Destapa senadora del PAN Adriana Dávila actos de violencia misógina en su...

Destapa senadora del PAN Adriana Dávila actos de violencia misógina en su contra

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5/02/2018/Pedro Morales

Este lunes, ante los micrófonos de la estación radiofónica F.M. Centro de Apizaco, la senadora del PAN y presidenta de la Comisión Contra la Trata de personas, Adriana Dávila, rompió el silencio públicamente y denunció que “sufre de violencia misógina”, por parte de comunicadores tlaxcaltecas.

Todo inició por la publicación en medios digitales de Tlaxcala, que ventilaron la supuesta contratación de empresas fantasmas, por parte de la ex candidata del Partido Acción Nacional (PAN) al gobierno del estado, Adriana Dávila Fernández, habría otorgado casi cuatro millones de pesos a las empresas General Hercalop y Woonter Well.

Cifra que equivaldría a cerca del 50 por ciento del tope de campaña que se manejó en la elección local de 2016, según una investigación periodística.

De acuerdo con el Sistema de Administración Tributaria (SAT), las empresas que dieron a Dávila Fernández utilitarios, impresión de lonas, anuncios espectaculares, microperforados, volantes, banderas y otros productos para campaña política, son fantasmas, aunque según la senadora Adriana Dávila fue directamente el Comité Directivo Estatal del albiazul quien contrató a las dos compañías.

El SAT refirió que las empresas que se beneficiaron con la campaña de Adriana Dávila emitieron comprobantes fiscales sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad material para prestar los servicios o producir, comercializar o entregar los bienes que amparan los comprobantes.

Al respecto la senadora del PAN en funciones y actual precandidata a la diputación federal por la vía plurinominal, se justificó ante los medios de comunicación, bajo el argumento de que las empresas contratadas se encontraban en el Registro Nacional de Proveedores del INE, por lo que responsabilizó al órgano electoral y al SAT.

Sin embargo los ataques en medios electrónicos locales, no han parado, al igual que los señalamientos, por lo que esta mañana durante una entrevista radiofónica Adriana Dávila rompió el silencio.

Dijo que después de años de haber callado la situación de violencia que sufrió, reconoció que fue una mujer golpeada y maltratada durante la relación que sostuvo con un comunicador de nombre Javier -N- a quien en su momento denunció ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Durante la entrevista, la legisladora explotó por la violencia de la que también es víctima por parte de algunos comunicadores, que supuestamente le han puesto motes como “Lady Pluri” y han manejado información que la ha agraviado a ella y a su familia, por lo que afirmó que no seguirá permitiéndolo y por tal razón acudirá a las instancias correspondencias para evitar que continúen estos señalamiento en su contra.

Luego de hablar con sus hijas y con su esposo, Adriana Dávila reconoció que fue una mujer maltratada por quien entonces fue su novio y ahora se desempeña como periodista.

Argumentó que tuvo que callar la violencia, pero que no lo hará más, ya que luego de la denuncia ante la PGJE, ese reportero ha utilizado su posición y los medios que ha representado para denostarla.

Otro caso relacionado que mencionó, fue el de Xicohténcatl -N-, quien es vocero de la también senadora del PRD, Lorena Cuéllar Cisneros y quien desde la pasada campaña se dedicó a denostarla en una guerra sucia que no ha parado hasta la fecha.

Lamentó que esta situación sea solapada por la propia Lorena Cuéllar a quien ya le ha comentado sobre la situación, bajo el entendido de que “entre mujeres no debe de existir este tipo de violencia”.

Otro caso que citó que el de Alejandro -N-, de quien dijo fue amigo de su familia y que por razones que desconoce se ha sumado a la campaña negra de denostaciones y reiteradamente también con el tema de la supuesta contratación de empresas fantasmas

La candidata plurinominal a la diputación federal dijo que procederá legalmente en contra de varios representantes de los medios de comunicación, por haber afectado a su familia y su vida.

Concluyó que “cuando las notas son tendenciosas, cuando no son ciertas, cuando las notas intentan degradar nuestra imagen, nuestro comportamiento, cuando las notas traspasan los límites de lo periodístico y eso no se llama ética, nada más”.

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