TLAXCALA/ 29 /09/2019/Pedro Morales
Desde la madrugada y la noche anterior, miles de peregrinos llegan puntualmente como cada año arriban al santuario de San Miguel del Milagro, para pagar alguna manda o solicitar un milagro.
Como cada año, miles de peregrinos abarrotan el templo dedicado a San Miguel del Milagro en el municipio de Natívitas, llegan de los cuatro puntos cardinales y de otras entidades en largas caminatas, a bordo de bicicletas, sillas de ruedas, en autobuses y hasta en cabalgatas.
Unos vienen por primera vez, por mera curiosidad reciben en su frente la corona de flores que los compromete a regresar al menos tres años, otros ya llevan varios años de acudir religiosamente y por voluntad propia a San Miguel del Milagro, otros cientos se dedican al comercio, principalmente a la venta de alimentos y recuerdos, otros más van por el “agua milagrosa” del pocito, que dicen todo lo cura.
Lo cierto es que este sitio de conglomeraciones basadas en la fe religiosa, tiene antecedentes muy antiguos, pero también una estrecha relación con los vestigios arqueológicos de Cacaxtla-Xochitécatl.
Dentro de las conferencias realizadas dentro de la celebración de un aniversario más de esta zona arqueológica, el punto de referencia para el lugar en donde se edificó el templo dedicado a San Miguel Arcángel, tiene que ver con cultos prehispánicos.
En este lugar existe la barranca de Zoapila, que es un lugar en donde se reunían los zopilotes, que eran apreciados por los antiguos olmecas-xicallancas y que incluso era un lugar de sacrificio.
Cuentan las leyendas que también se hacían grandes peregrinaciones y que en ese lugar existía una piedra de sacrificio, donde las doncellas eran azotas en una enorme piedra hasta morir.
Pero la verdad es que el sitio guarda remembranzas de la memoria histórica de nuestro pueblo y hoy en día es uno de los pilares de la fe católica en la región de Puebla y Tlaxcala.
Las caminatas nocturnas se organizan en algunos barrios tradicionales de Puebla, donde la mayoría de sus participantes son jóvenes que atraviesan por carreteras y tierras de labor durante toda la noche.
Son miles de anécdotas las que se cuentan, lo cierto es que el fervor religioso ha prevalecido hasta nuestros días, ya que e cuenta que en este lugar se llevó a cabo una batalla, en la que el Príncipe de los Cielos derrotó al Diablo.
Frente al templo, se dice que en una cueva está encerrado y encadenado el Diablo, quien se aventura a entrar, dicen que el calor es sofocante y que no se aguanta.
Curiosamente, en el Mural de la Batalla, en Cacaxtla, se narra otra batalla de hombres ataviados con máscaras, alas y plumaje de ave, lo mismo que la deidad principal del personaje ave, que fue el primero en ser descubierto en 1975, las similitudes son extrañas, pero han prevalecido a lo largo de los siglos.
En torno a esta celebración, el presbítero Ranulfo Rojas Bretón nos comenta que “la importancia y fervor hacia San Miguel en este lugar, se debe a su Gloriosa Aparición en el año 1631, como consta por documentos, testimonios e investigaciones históricas.
El 25 de abril, en la fiesta de San Marcos Evangelista, durante la procesión en que cantaban las letanías mayores de los Santos, el indio Diego Lázaro de unos 17 años de edad y originario del pueblo de San Bernabé Capula, vecino y amigo de los Padres Franciscanos del Convento de Santa María Nativitas, contempló y escuchó la voz del Arcángel que le decía:
“… Vengo a decirte que es voluntad de Dios y Mía, que digas a los vecinos de este pueblo y de su contorno, que en una quebrada que hacen dos cerros y es aquella que esta frente a este lugar, hallarán una fuente de agua milagrosa para todas las enfermedades, la cual está debajo de una peña muy grande, no dudes lo que te digo ni dejes de hacer lo que te mando”.
Diego Lázaro, sin duda quedó sorprendido y al mismo tiempo confundido, de tal manera que guardó silencio y fue en la víspera de la fiesta de San Miguel del 8 de mayo según el antiguo calendario, cuando experimentó la gracia de Dios al verse gravemente enfermo de Cocolixtli (infección estomacal) y en estado agonizante se recupera milagrosamente, por intercesión del Arcángel.
Desde entonces, Diego Lázaro comienza su labor entre las autoridades civiles y Eclesiásticas y dedica los últimos años de su vida al cuidado de la ermita y la atención a enfermos.
