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Tala ilegal se acaba el bosque de la Malintzi entre Puebla y Tlaxcala

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Pedro Morales

A pesar de ser una Área Natural Protegida (ANP), desde hace 80 años, el “Parque Nacional de la Malinche” ha perdido más de la mitad de su cubierta forestal, se ha transformado en zonas agrícolas, ganaderas y la tasa de deforestación en la región es mayor a la media nacional.

El volcán apagado de la Malintzi se ubica en el corazón del valle poblano tlaxcalteca, es para la ciudad de Puebla y para la totalidad del territorio de Tlaxcala, su principal pulmón generador de oxígeno y recarga de los mantos freáticos profundos.

El daño al bosque es visible entre las comunidades de San Miguel Canoa del lado poblano y de San isidro Buensuceso del lado tlaxcalteca, donde del lado poblano la pérdida del bosque es casi total.

Pese a que hay vigilancia del lado de Tlaxcala mediante casetas de vigilancia de la Coordinación General de Ecología (CGE), es evidente que los vigilantes nada pueden hacer ante gavillas de gente armada que sube a talar el bosque.

Ya se han registrado enfrentamientos entre las autoridades de la PGR, Profepa y Policía Estatal con saldos fatales, incluso con el secuestro de funcionarios y quema de patrullas, pero la tala ilegal no se detiene.

Cada tarde es común observar que bajan de la montaña campesinos armados con hachas y machetes, en sus burros cargados con leña y  cada día se hace presente la tala hormiga con devastadores efectos.

Incendios forestales y la existencia de al menos 200 hornos de carbón, hacen ver un horizonte sombrío para el bosque que cada día pierde cientos de árboles, sin que se hable de tratar de para este ecocidio, por ninguno de los dos gobiernos.

Un estudio realizado por investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM indica que en 1938 el parque tenía 45 mil hectáreas, que en su mayoría estaban cubiertas por bosques y diferentes tipos de vegetación.

Actualmente, 51 por ciento, alrededor de 23 mil 612 hectáreas, han sido convertidas a la agricultura de temporal con relativo éxito, se han multiplicado los asentamientos humanos y áreas sin cobertura vegetal aparente.

NO HAY UN PLAN DE MANEJO

Las autoridades de Puebla y Tlaxcala, que administran 30 y 70 por ciento del parque respectivamente, no cuentan con un plan de manejo coordinado o programas efectivos para revertir esta situación.

Los programas y subsidios son contradictorios y ocasionan un nivel incipiente de manejo y conservación.

Greenpeace emitirá una propuesta para alcanzar una tasa cero de deforestación a más tardar en el año 2020.

La organización ambientalista presentó documentación aérea y terrestre, sobre la forma en que el parque nacional ha sido deforestado, debido al incremento de la frontera agropecuaria y la tala ilegal.

Tampoco existe información oficial reciente y disponible al público sobre la cobertura total de la superficie forestal en las 45 mil 711 hectáreas que comprende el parque.

Mucho menos sobre la calidad o el estado de los bosques, ni sobre los porcentajes de uso del suelo en la región.

Otro estudio realizado por investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, indica que de las 45 mil hectáreas de La Malintzi, que en su mayoría estaban cubiertas por bosques y diferentes tipos de vegetación.

Lo anterior ocurrió cuando fue decretado el parque en 1938, actualmente  51 por ciento -23 mil 612 hectáreas- ya  ha sido convertidas a agricultura, asentamientos humanos y áreas sin cobertura vegetal aparente.

La Malintzi es un claro ejemplo de por qué perdemos casi medio millón de hectáreas de bosques y selvas cada año, no hay información oficial detallada sobre el estado en que se encuentran los diferentes tipos de vegetación forestal del parque.

Mucho menos sobre el tipo, cantidad e impacto de los programas y subsidios otorgados para su conservación, restauración y manejo.

“Esto ocurre en diferentes regiones de nuestro país y por ello, México sigue siendo una de las cinco naciones con mayor deforestación en el mundo”, explicó Paloma Neumann, integrante de la campaña de bosques de Greenpeace.

“Es muy fácil culpar a los pobladores de la Malintzi del deterioro del parque”, reprocha.

Pero, sin plan de manejo, sin reglas claras y sin los programas de apoyo necesario, no es posible lograr la conservación y manejo adecuado de estos bosques que proveen servicios ambientales fundamentales.

EFECTOS EN EL FUTURO INMEDIATO

El daño de la tala ilegal no sólo es para los habitantes de las poblaciones en las faldas de la Malintzi, sino también para los habitantes de las ciudades de Puebla y Tlaxcala, explicó Miguel Ángel Valera, doctor en ciencias agrícolas y suelos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Valera agregó que “el cambio de uso del suelo en la región de la Malintzi, ocurrido antes de 1986, ha ocasionado la degradación biológica del suelo y por tanto la pérdida de bióxido de carbono (CO2) que almacenaba.

La emisión equivalente de CO2 a la atmósfera en los suelos deforestados antes de 1986 fue de 23.76 toneladas por hectárea.

