Denuncian  actos de tortura, barbarie y muerte en los centros de rehabilitación

Denuncian  actos de tortura, barbarie y muerte en los centros de rehabilitación

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21/12/2017/Pedro Morales

Los centros de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos llamados “anexos”, serían la primera opción, para cientos de familias que desconociendo la enfermedad del alcoholismo y la drogadicción, internan en estos sitios a su familiar.

Tienen la idea de que solamente es un vicio pasajero y necesitan un escarmiento, pero es una gran equivocación, porque las drogas y el alcohol generan profundos cambios en el cerebro del adicto.

Esta situación puede desembocar una compulsión obsesiva imparable que necesita atención médica especializada y un tratamiento profesional, que no es aplicado, simplemente los alcohólicos semi recuperados, hacen las veces de sicólogos o curanderos.

INICIO DE LA PESADILLA

El recién llegado, en ocasiones se encuentra intoxicado o llega contra su voluntad, se le guarda en un cuarto especial con cerraduras y barrotes, y si no se cuenta con este cuarto simplemente se le vigila con uno de los asistentes, usando algunos remedios caseros o medicamentos para tolerar el síndrome de abstinencia.

Una vez que se le observa recuperado se le introduce a la dinámica interna de “disciplina”, la cual es llamada por los propios responsables de estas agrupaciones, como la “dureza con la que deben ser tratados los adictos” que más bien es autoritarismo con el fin de doblegar y someter.

Además de que se utiliza mucho la descalificación y la condena directa, en la que se le hace creer al interno que es una basura, pues ha infligido mucho dolor a su familia.

Anexados del centro de rehabilitación de adictos “Instituto Diamantes Pulidos” que fue clausurado en el municipio de Yauhquemehcan, revelaron que fueron liberados por pura casualidad de una vida de infierno.

Dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias, los 23 anexados que fueron liberados decidieron romper el silencio, para que sus verdugos reciban todo el peso de la ley, pues según su decir, en ese lugar han presenciado al menos cuatro muertes.

SI RAJAS… TE MUERES

Artemio Salazar dice que antes de la clausura fueron advertidos de que si denunciaban lo que estaba pasando, serían llevados por la fuerza a uno de los anexos existentes en Tlaxcala y que nadie los volvería a ver en la calle.

Indican que el responsable de todo es el “Padrino”, Saúl Palacios, incluso solicitaron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos a la PGJE y a la PGR, se investigue a fondo este tipo de anexos o “institutos”, porque en esos lugares la vida de los drogadictos y alcohólicos es un verdadero infierno.

Mediante un escrito, el vocero de los afectados, Artemio Salazar pide se guarde el anonimato de su imagen por temor a que las represalias se hagan realidad.

“No declaramos lo que estaba pasando cuando llegó la justicia, porque estábamos amenazados, tenemos mucho miedo del director y de sus secuaces”.

“Nos amenazaron de ponernos en la madre y mandarnos a otro anexo, fuera de serie, donde nos iban a encadenar, nos bañarían diario con agua fría, sin comer hasta que nos muriéramos”.

Por eso pedimos que se investiga la forma en que están operando todos los anexos de Tlaxcala, tal pareciera que hasta los protegen, tal vez quieran que haya más muertes, que sigan engañando a las familias con una cura que nunca va  a llegar.

ESTE ES EL CONTENIDO DEL DOCUMENTO:

“Dios da y quita”

Esto es algo que Artemio Sánchez escribió ¿qué es la vida?, tal vez solo una frase que no se entiende, a veces se vive, nada más por vivir, sin ningún sentido, vacía, pero “más vacía y más cruel es vivirla en un anexo, para alcohólicos”.

Agrega que eso lo dice con una gran verdad, porque hay mucha gente que vive así, que la engaña el mismo alcohol y por lo mismo a sus familiares más cercanos como a la esposa, padres, hijos, hermanos y a la misma sociedad,

Pero que no saben en realidad el infierno que se vive en esos lugares, porque al final los anexos “AA”, son una farsa, son controlados por una gran mafia y por eso este testimonio que les voy a dar a conocer.

Esto lo viví, junto con otros 22 anexados más y una mujer.

Esto que estoy narrando, lo estoy escribiendo por la noche del viernes 18 de abril, porque resulta que el 8 de abril llegó a ese lugar una persona, como a las tres de la tarde.

Nosotros estando en la sala, su llegada ya ni nos tomó de sorpresa, pero eso sí, nos sorprendió su estatura, casi dos metros y su peso corporal, a mí me pareció que pesaba más de 150 kilos.

Era obeso, así fueron pasando las horas de ese día, llegó la noche y ya sabíamos su nombre, era hijo de un prominente político de Tlaxcala, esa noche como es costumbre, se hizo la lista para valorarlo o lo que es lo mismo cuidarlo.

