TLAXCALA/ 3 /02/2020
A pesar de las muchas voces en contra de los toros en Bogotá, la capital colombiana vivió una gran jornada de toros en paz y tranquilidad, con la alegría de ver los tendidos colmados de aficionados y disfrutando de una tarde en la que Sebastián Castella, que sustituyó a Andrés Roca Rey, deslumbró con un toreo de inspiración y calidad superior.
No era una tarde cualquiera, volvían los toros a Bogotá y la asistencia a la plaza servía de termómetro para ver cómo reaccionaban los aficionados al llamado de la nueva empresa de la Santamaría, Casa Toreros, así como por la reacción de los antitaurinos, organizados desde la alcaldía para torpedear la temporada. Y el balance no pudo ser mejor, tranquilidad en los accesos y tres cuartos de plaza cubiertos de aficionados dispuestos a disfrutar de una tarde de toros.
Pero si la tarde tuvo un protagonista, ese fue, sin lugar a dudas, Sebastián Castella. El francés llegó por la puerta de la sustitución, ante la baja de Roca Rey, y faltó muy poco para que se fuera por la de la gloria. Fue la espada la que le robó el triunfo, pues la faena realizada al quinto de la tarde fue apabullante, de inspiración, valor, entrega y clarividencia. El francés descifró muy pronto las bondades de un toro super clase, al que toreó a placer. Ya había cortado una oreja Sebastián del segundo, otro buen toro de Ernesto Gutiérrez, que acudió con nobleza y templado ritmo a la cadenciosa muleta de Sebastián.
Abrió la tarde Morante de la Puebla, que conmovió con sus verónicas de inspiración y con los delantales del quite al primero, pero el toro se quedó sin recorrido y todo se vino abajo en la muleta. Y porfió con el cuarto, un toro manso y reservón, que topó más que embistió y, aunque el sevillano puso actitud, terminó por lastrar definitivamente su labor.
Tampoco pudo triunfar Luis Miguel Castrillón, su primero, el tercero se lesionó una mano y se afligió, aunque aguantó lo suficiente para que el antioqueño instrumentara dos buenas series de naturales. Mientras que el soso sexto anuló el esfuerzo del torero por agradar.
Toros de Ernesto Gutiérrez, bien presentados y nobles. Los mejores fueron 2º y 5º, este último de gran clase. Pesos: kilos. 539, 528, 459, 514, 524 y 469 kilos.
Morante de la Puebla (azul cobalto y oro): Silencio tras dos avisos y silencio.
Sebastián Castella (azul soraya y oro), que sustituyó a Roca Rey: Oreja y vuelta tras aviso.
Luis Miguel Castrillón (sangre de toro y oro): Silencio tras aviso y silencio.
Al terminar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el periodista Alfredo Molano y los tres matadores fueron obligados a saludar una ovación. Morante pasó a la enfermería por un corte en el dedo índice de la mano izquierda que necesitó varios puntos de sutura. Jaime Devia saludó una ovación tras banderillear al 3º.