CDMX.- 11 DE MAYO DE 2018
Miguel Ángel comenzó su jornada laboral a las 8 de la mañana de ayer, sin saber que terminaría pronto por una descarga eléctrica que sufriría al pintar una barda en la esquina de Chiricanos y Maturines, en la Delegación Álvaro Obregón.
Al filo del mediodía, la extensión del rodillo alcanzó y tocó el cableado de la calle de mediana tensión. Acto seguido, Miguel sufrió una descarga y terminó en el piso de la azotea de la casa, color amarillo canario, casi terminada de pintar por él y sus compañeros.
Los demás pintores que presenciaron la trágica escena se dieron a la tarea de llamar a los servicios de emergencia para salvar la vida del infortunado, pero los esfuerzos resultaron en vano, porque a la llegada de los paramédicos, éstos sólo pudieron detectar la falta de signos vitales.
Vecinos de la Colonia Francisco Villa de inmediato se vieron sorprendidos por el hecho que causó la muerte del joven de apenas 23 años de edad y que llegó de Toluca para buscar una vida con mejores posibilidades económicas para él y su familia.
Con los minutos, los curiosos se hicieron más, a la espera de que la llegada de los agentes ministeriales, que en su labor de recabar información útil para deslindar responsabilidades sobre el deceso de Miguel, se llevaron hasta el rodillo que ocupó en sus últimos momentos.
Compañeros del pintor, comentaron que eventualmente son contratados para pintar las fachadas de las viviendas y entre ellos a veces se conocen poco, como era el caso del joven, cuyo cuerpo fue resguardado por policías capitalinos del Sector Plateros.
Elementos del Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) se dieron a la tarea de bajar el cuerpo de la azotea para posteriormente trasladarlo a la instancia para realizar la necropsia de ley y después, entregar el cuerpo a sus dolientes.