Si se considera que estos suelos abarcan 11 mil 390 hectáreas, las emisiones equivalentes se calculan en 270 mil 661 toneladas de CO2.

Además, esto ha provocado un cambio en los patrones de precipitación y un aumento en la temperatura promedio anual de 0.8 grados centígrados durante el periodo de 1995 a 2005, en comparación con el periodo de 1985 a 1995.

Cuando nosotros llegamos aquí, hace 40 años o más, talamos el bosque para cultivar nuestro maíz y nuestros alimentos, y también para producir carbón cuando hace falta.

“Pero nadie se nos acercó a decirnos que esto era un área protegida, ni de qué forma o con qué apoyos podríamos conservar y manejar bien a nuestra Malintzi”, dijo Nicolás Pérez, representante de una organización de pequeños propietarios con sede en San Miguel Canoa, Puebla.

“Ahora nosotros estamos muy preocupados porque el clima ha cambiado, hace más calor y cada vez hay menos agua, además cuando llueve el agua se lleva el suelo”, alertó.

Por eso hemos decidido reforestar en algunos de nuestros terrenos para recuperar el bosque. Pero a muchos de por acá no les gusta y nos ha sido muy difícil hacerlo.

El único apoyo que hemos conseguido es que nos donen algunos árboles y todo lo hemos hecho con nuestros propios medios.

“Además lo hemos hecho con miedo, porque al ser un área protegida, cuando nos hemos acercado a pedir ayuda a las autoridades nos han dicho que no podemos plantar árboles, que no podemos quitar ni poner nada”, continuó Nicolás Pérez.

La falta de coherencia de las políticas públicas relacionadas con el uso sustentable del suelo y de nuestros recursos naturales, así como la falta de coordinación de las políticas forestal, agrícola, pecuaria y ambiental, han impulsado la conversión de los bosques en zonas de cultivo.

Además de pastoreo de ganado y urbanas,  y favorece la tala ilegal.

Junto con los bosques se pierde la diversidad biológica, se compromete el abasto de agua y se acelera el cambio climático.

A nivel mundial, alrededor de la quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación.

Las ANP no son suficientes para conservar nuestros bosques y de las 150 áreas naturales protegidas del país, 78 por ciento no cuentan con planes de manejo y sólo 33 de ellas cuentan con esta herramienta básica.

De acuerdo con un estudio realizado por investigadores mexicanos, en algunas ANP se registra una tasa de deforestación mayor que ciertas experiencias de conservación y manejo forestal comunitario.

Para conservar nuestros recursos forestales es necesario dejar de priorizar falsas soluciones como la reforestación y plantaciones forestales comerciales y en vez de ello, apoyar a la gente que vive en los bosques.

Sobre todo  dentro y fuera de las ANP, para que hagan un buen manejo de sus recursos forestales, los conserven y puedan vivir dignamente, agregó Neumann.

Mientras las acciones en contra de los talamontes se han realizado a cuenta gotas, solo para justificar gastos de representación por parte de funcionarios estatales y federales.

Por eso llama la atención que en lugar de que actúen las dependencias correspondientes, sean las policías estatales las que hagan el trabajo de algunos delegados federales.

Ya se han registrado enfrentamientos a balazos y machetazos entre presuntos talamontes con policías estatales y municipales en el paraje conocido como el Perimetral del Parque Nacional La Malinche, lo que dejó como saldo una persona muerta, 11 lesionados –entre pobladores y uniformados– y seis personas detenidas.

La persona fallecida en el enfrentamiento fue Rodrigo Bello Rodríguez, de 34 años de edad y originario del municipio de San Francisco Tetlanohcan.

En tanto que los detenidos fueron Guillermo Ramírez, Antonio Gregorio Mendoza, Alfonso Rodríguez Rodríguez, Alfredo Mendieta Texis, Luis Mendoza Tapia y Julián Cuapio Mendoza, este último se encuentra hospitalizado por diversos golpes.

De las 11 personas lesionadas en el enfrentamiento, seis eran talamontes y cinco de la policía estatal y de inmediato iniciaron las investigaciones correspondientes para deslindar responsabilidades por el fallecimiento de Rodrigo Bello.

Los hechos se dieron luego de que el vigilante de la caseta número 2 del Parque Nacional de La Malinche reportara al Servicio de Emergencias 066 la huida de un grupo de presuntos talamontes que bajaban recursos maderables de la montaña, quienes hicieron caso omiso a la orden de detenerse.

Al verse sorprendidos, los probables talamontes dejaron en el lugar la madera y bajaron a Tetlanohcan a pedir apoyo de los lugareños, lo que devino en enfrentamiento con elementos de la policía estatal, que ya habían acudido al llamado de apoyo por parte del vigilante de la caseta.

Como se observa, la tala ilegal cobra fuerza y llama la atención de organismos internacionales, por los efectos devastadores que causa la deforestación tanto a nivel local, regional, nacional y hasta mundial.

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