CDMX.- 16 de noviembre de 2017
Bien dicen que la naturaleza es sabia y además pone sus tiempos, y el tiempo de llegada de un bebé, fue la noche del martes, pero no en el hospital, sino en los pasillos de la Estación del Metro Allende, de la Línea 2.
Los dolores propios del parto, ya eran sentidos por la mujer, sin embargo, no esperaba que todo sucediera tan rápido, pues apenas alcanzó a bajar del convoy y ya no pudo caminar más.
Fueron otros usuarios quienes alertaron a personal de la Policía Bancaria e Industrial, encargados de la seguridad del Sistema de Transporte Colectivo, para que pidieran una ambulancia.
Los dolores aumentaron y lo que menos querían que pasara, sucedió, se rompió la fuente; el nacimiento era inminente, debido a eso, fueron los uniformados, quienes haciendo uso de sus conocimientos, trajeron a la criatura a este mundo.
Pasaron unos minutos después del nacimiento de un varón cuando los paramédicos del Centro Regulador de Urgencias Médicas arribaron a la estación; tras valorar a la mamá y a la criatura, trasladaron a ambos a un hospital para que recibieran atención médica.
Luego del milagro de la vida, los uniformados continuaron su trabajo con la satisfacción de haber ayudado a la mujer a traer sano y salvo a su hijo a este mundo.
