TLAXCALA/ 04 /10/2018
Los estudiantes del 2 de octubre, para la democratización de México, fueron imprescindibles y esta conmemoración exige que nunca se repitan las respuestas represivas ante la movilización social, “que la acción del Estado no sea de autoritarismo”, manifestó la senadora Beatriz Paredes Rangel.
La legisladora del Grupo Parlamentario del PRI dijo que es trascendental que el cambio que se está viviendo en México, se haya hecho posible sin derramamiento de sangre, “por eso es importante que la construcción democrática que llevó décadas haya permitido establecer la competencia política dentro de un marco de generación de consensos y respeto a las mayorías”.
El coordinador de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, estableció que, a 50 años del 68, para cancelar por completo actos de represión y violencia que persisten, por parte de autoridades de gobierno, grupos fácticos y la delincuencia organizada, es necesario que el Congreso legisle de la mano de la sociedad civil y se construyan instituciones que trabajen en beneficio de la gente.
Los senadores, refirió, deben honrar su palabra y hacer realidad los cambios a los que se comprometieron para que en el país impere la verdad y la justicia, y de esta forma harán un verdadero homenaje a los estudiantes del 2 de octubre.
En representación del PT, el senador Alejandro González Yáñez, consideró que en el 68 se registró una lucha estudiantil y popular en favor de la democracia, pues se reivindicaron las libertades democráticas de un pueblo que se encontraba reprimido.
Recordó que uno de los gritos centrales fue “prohibido prohibir”, en el que se centraron ideales que se han logrado cristalizar con el tiempo en una apertura democrática por la elección del pueblo.
En su oportunidad, la senadora Verónica Noemí Camino Farjat, del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, refirió que lo sucedido en 1968 tiene que recordarse para no tolerar la represión y la denostación de las ideas.
“El movimiento marcó el cambio social y político, por tanto, no debemos regresar a los tiempos de la intolerancia: ni una agresión más contra los jóvenes ni en contra de las libertades de los ciudadanos. El gran reto que tenemos hoy es no cometer el mismo error, es decir, no repetir la misma historia”, expresó.
Desde la tribuna, el senador Juan Zepeda Hernández, del Grupo Parlamentario del PRD, señaló que se conmemora un aniversario más de aquel movimiento estudiantil que significó un parteaguas para la democracia del país, y generó un proceso de transformación política que permitió consolidar la democracia y las libertades que hoy tenemos.
Gracias a los mártires de 1968, insistió, se inició un periodo para ampliar las libertades sociales y laborales, y gracias a ello, nuestro país avanzo en sus libertades. Por eso, “el 2 de octubre no se olvida”, subrayó.
La senadora Elvia Mora Arellano, del Grupo Parlamentario del PES, expresó que este día “debemos recordar con profundo dolor la intervención autoritaria y represiva del Estado mexicano para que nunca más se repita”.
La legisladora asentó que la lucha de los estudiantes no fue en vano porque marcó en gran medida el México que hoy habitamos, un país de libertades conseguidas gracias a éste y otros movimientos.
El senador Emilio Álvarez Icaza dijo que con la conmemoración del 2 de octubre “no se trata de recordar a Díaz Ordaz”, sino a un movimiento que luchó por las libertades “y por eso quitar las placas” que se refieren al expresidente no es para borrar la memoria histórica, sino para resignificarla y honrar a quienes ofrecieron su vida por la libertad y la democracia.
Consideró que no sólo se tendrían que quitar las referencias de quien fue el primer mandatario de 1968 del Metro de la Ciudad de México, sino cambiar su nombre de avenidas y plazas: “Así se hizo en Sudáfrica, se arrancaron los nombres de los perpetradores de las violaciones y los reproductores históricos del Apartheid, y en su lugar, se colocaron los nombres de las víctimas”.