“A mí me tocó a las tres de la mañana, así fueron pasando los días y se quejaba de que se sentía mal de salud, era hipertenso, pero ahí, en ese lugar tanto el director como sus servidores, el estar enfermo, es hacerse pendejo, fingir, chantajear”.

Casi no comía, no dormía y eso les molestaba a los servidores, al “padrino” o director, luego comenzaron a maltratarlo físicamente, y sicológicamente le decían:

“Mira hijo de tu puta madre, aquí la vas a vivir, ya tu familia y tus hermanos autorizaron que si te pones pendejo, y quieras chantajear, te sometamos y te la aplicamos”.

Artemio Sánchez reflexiona y recuerda “fue un infierno para el compañero”, supimos que se apellidaba Olayo, que era de Santa Ana Chiautempan y la verdad lo que vivió en ese lugar fueron horas y días de sufrimiento, de horror”.

Así llegó el día 14 de abril, al señor le pusieron un castigo, a pesar de su sobre peso, para ese entonces, sus pies estaban tan inflamados que parecían patas de elefante.

Ese día, antes mencionado, desde las nueve de la mañana y toda la noche, lo obligaron a hacer ejercicio sin compasión, toda la noche, así llegó el día 15 y continuó su castigo, ya no podía y sudaba como si estuviera en un baño de vapor.

No lo dejaban ni un minuto, ni para recargarse en la pared o en una silla, entraban los encargados “Edgar” y “Memo”, y le decían “orále hijo de tu puta madre, sigue caminando, así vas a estar toda una semana, hasta que duermas y comas bien”.

Y la instrucción del “padrino” fue qu si se ponía pendejo, que lo bañaran con agua fría, así fue, le seguían ordenando y exigiendo, hasta que lo metieron al baño y le echaron una cubeta de agua fría de veinte litros.

El agua estaba fría, como el hielo, “yo escuchaba desde la sala y de pronto unos gritos, ya se cayó, ayuden a sacarlo del baño, entre algunos lo sacaron a la sala, le tendieron algunas cobijas”.

Ahí mismo le tendieron, estaba todo mojado y temblaba mucho por el frío del agua, se comenzaba a poner morado y tieso, los verdugos se asustaron, le pusieron cebolla en las fosas nasales, no reaccionaba.

Le aplicaron alcohol en el cerebro, su ropa estaba totalmente empapada cuando alguien dijo, hay que quitarle la ropa mojada y así fue, le cambiaron la ropa, comenzó a aflojar su cuerpo y llamaron a los encargados.

Ellos todavía dijeron “no le hagan caso, se está haciendo pendejo, si se muere, pues que se muera de una vez. Eso dijeron “Guillermo” y “Edgar”, los servidores, pero al ver que ya no respiraba, trataron de buscar al director”.

Llamando Saúl, ya que no se encontraba en esos momentos, alguien dijo “llamen a la hermana”, una vecina que llegó, ella sabe de primeros auxilios. Lo vio y se salió, luego tardaron en llamar a la Cruz Roja

Y murió.

Ese fue el resultado de meter a la gente en contra de su voluntad, ellos el “Padrino”  y sus secuaces dicen que los tratan bien,  pero la verdad es que se vive un infierno, ya van cuatro muertes en similares circunstancias en ese lugar.

Por eso se pide se abra una investigación, “en mi caso ya he sido anexado tres veces en ese lugar, que por fortuna ya fue clausurado, pero que hay otros muchos más que siguen funcionado, bajo el mismo esquema, con los mismos horrores.

El centro de rehabilitación de adictos “Instituto Diamantes Pulidos”, ubicado en el municipio de Yauhquemehcan, fue clausurado por autoridades del estado de Tlaxcala, mismas que liberaron a una mujer y 22 hombres que se hallaban anexados al establecimiento.

Los internos fueron trasladados hasta los domicilios de sus familiares por agentes policiacos.

El operativo interinstitucional puesto en marcha en el número 13 de la calle Claveles del fraccionamiento Ahuastla, en la población de Santa Úrsula Zimatepec, estuvo encabezado por la procuradora estatal Alicia Fragoso Sánchez.

Policías ministeriales y efectivos de la secretaría estatal de Seguridad Pública (SSPE) revisaron física y administrativamente el inmueble en presencia de tres responsables del centro, en busca de drogas, armas o personas con mandamientos judiciales, sin hallar ninguna de estas irregularidades.

Finalmente, la clausura fue realizada por empleados de la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) y la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), dependencias que colocaron sus sellos.

Esto luego de corroborar que dicho centro “carece de documentación, violó diversas normas sanitarias y presentó diversas irregularidades en materia de seguridad”.

Finalmente alertó sobre la proliferación de los anexos, donde diariamente se vive una horrible esclavitud, no hay autoridad alguna que intervenga y los internos son tratados como animales y en condiciones que salen peor de cómo llegaron.

 

 

 

 

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