se utilizan los contenedores de mil litros para el trasiego de “huachicol”, como ha quedado en evidencia en os decomisos por el transporte de combustible ilegal en la región de Tlaxcala y Puebla.

Marco Antonio García Mejía, ex director de Protección Civil del municipio de Apizaco, reconoció que en la región es práctica común observar negocios que se dedican a la venta de tambos.

Estos provienen de industrias asentadas en la región, el olor del químico es penetrante, pese a que los tambos y contenedores se entregan “limpios” a quienes los llevan  a sus casas.

“Hay gente que se dedica a este negocio, compran lotes de miles de estos tambos,  pero al realizar la compra son advertidos que no deben ser utilizados para almacenar agua o algún otro producto de consumo humano”, explicó.

Sin embargo es notorio que quienes adquieren estos lotes no les importa la salud de las familias, los medio enjuagan y los ponen a la venta, hay tambos chicos de treinta pesos, los azules valen entre 120 y 150 pesos.

Los contenedores reforzados con metal tienen un costo muy elevado, oscila entre los 300 y 500 pesos, en su mayoría estos tambos y contenedores son utilizados para almacenar agua.

Lo mismo se les puede ubicar en las zonas rurales que urbanas, en algunos casos hasta se han colocado seis o siete tambos para instalar improvisados sistemas para que no falte el agua.

Algunos productores de pulque también los utilizan para transportar su producto, lo mismo que productores lecheros, la mayoría de estos recipientes tienen como destino almacenar agua en las casas.

Realmente la gente no sabe que es lo que compra, ignoran las etiquetas de advertencia, inciso en otros idiomas y existe la creencia de que con jabón y agua caliente se eliminan los residuos tóxicos de los químicos que en algún momento contuvieron.

Rumbo a Tlaxco, saliendo de Apizaco hay dos negocios que se dedican a la venta de tambos, uno de ellos es propiedad de Fernando Herrera Mota, ex líder estatal de la Central Campesina Independiente.

Procura mantener limpia su mercancía, en contraste su competidor ubicado exactamente al frente de su negocio, vende los tambos como salen de las empresas químicas.

Otro de estos negocios se ubican en San Pablo del Monte, Cuapiaxtla y recientemente en la capital del estado, concretamente en los límites de Tlaxcala y San Juan Totolac,  en el paraje conocido como El Trébol.

La gente que los vende son en su mayoría empleados, por lo tanto se ignora si algún industrial o trabajador de estas empresas están atrás de esta venta ilegal de recipientes contaminados con desechos tóxicos.

Esta situación no es nueva, coinciden en señalar vecinos de Tetla y Apizaco, la venta de tambos tiene ya varios años, aunque en fechas recientes se ha multiplicado, tal vez por la salida de la química de la ciudad rielera.

Ninguna autoridad se ha tomado la molestia de verificar si existen residuos tóxicos peligrosos en estos envases, son reforzados y parecen duraderos.

Nadie repara que su consistencia no es para almacenar agua, sino desechos, posiblemente altamente tóxicos, situación que ha pasado desapercibida.

No hay constancia en ninguna parte, solamente el envenenamiento diario de miles de familias tlaxcaltecas que a través de sus poros o de la ingesta directa del agua que se contamina, envenenan el cuerpo de toda la familia, nadie les advierte del peligro.

Ni la Sesa, CGE, Profepa, Conagua, Semarnat o alguna otra instancia federal, estatal o municipal han tomado cartas en el asunto, tal pareciera que este grave riesgo, no existe en Tlaxcala.

Sin embargo al recorrer las comunidades, pueblos y ciudades por los cuatro puntos cardinales de la entidad, es fácil constatar que proliferan los tambos azules, negros o blancos en los patios de las casas o negocios.

Parecen envases inocentes, pero la ingesta prolongada de tóxicos, puede causar cáncer, leucemia, alteraciones en la piel, en el organismo y posiblemente la muerte.

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