Crónicas de Apizaco, “El ocaso de Venustiano Carranza”

Crónicas de Apizaco, “El ocaso de Venustiano Carranza”

1216
Compartir

TLAXCALA/25 /SEPTIEMBRE/2020

La presente crónica se refiere a un episodio trascendental dentro de la Revolución Mexicana ocurrido en nuestra Ciudad de Apizaco, hecho plasmado en la memoria histórica del proceso libertario y democrático en México.

Investigaciones publicadas por el investigador e historiador apizaquence, Mario Alberto Bojalil Bojalil precisan que en mayo de 1920 cuando la situación política para el Presidente de la República  Venustiano Carranza era sumamente complicada por la rebelión de “Agua Prieta”.

Donde sus más fieles Generales defeccionaron uniéndose al movimiento revolucionario, encabezado por el General Álvaro Obregón,  en esas difíciles circunstancias Don Venustiano Carranza con el apoyo de sus pocas fuerzas leales emprende la retirada de la Ciudad de México.

Intentando llegar al puerto de Veracruz en el famoso Tren Dorado.

El General Rodolfo Casillas recibe ordenes del Director del Heroico Colegio Militar poniendo en conocimiento a Oficiales y Alumnos que por disposición del Presidente de la República se les dejara en libertad de quedarse en la Capital del País o seguirlo, evacuando la plaza con destino a Veracruz, en forma unánime los Oficiales y Cadetes contestaron que acompañaban al Presidente a costa del sacrificio.

El Comandante en Jefe dispuso que en Apizaco como Ciudad Rielera se organizaran todas las fuerzas militares leales al Presidente Carranza, quien acompañado de los Generales Murguia, Lucio Blanco, Pilar Sánchez y Marciano González pasar revista en Apizaco a cuatro mil hombres, tres mil de infantería y mil de caballería.

Ante el asombro de los Apizaquenses testigos de este histórico acontecimiento, después de la revista Don Venustiano Carranza recorre nuestra Ciudad a trote lento, escuchándose el redoble de los tambores de guerra que tocaban la marcha  “Dragona” .

El General Carranza ante la imposibilidad de llegar a Veracruz abandona Apizaco acompañado de una pequeña escolta con fin de internarse en la Sierra de Puebla y, en Tlaxcalaltongo muere asesinado por el grupo encabezado por el General Rodolfo Herrero.

Fue triste el sacrificio inútil de un gran hombre que combatió con heroísmo la usurpación Huertista y llegó a nuestro País la Constitución de 1917, pero el afán de imponer al Ingeniero Ignacio Bonilla como Candidato a la Presidencia de la República sobre la opinión del ejército organizado quien apoyaba al General Álvaro Obregón origino estos trágicos acontecimientos.

Para recordar este hecho histórico en 1993 es erigido en Apizaco el monumento a la lealtad, construido por órdenes del Secretario de la Defensa Nacional General Antonio Rivielo, este monumento ubicado  actualmente a la entrada  de Centro Expositor contiene el nombre de los contingentes leales  al Presidente Carranza.

Dejar una respuesta