Consta por testimonios juramentados las tres apariciones de San Miguel, dándose la última el 13 de noviembre del mismo año cuando, al regreso de la Misa de fiesta en honor a San Diego, muy probablemente en el pueblo de Xocoyucan, cuando con la ayuda del Arcángel se descubre la fuente del Agua Santa, la cual hoy se encuentra a 14 metros de profundidad, por el desmonte del cerro para la construcción del Santuario, bajo la iniciativa y dirección del Beato Obispo Don Juan de Palafox y Mendoza”.
Sigue narrando el P. Sergio: “Este Santuario se llama “Del Milagro” por haberse descubierto el agua curativa, la cual sigue manando en algunas temporadas y se agota en muchas ocasiones por largo tiempo. Sin embargo, para muchos fieles cristianos llegar a este Lugar Santo, donde puso su pie San Miguel, pueden encontrar la Luz divina que destella el anuncio de la Palabra de Dios y la celebración de los Sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación.
Por eso hoy aunque no encontramos Agua Santa, Dios Nuestro Señor nos sigue ofreciendo ese rayo de luz divina en la eucaristía y la reconciliación, para iluminar los ojos del alma y del corazón de todo aquel que quiere renovar su vida y glorificar a Dios con obras buenas.
Nos ha tocado vivir en un mundo y en un tiempo extraordinario, pero al mismo tiempo amenazado por grandes peligros, por tal motivo cada vez es más urgente y necesaria la luz divina que nos haga descubrir con mayor claridad la voluntad de Dios y así vivir con mucha esperanza, seguros de contar con su intercesión. Con esto podemos comprender mejor el sentido y significado del nombre y misión del Arcángel San MIGUEL “QUIÉN COMO DIOS”.
Hoy queremos ofrecer y vivir con todos y con cada uno de los peregrinos la celebración digna, la celebración de los Sacramentos y recibir la gracia de Dios de una manera viva, consciente y fructuosa, que nos lleve a conocerle para amarlo en nuestra vida, alcanzando así la verdadera felicidad, para renunciar al pecado y convertirnos permanentemente al Señor”.
Este lugar no está exento de mitos y leyendas.
Hay gente que llega preguntando por el lugar donde San Miguel tiene encarcelado al diablo y que según refieren lo deja salir solo el día 24 de agosto en la fiesta de San Bartolomé, por eso dicen que ese día “anda suelto el diablo”.
No faltan los lugareños que señalan una cueva que está en la parte alta del cerro frente al santuario, como a dos minutos de la puerta, y que no ha sido explorada debido al peligro y dificultad que representa. Así que mejor la han protegido con una reja.
Esto hace que crezca el mito de que ese lugar es precisamente la prisión del diablo. Pero hay quien dice que esa cueva lleva por un pasadizo hasta la pirámide de Cacaxtla que precisamente se encuentra frente al santuario a unos cientos de metros.
No falta tampoco quien asocie el guerrero águila que está en el mural de Cacaxtla con San Miguel por el estilo de guerrero emplumado uno y alado el otro y que tal vez había esa presencia prehispánica de San Miguel y que luego volvió a aparecerse en 1631.
Homero Adame dice que le contaron que: “Ahí donde está el pueblo de San Miguel del Milagro dicen que antes era pura barranca. Ahí dicen que existieron antes mucho las brujas y que chupaban mucho a los niños”.
El demonio también ahí estaba; él era el que les daba el poder a las brujas.
Entonces una vez San Miguel se peleó con él y lo derrotó, lo corrió de este rumbo y el Diablo ya nunca regresó, y las brujas se acabaron.
Ése fue otro de los milagros de San Miguel”. (Esta leyenda me la contó, dice Homero, la Sra. Dominga Riva, una vendedora ambulante, originaria de San Miguel Tenacatitla (tal vez lo correcto sea Xochitecatitla, población cercana a San Miguel), que tenía su puesto en la zona arqueológica de Xochitécatl).
Una señora de Huamantla después de ofrecer una conferencia sobre las apariciones de San Miguel en el mundo me contó: “desde niña me dijeron que al vidente se le aparecía el demonio y lo hacía sufrir mucho.
Él invocó a San Miguel y se le apareció y le dio unos listones con los que cuando el diablo se le apareciera y quisiera hacerle daño, él podría amarrarlo.
Los listones se convertirían en cadenas y el diablo no podría romperlas. Así lo hizo y tan pronto lanzó los listones, se le enredaron al diablo e inmediatamente San Miguel apareció y se lo llevó encadenado y lo llevó a una cueva en San Miguel, en donde lo tiene y solo un día, el 24 de agosto lo desencadena y le autoriza que salga a hacer destrozos y llevarse a quien pueda… PASANDO EL DÍA LO VUELVE A AMARRAR.