CDMX.-12 /12/2018
Las acciones de la policía comunitaria, conformada hace dos semanas en la región de la Costa Grande del estado de Guerrero, y civiles de la autodenominada “Guardia Guerrerense”, se han intensificado en las últimas horas, dejando a seis personas asesinadas, la irrupción a la comandancia de la policía en el municipio de Petatlán en donde despojaron de armas y equipo a los uniformados.
La tarde del domingo civiles armados e integrantes de la autodenominada “Guardia Guerrerense” se enfrentaron a balazos en la comunidad de El Camalotito, en la sierra del municipio de Petatlán, en la Costa Grande; en ese hecho murieron seis hombres.
El gobierno estatal confirmó el hecho, aunque la información de ese enfrentamiento es escueta. El vocero de Seguridad, Roberto Álvarez Heredia dijo que personal de la Policía Investigadora y peritos de la Fiscalía General del Estado realizaban las diligencias de ley.
Fue durante la madrugada de este lunes que las autoridades se presentaron en dicho poblado, y localizaron los seis cuerpos sin vida, además decomisaron tres vehículos, entre ellos una camioneta blindada
Luego del enfrentamiento, los policías comunitarios bloquearon la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo durante más de cinco horas, liberándola la madrugada de este lunes.
Cabe recordar que desde la semana pasada, civiles armados conformaron ese nuevo grupo de Policía Comunitaria, agrupada por la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), bajo el argumento de la inseguridad en comunidades de la sierra de cuatro municipios de la Costa Grande del estado: Coyuca de Benítez, Tecpan, Petatlán y Zihuatanejo.
Sin embargo, aproximadamente a las 17:30 horas de este lunes, según confirmó el vocero de Seguridad estatal, arribaron a la comandancia de la Policía Municipal de Petatlán al menos 150 comunitarios, y despojaron de su armamento y equipos de radiocomunicación a 40 oficiales preventivos que se encontraban en el lugar.
Después se trasladaron a las instalaciones de la corporación municipal que se encuentran a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, en dónde permanecen apostados en espera de la apertura de una mesa de diálogo con el gobierno estatal.