Espantan en la Cámara de Diputados de Aguascalientes

Espantan en la Cámara de Diputados de Aguascalientes

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CDMX.- 22 DE AGOSTO DE 2018

A pesar de que por esas fechas el Congreso del Estado luzca solo, pues se prepara ya el cambio de Legislatura, una intensa actividad anormal se vive en horas de la noche en el edificio administrativo de este poder.

Las situaciones nada claras que han dejado con la sangre helada a más de uno de los trabajadores del lugar se concentran en el sótano del lugar, donde se encuentra el salón Aquiles Elorduy, en el que se llevan a cabo las sesiones de la Diputación Permanente y algunas reuniones de las comisiones legislativas.

“Durante el día normalmente no sucede nada, pero en ocasiones en que por la carga de trabajo hemos debido quedarnos hasta la madrugada es cuando nos ha sorprendido escuchar claramente al final del pasillo y por el área de la bodega a niños jugar con una pelota, no es una ni dos, son muchas ocasiones en que ha ocurrido”, relata Felipe Reyes Bugarín, quien desde hace décadas es el encargado del área de fotocopias del Poder Legislativo.

El área donde se concentran estos fenómenos, es un largo pasillo donde hasta hace unos 20 años se ubicaba una parte del bar del Café Fausto y del restaurante Villa Andrea, los cuales dependían del Hotel Francia y que durante décadas fueron los sitios de más alcurnia en Aguascalientes.

“Es común también que de repente escuchemos que se abren las llaves del agua o que se activen los inodoros, a pesar de que sabemos que no hay nadie en el edificio. Es común que el elevador que lleva a las oficinas de los diputados también comience a funcionar, que suba y baje sin que nadie lo llame”, aseguró.

Con la piel “chinita” de solo recordar todos los sucesos que le ha tocado presenciar cuando debe trabajar horas extras, Felipe Reyes Bugarín asegura que lo más extraño que les ha tocado presenciar es que, de continuo en la sala de estar frente al salón Aquiles Elorduy amanecen cáscaras de semillas, como si alguien llegara por la noche a sentarse en los sillones y comiera esa botana popular.

“Había hace muchos años un diputado que tenía esa costumbre, él ya falleció y pensamos que pudiera ser él, pero no quiero ni recordarlo, mejor le rezo para que se vaya a descansar en paz”, dijo finalmente.

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