Pedro Morales
Corría más o menos la mitad de la administración de la ex gobernadora del TRI en Tlaxcala, la primera mujer que gobernaba y que le llovía en su milpita, ante la proliferación de problemas en los municipios.
Su entonces jefe de prensa el desaparecido Gabriel Amante Montero, que era el vivo retrato del también extinto Paco Stanley tuvo la solución al problema y era sacar a los periodistas a “cubrir” una gira al estado de Veracruz.
Una semana con todos los gastos pagados.
La recomendación de este singular jefe de prensa y magnifico orquestador de pachangas memorables, lanzó su advertencia de cargar con varias mudas de ropa, ya que se trataba de una gira por una semana al puerto jarocho.
Y así entre reuniones, vistas al mar y mucho, mucho calor pasaron los dos primeros días, pero al tremendo calor. los excesos y desveladas hacían sus estragos, pero más la ociosidad.
Las pocas periodistas mujeres que fueron y los chicos de la prensa ya estaban hartos de los chistes de Gabo, y así sin querer queriendo, un grupo encabezado por al también desaparecido Valentín Ahuactzi Ávila se inició una reunión en uno de los cuartos del hotel.
Por lógica surgió el comentario de lo que estaría pasando en Tlaxcala, mientras los representantes de los medios de comunicación nos encontrábamos en un destino turístico.
No hay que olvidar que en ese entonces aún no existían los teléfonos celulares, ni las redes sociales, de tal forma que no había noticias y eso como que ya no nos gustaba.
Así surgió el tema del comportamiento del jefe de prensa y de lo que había pasado desde que dejó el cargo Emilio Sánchez Piedras, quien carecía de jefe de prensa, en ese tiempo tampoco existían las jefaturas ni a nivel estatal. ni federal.
Una vez concluida la reunión constituyente, todo quedó en secreto para evitar que el jefe de prensa de Paredes, Gabriel Amante interfiriera de alguna manera, pero nunca falta un Judas traidor.
Todo le fue informado al ex funcionario por alguien que estuvo en la reunión, Gabriel Amante invitó a desayunar una rica sopa de mariscos en Boca del Río, justo en el momento de iniciar se acerc+ó y midió cada una de sus palabras.
En el momento de dar la primera cucharada al aromático guiso, la furia de Gabriel Amante estalló y reclamó airadamente a quien esto escribe la supuesta “traición” al gobierno de Beatriz Paredes, al conspirar a sus espaldas y no informarle de nada.
Así se acabó el desayuno y la gira que estaba dirigida para alejar a la prensa de sus obligaciones y no dar cuenta de las tomas de tierras y movimientos generalizados por grupos inconformes, con la actuación de la otrora poderosa gobernadora.
Así surgió el rompimiento con la prensa en Tlaxcala, pero las cosas estaban tan mal que a final de cuentas Beatriz Paredes fue sacada del gobierno para convertirse en embajadora de México en Cuba. No acabó su sexenio, solo duró 5 años.
El daño ya estaba hecho, si se toma en cuenta que en el sexenio anterior de Tulio Hernández Gómez llegó como jefe de prensa Raymundo Vega, quien dejó el cargo a diversos jefes de prensa de Beatriz Paredes entre quienes figuraron Elia Sánchez, Joaquín Carmona y Oscar Espino.
Luego llegó el interino Samuel Quirós de La Vega y con José Antonio Álvarez Lima otra vez el retorno de Raymundo Vega y fue en ese entonces cuando Valentín Ahuactzi Ávila vio la oportunidad de crear la Unión de Periodistas de Tlaxcala.
La verdad fue con el apoyo de abogados amigos, quienes guiaron los pasos para la elaboración de los estatutos y los registros ante las autoridades, para formalizarla organización.
Así Valentín Ahuactzi ostentó la presidencia por varios años, hasta su fallecimiento, sin ver cristalizados sus sueños para mejorar las condiciones laborales y salariales de los periodistas y reporteros tlaxcaltecas con una presencia creciente de mujeres en el gremio.
