LA MONEDA ESTÁ EN EL AIRE

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Pedro Morales

NUNCA FALTA ALGUIEN ASÍ

Sin duda una de las causas de que un candidato del tamaño que se quiera pierde una elección, en gran parte se lo debe a su equipo de campaña, otra es la gente o “liderazgos” de los que se rodea y la imagen que dejó en campaña en la mente de las y los electores.

Esto pasa en todos los parridos, coaliciones o alianzas del color que se ponga en acción en una campaña electoral, pero la prepotencia y el abusop se recrudece en los actos masivos.

Como muestra está este botón, en Zacatelco durante la visita de AMLO, además de las barreras de contención, se colocan a los comisionados y guaruras para que nadie toque a Dios, es decir al candidato.

Comisionan a gente que carece de sensibilidad o de la más mínima idea de cuidar las formas, nadie pasa y es nadie pasa, como le ocurrió a una de las asafatas, ayudanta o secretaria de la candidata Lorena Cuéllar Cisneros.

Resulta que a su llegada para subir al templete la valla de acero se movió por un instante, de inmediato “los comisionados”, que se pueden identificar de quien forman parte cerraron el paso.

Esto ante la desesperación de la asafata, quien maldijo, mentó madres y fue tal el escándalo que llamó la atención de los coordinadores, que es la otra ralea y solo de esta forma la dejaron pasar para estar cerca de su jefa, la urgencia era pasarle sus pañuelos para que se limpiara el sudor.

Y así, en la mayoría de las brigadas hay puros generales, todos mandan, gritan y protegen a su candidato o candidata a costa de su propio pellejo, de ese tamaño es el poder momentáneo que adquieren estas gentes que a veces se convierten en bestias.

Los hay quienes se sienten con poder al controlar el reparto de gorras , playeras y ni se diga en otros obsequias como jarras y otros utensilios que cuidan como si los sacaran de su bolsa.

La gente solo observa, sabe que los “comisionados” forman parte de la casta divina del candidato, aunque a final de cuentas cuando viene la derrota, esconden la cola entre las patas.

El otro factor son los liderazgos, le prometen al candidato o candidato sumar gente a la campaña, no saben hacer nada, pero son incondicionales, pegan y reparten propaganda a la hora que sea.

Esos mismos “liderazgos”, de todos los tamaños, son los que prometen miles de votos seguros, y sangran las arcas de las prerrogativas y a final de cuentas a la hora de la derrota todos tienen la culpa menos ellos.

Otra parte de las derrotas es la imagen, esa que proyectan a los electores, sobre todo a través de los medios, en sus carteles o por medio de esas odiosas y pegajosas canciones que repiten día y noche en el perifoneo.

En fin, Tlaxcala vive con vigor sus campañas, hay algunas que ni con huachicol y cerillo van  a prender, ahora vienen las encuestas, luego la guerra sucia y a esperar y prender las veladoras ara no quedar fuera del presupuesto.

 

 

 

 

 

 

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