4 AÑOS Y NO APARECE KARLITA ROMERO TEXMOL EN SAN PABLO DEL...

4 AÑOS Y NO APARECE KARLITA ROMERO TEXMOL EN SAN PABLO DEL MONTE

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TLAXCALA/ 16 /05/2020/REDACCIÓN

Ya transcurrieron cuatro años de la desaparición física de la niña Karla Romero Texmol, unos hombres la subieron a un auto a solo unas calles de su casa en San Pablo del Monte, se dirigía a su escuela y nunca llegó.

Esto ocurrió a un año al final del mandato de Mariano González y tal pareciera que el tiempo no pasa, son cuatro años de un calvario que parece nunca tener fin para la familia Romero Texmol.

Otra vez hicieron el llamado de atención a Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tlaxcala para agilizar las investigaciones, generar mecanismos de protección, monitoreo y acompañamiento para la familia de Karla Romero.

El tema de desaparición de personas, sobre todo mujeres jóvenes en los estados  de Tlaxcala y Puebla, así como la ola de feminicidios es un tema creciente en medios de comunicación, pero no en la vida de las familias que viven en el corredor Puebla – Tlaxcala.

El caso de Karla Romero Tezmol no es un hecho aislado, representa el peregrinar institucional de las familias de desaparecidas, la impunidad, las deficiencias en las investigaciones, y la falta de capacidad de servidores públicos para desempeñar sus cargos con apego a los derechos humanos, la debida diligencia, y constitucionalidad.

Tlaxcala tiene un común denominador en la mayoría de los casos de desaparición, las víctimas son mujeres y menores de edad, situación que levanta sospechas debido a que la mayoría de tratantes de personas, -principalmente con fines de explotación sexual y precisamente se ha señalado que son originarios de Tenancingo y San Pablo del Monte ubicados en el estado de Tlaxcala

Karla Romero Tezmol, de 11 años de edad, desapareció en el trayecto a su escuela, ubicada a unas cuadras de su casa, en el municipio de San Pablo del Monte.

Según testigos de los hechos, la niña fue sustraída por los tripulantes de un vehículo negro, a la altura de la calle 20 de Noviembre, lo cual fue registrado por una cámara de vigilancia particular, instalada en un negocio de esta vialidad.

Estas imágenes, sin embargo, se perdieron definitivamente, debido a que la Procuraduría estatal erró la fecha de los videos al solicitarlos al dueño de la cámara que los captó y, en consecuencia, las autoridades no obtuvieron la grabación del 13 de enero, sino la del día siguiente.

Para el momento en que este error fue detectado, las imágenes correspondientes al día del secuestro de Karla ya habían sido borradas por el sistema de videovigilancia que las había almacenado.

“La familia de Karla fue la que detectó la existencia de esa cámara –señala en entrevista Miriam Pascual, abogada de la Red Retoño y del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social–, oportunamente dio aviso a la Procuraduría y los policías fueron a solicitarle el video al dueño del negocio, quien lo facilitó inmediatamente.

El video que la Procuraduría le mostró a la familia de Karla no registra nada, no se ve a Karla pasar, ni a su hermanito, que poco después hizo el mismo recorrido, para dejarle llevarle el lonche.” Cuando los padres de Karla detectaron esta anomalía, revisaron la fecha del video y se dieron cuenta de que, en realidad, no correspondía al día en que Karla fue raptada.

“Cuando nos percatamos de esta irregularidad, los videos del 13 de enero ya habían sido borrados por el particular, puesto que no le habían sido requeridos por la policía. Entonces, esa información valiosísima se perdió, por incompetencia de la policía”, señala la abogada.

Destaca la abogada Miriam Pascual, a través de un oficio formal, la Procuraduría de Tlaxcala había solicitado a su homóloga de Puebla que realizara una inspección en el Hotel Río, en busca de Karla, pero queda algo sin aclarar: ¿cómo hicieron las autoridades de Tlaxcala para determinar que Karla estaba en el hotel Río?

Esta inconsistencia la expone con mayor claridad la mamá de Karla: “Cuando las prostitutas le dijeron a mis familiares que estaban esperando un operativo en el hotel Río, decidimos retirarnos, estábamos muy confundidos. Se nos hacía muy raro todo, porque ¿cómo que iba a haber operativo, si no habíamos dicho a nadie sobre la llamada que habíamos recibido?

O sea, la Procuraduría de Tlaxcala estaba respondiendo ante una información que todavía no les proporcionábamos… Y lo peor es que estaba respondiendo pero sólo de forma simulada, porque antes de realizar el operativo, se les avisó a las mafias que explotan a las muchachitas, para que tomaran sus previsiones”.

–¿Karla tenía novio? Se  le preguntó a su mamá.

–No… Karla es una niñita, todavía juega con muñecas, es una niñita de primaria…

Pero suponiendo, sin conceder, que así fuera, que Karlita tenía novio y se escapó con él, eso en realidad no cambia nada: Karla es una menor de edad y no aplica ninguna clase de consentimiento.

Si Karla se fue con alguien, esa persona está cometiendo un delito, y Karla está siendo su víctima.

Sin embargo la realidad es que a cuatro años de distancia, la madre de la menor sostiene que «Karla no se fue por su propia voluntad, Karla no se fue con el novio, Karla no huyó… a Karla se la llevaron, y ya transcurrieron dos años y seguimos sin saber nada de ella.

 

 

 

 

 

 

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