Mejorar las condiciones de trabajo era y es luchar contra corriente, porque una cosa son los deseos de progreso del gremio periodístico y hasta sus anhelos e ideologías y la otra realidad es que la ultima palabra la tienen los directores y dueños de los medios impresos o escritos.
Sin embargo los integrantes de la llamada generación “X” retomaron las riendas de la Unión de Periodistas de Tlaxcala, que retomó bríos de independencia con el gobierno con sus presidentes que también soñaban con mejorar al gremio.
Juan Luis Cruz, Fabián Robles, Francisco Javier Conde, Moisés Morales y recientemente Antonio Guarneros han presidido a la UPET con ellos surgió el día del periodista que se instituyó por decreto el 14 de enero de 2002, por lo que reconoció la labor de Valentín Ahuactzi Ávila, quien impulsó la creación de la UPET y la entrega del premio Miguel N. Lira por parte del Congreso local.
Es de reconocer que se procuró independencia con el Ejecutivo, al grado de que ya es tradición organizar una corrida de toros para obtener recursos para la premiación del premio anual de periodismo.
Incluso en alguna época se acudió al apoyo de funcionarios y políticos y de alguna manera se ha cumplido con los compromisos, lo mismo que de capacitación y actualización para quienes se han interesado por participar.
Aunque en honor a la verdad al parecer ese recurrir a “los amigos”, fue la causa de divisiones, envidias y pleitos, ya que la ambición es una condición humana a la que por supuesto no escapan algunos periodistas.
Nadie puede negar que la UPET se ha convertido en un “Club de Tobi”, donde los cuates son los que se llevan los premios, salvo honrosas excepciones donde es evidente que se premia al periodismo que muestra la realidad de Tlaxcala.
Una falla grave es que lamentablemente en diversas ocasiones poco o muy poco se han ocupado directivos por la defensa de los periodistas en caso de agresiones.
Casos aislados y hasta la agresión y golpes a 12 periodistas locales y corresponsales nacionales a manos de los maestros del Movimiento de Bases Magisterial han quedado sin castigo.
Ni se diga en caso de amenazas directas y cumplidas por autoridades policiacas o de alcaldes, la recomendación es que “hay que denunciar compañeros”, pero es la hora en que nadie ha sido encarcelado por agredir a un periodista en Tlaxcala.
No hay seguimiento a las denuncias, las agresiones han ocurrido y tal pareciera que el gremio de los periodistas se encuentra muy alejado de ese llamado “cuarto poder”, y ni siquiera directivos o dueños de periódicos o medios electrónicos han sacado la cara por sus reporteros.
Estamos en pleno proceso de la renovación de la dirigencia de la UPET, hay cuatro aspirantes, un proceso sancionado por el ITE y el panorama de participación es interesante.
Ojalá y que el presidente saliente cumpla con su promesa, hasta ahora incumplida, de rendir cuentas con peritas y manzanitas de los gastos de las premiaciones del premio estatal y gastos adyacentes, como la cena y el baile.
Es deseable que el nuevo presidente acuda cuando se le solicite en caso de una enfermedad grave, que es ahí cuando no se recibe ni una palabra de aliento y no dar la espalda como ha ocurrido a la fecha.
Ojalá y que los integrantes de la nueva mesa directiva acudan a los juzgados para dar seguimiento a esas denuncias por agresiones y que se acabe la impunidad y sobre todo que se dignifique el medio.
Sobre todo para que quien se ostente como integrante de la UPET, verdaderamente sea periodista y no solo ostente una credencial otorgada al compadre o al amigo.
Como sea, este 14 de diciembre viene la elección, donde sin duda los que van a participar habrán de razonar su voto para que tengan una buena representación y otorgar el beneficio de la duda para aceptar el resultado bajo el entendido de que Ni son todos los que están… ni están todos los que faltan.